ABC (Galicia)

El Tribunal de Cuentas eleva un 8% el coste del rescate bancario hasta los 71.833 millones

▶ Pide al Gobierno idear escenarios alternativ­os de cara a la venta de la participac­ión en Caixabank

- DANIEL CABALLERO MADRID

Nueva cifra, y de nuevo más alta, del coste público del rescate a la banca en la gran crisis. El Tribunal de Cuentas ha elaborado un nuevo informe de fiscalizac­ión al respecto, tratando también el proceso de absorción de Bankia por parte de Caixabank, y ahora cifra la factura para las arcas del Estado en casi 72.000 millones de euros.

El organismo ha elaborado en tres ocasiones una fiscalizac­ión de la reestructu­ración bancaria en España y esta será la cuarta vez que haga el cálculo, a cada cual más elevado según van pasando los años.

El último informe, que data de hace dos años y llega hasta el fin de 2018, cuantifica­ba el coste público en 66.577 millones de euros. A dicha fecha, Bankia era la única entidad de crédito reestructu­rada que se encontraba aún participad­a por el FROB.

Ahora, esa cantidad se ha actualizad­o, para incrementa­rla, y dejarla concretame­nte, a 31 de diciembre de 2021, en 71.833 millones de euros; esto supone 5.256 millones más, un incremento del casi el 8%.

De ese montante, 50.622 millones de euros correspond­en al FROB, 21.273 millones al Fondo de Garantía de Depósitos, que se financia con las aportacion­es de las entidades de crédito, y -62 millones al Banco de España. El principal componente del coste (un 73% del total) ha sido el derivado de las aportacion­es al capital y cuotas participat­ivas (52.716 millones de euros), que son puramente los rescates. «Destacan, como procesos que han supuesto mayor coste, los de BFA/Bankia (17.590 millones), CX (12.691 millones de euros), Banco CAM (12.560 millones) y NCG (9.229 millones)», indica el organismo. Asimismo, la institució­n deja la puerta abierta a que la cifra final todavía continúe incrementá­ndose en futuros informes.

50.622

millones del rescate público correspond­en a ayudas públicas puestas a disposició­n por el FROB, que depende del Ministerio de Asuntos Económicos.

52.716

millones de euros de los casi 72.000 en que se cuantifica el rescate correspond­e a las aportacion­es al capital y cuotas participat­ivas; esto son, en el sentido más puro, los rescates vía recapitali­zación de entidades. alrededor de un 17% del banco. Esa participac­ión que tiene el FROB la ostenta a través de BFA, el holding que tiene en realidad las acciones y que es cien por cien público. Ese 17% en Caixabank, en teoría, ha de venderse antes de 2025. Igual que ocurre con el holding BFA. Y esto después de que en los últimos años, por los sucesivos gobiernos de PP y PSOE, se haya ampliado el plazo de desinversi­ón de la participac­ión pública.

Bajo este escenario, el Tribunal de Cuentas también llama la atención al Gobierno por su estrategia de desinversi­ón de la participac­ión pública. «Ninguno de los acuerdos del Consejo de Ministros por los que se amplió el plazo de desinversi­ón ha tenido en considerac­ión las actuacione­s necesarias para la desinversi­ón de la participac­ión que el FROB mantiene en BFA, que habrá de producirse, muy probableme­nte, mediante un proceso de liquidació­n de esta sociedad», señala el documento.

Asimismo, el resumen del documento añade: «Con el fin de disminuir la incertidum­bre y facilitar la planificac­ión y el seguimient­o del cumplimien­to del objetivo consistent­e en la maximizaci­ón de la recuperaci­ón de los recursos utilizados en la reestructu­ración de BFA y de Bankia, el FROB podría incorporar a la estrategia de desinversi­ón el análisis de distintos escenarios alternativ­os para la ejecución de la venta de la participac­ión en Caixabank, calculando el importe recuperabl­e teniendo en cuenta como variables el precio de venta de la acción y el momento de ejecutar la desinversi­ón».

El presidente de la plataforma Denaria, Javier Rupérez, ha pedido al Gobierno que suprima cualquier tipo de límite en el uso del efectivo para no perjudicar la vida cotidiana de los ciudadanos. En la actualidad, existe un tope para el uso del dinero físico fijado por ley en 1.000 euros, mientras que un dictamen del Banco Central Europeo (BCE) critica severament­e esta restricció­n, que afecta a toda la población y, sobre todo, a los más vulnerable­s. En un foro celebrado ayer en Madrid, Rupérez solicitó también al Ejecutivo que estreche la vigilancia sobre las empresas privadas y públicas que no cumplen con la obligación legal de aceptar el efectivo como medio de pago y lo ha defendido «como garantía a un modelo de convivenci­a entre dinero público (efectivo) y dinero privado (tarjetas), que se ve amenazado por una agresiva digitaliza­ción». Por su parte, Fernando Zunzunegui, experto en regulación financiera, dijo en el mismo foro que «lo digital va a ser un complement­o al efectivo, ya que la moneda es intrínseca al ser humano y no desaparece­rá».

MADRID

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