LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO ES PERFECTA, SOLO HAY QUE SABER MIRAR
Los ‘fakes’ realistas están al alcance de todos, pero por el momento, cuando no hay una profunda edición detrás, pueden ser muy fáciles de reconocer
Y, de repente, ChatGPT. Desde 2022, el número de herramientas capaces de crear contenido a demanda no ha dejado de aumentar y mejorar el realismo de sus resultados. A día de hoy, cualquier persona con unos conocimientos tecnológicos limitados es capaz, por ejemplo, de poner a una inteligencia artificial (IA) a escribir teatro a lo Lorca. También puede vestir al Papa Francisco de jugador de baloncesto y ponerlo a hacer ‘crossovers’ imposibles al estilo de Doncic, estrella de la NBA. Aquellos más maliciosos, incluso, son capaces de trucar un vídeo para poner al líder político de turno a decir cualquier barbaridad. La línea entre la realidad y lo artificial es cada vez más gris. Pero eso no significa que el usuario más avispado tenga imposible reconocer las trampas. Al menos, por el momento.
Fíjate bien
Lo primero que tiene que tener claro el usuario es que las imágenes creadas por inteligencia artificial en las que aparecen representadas personas reales, en muchos casos, buscan alarmar o sorprender al usuario mostrando situaciones que rozan lo inverosímil. Un buen ejemplo son esas fotos ‘fake’ del Papa, en las que igual lo vemos con un abrigo estilo Balenciaga que conduciendo una moto de gran cilindrada. Pero también las imágenes en las que aparece Donald Trump huyendo de la Policía o Putin, de rodillas, haciéndole un besamanos al presidente chino Xi Jinping.
Teniendo esto claro, como explica en conversación con ABC Nadia McGowan, doctora en Comunicación Audiovisual y profesora del Gra