Dinamarca recorta un festivo laboral para financiar su creciente gasto militar
▶ La ‘Store Bedegag’, una fiesta religiosa desde 1686, se celebró ayer por última vez
Ayer los daneses degustaron un tradicional pastel de trigo a base de la última harina de la cosecha, para celebrar las tradicionales confirmaciones que suelen tener lugar en el ‘Store Bedegag’, el cuarto viernes después de Pascua, y que coincide a menudo con la explosión de la primavera en la naturaleza nórdica. Las familias se reunieron en un puente propicio para viajes cortos o jornadas de navegación, mientras que la Iglesia
Evangélica llamó a la «gran oración». Esta fiesta se ha celebrado de forma ininterrumpida desde 1686, cuando se introdujo para unificar varias festividades cristianas.
Este año, los daneses han celebrado el ‘Store Bedegag’ con especial entusiasmo por tratarse del último. A pesar de las protestas masivas y de las manifestaciones con hasta 50.000 personas ante las puertas del Parlamento, el Gobierno aprobó su abolición para añadir un día laboral al calendario y aumentar la productividad económica y los ingresos del Estado, que necesita urgentemente nueva financiación para su política de rearme.
El obispo evangélico de Viborg Stift, Henrik Stubkjaer, ha criticado el hecho de que se esté convirtiendo el «gran día de oración» en un «gran día de las bombas». La socialdemócrata Mette Frederiksen y sus socios, el liberal Venstre y los moderados de Lars Løkke Rasmussen, cuentan con unos ingresos adicionales para el Estado de 3.000 millones de coronas danesas en los primeros años, el equivalente a unos 430 millones de euros y a la carga fiscal de 8.500 empleados a tiempo completo.
Dinamarca no sólo está rearmando su Ejército a marchas forzadas para cumplir con las exigencias de la OTAN, sino que, además, participa de forma activa en los envíos de armas Ucrania.
El último anuncio del ministro de Defensa danés, Jakob Jensen, se refería a la entrega de 19 obuses autopropulsados Caesar de artillería, que se suman a la oferta de tanques de combate Leopard. No está claro si a los daneses les disgusta más la medida en sí o la forma en la que el Gobierno la está aplicando, pero, según una encuesta, el 70% de los encuestados se manifiesta explícitamente en contra de la eliminación del festivo y sólo el 19% a favor. Los sindicatos todavía no pierden la esperanza de volver a disfrutarlo en 2024: han recogido más de 450.000 firmas en Dinamarca contra la abolición y están dispuestos a seguir convocando movilizaciones masivas.