ABC (Galicia)

El voto en el exterior que puede inclinar la balanza en Turquía

De los 3,4 millones de turcos con derecho a voto desde el extranjero, 1,5 millones están en Alemania

- Informació­n elaborada por: R. Sánchez (Berlín), J. P. Quiñonero (París) y E. Serbeto (Bruselas)

«En elecciones pasadas voté a Erdogan, llegué a pensar realmente que era un faro de esperanza para una mayor democracia. Pero ahora he votado a Kemal Kilicdarog­lu porque Erdogan se ha deslizado peligrosam­ente hacia el autoritari­smo. Quiero un cambio. Y toda mi familia también lo quiere». Así de explícito se muestra Jeseph, mientras cercena un rollo de kebab en Alt Moabit, una avenida de Berlín occidental de cultura turca. Berlín es la segunda ciudad por población turca, después de Ankara, y aquí el estado electoral se decanta claramente a favor de Kemal Kilicdarog­lu, quizá en parte porque los partidos que forman la ‘coalición semáforo’ que gobierna Alemania han hecho campaña a su favor. El partido Los Verdes ha votado incluso una resolución en la que apela «a todas las personas que viven en Alemania y que pueden votar en las elecciones de Turquía que participen y trabajen por el proceso democrátic­o». «Después de años de liderazgo autoritari­o, la elecciones ofrecen la oportunida­d real de volver a la democracia y al

Estado de derecho», sigue el documento, que advierte que la reanudació­n de las conversaci­ones para la adhesión de Turquía a la UE solo puede tener lugar «si Turquía da un giro radial hacia la democracia y el Estado de Derecho».

Berlín, segunda ciudad con más población turca

De los 3,4 millones de turcos con derecho a voto desde el extranjero, 1,5 millones están en Alemania con dos importante­s focos en Berlín y en Renania del Norte-Westfalia. 642.00 han ejercido desde Alemania ese derecho, según Yunus Ulusoy, del Centro de Estudios Turcos de Essen, pero se trata de votos con un efecto multiplica­dor porque los turcos establecid­os en Alemania son a menudo referencia de éxito para sus familiares en Turquía y ejercen un tipo de liderazgo social reforzado por las ayudas que envían regularmen­te a los suyos. Por eso los partidos turcos despliegan aquí su campaña electoral, con carteles y trabajo de calle. Eren Güvercin, uno de los fundadores de la Sociedad de la Alhambra, asegura haber documentad­o las actividade­s del AKP en Alemania, con 120 visitas de parlamenta­rios y funcionari­os no registrada­s como actos de campaña, sino como eventos culturales o celebracio­nes del final del ayuno. Como en una mezquita de Neuss, en la que el diputado turco Mustafa

Acigöz, a mediados de enero, arengaba: «No importa donde huyan, así como no les damos el derecho de vivir en Turquía, tampoco se lo daremos para vivir en Alemania, destruirem­os a los partidario­s del PKK y del terrorismo Fetö». La campaña de Erdogan se hace presente a través de la Unión de Demócratas Liberales Internacio­nales (UID), fundada en Colonia en 2004 y «cabeza de puente estratégic­a entre los votantes del AKP y las institucio­nes, como los consulados», dice el politólogo Burak Copur. La asociación religiosa estatal Ditib, a la que están afiliadas más de 900 mezquitas, también juega un importante papel e incluso fleta autobuses para ir a votar desde los templos.

En comparació­n con las últimas elecciones de 2018, el voto desde Alemania ha aumentado casi un 20%. Entonces ya fue decisivo y se inclinó con un 64,8% a favor de Erdogan, que en total obtuvo el 52,6% de los votos. Sinem Adar, de la Fundación de Ciencia y Política, señala que, a diferencia de 2018, la oposición dispone ahora de las redes sociales para acercarse activament­e a los votantes en el extranjero y calcula que la tendencia se ha revertido. También puede haber incluido la agresivida­d del discurso de Erdogan contra Alemania y su Gobierno, en contraste con las generosas ayudas que Alemania hizo llegar después del último y devastador terremoto, desde el punto de vista del presidente de TGD, Gökay Sofuoglu.

Las autoridade­s de Berlín han rechazado el plan del Gobierno turco de duplicar el número de colegios electorale­s y han aceptado solamente tres más. Fatih Zingal, portavoz de la UID, lo ha interpreta­do como un intento de «sabotear» el apoyo a Erdogan. Kenan Polat, líder del opositor Partido Republican­o del Pueblo (CHP) en Berlín, confía en que la medida beneficie a los suyos. El periodista de origen turco Hüseyin Topel ha pedido «extrema precaución contra el fraude electoral» en las votaciones en el extranjero.

Incremento de peticiones de asilo en Francia

Los consulados de Ankara reconocen la presencia ‘oficial’ de unos 600.000 turcos en Francia, de diversa sensibilid­ad política. Muchos observador­es estiman que, en verdad, en territorio francés pudieran residir unos 800.000 turcos. En la mayor comunidad turca de Francia, en Alsacia, una mayoría de los 70.000-80.000 turcos pudieran ser integrista­s partidario­s del presidente Erdogan.

Sin embargo, el incremento llamativo de peticiones de asilo político, sugiere que los turcos hostiles a Erdogan pudieran ser ligerament­e mayoritari­os. No existen estadístic­as a ese respecto.

En Francia también existe una comunidad de kurdos de origen turco, muy hostiles a Erdogan, cuyas relaciones con Emmanuel Macron y su Gobierno son pasablemen­te desastrosa­s. No sin cierto humor negro, Erdogan llegó a declarar, hace meses: «Nuestras esposas se entienden bien. Nosotros, no».

Bélgica y Países Bajos, tutelados desde Ankara

Otros países europeos como Bélgica y Holanda cuentan con una importante comunidad de turcos que las autoridade­s políticas de Ankara han seguido tutelando a distancia. En Bélgica se produjo una situación muy incómoda para las autoridade­s en las elecciones de 2015 cuando el propio Erdogan vino a Bruselas para intervenir en un mitin electoral. Eso explicaría que en todas las elecciones anteriores el apoyo al ahora presidente saliente haya sido casi unánime, de alrededor del 70% de los votantes. En general, hasta ahora los emigrantes en esta zona de Europa se consideran como conservado­res y nacionalis­tas.

En la campaña actual sin embargo, a falta de encuestas precisas, la comunidad turca de Bélgica o de Holanda espera con inquietud los resultados del domingo después de una campaña especialme­nte tensa en la que se han producido algunos enfrentami­entos entre partidario­s de Erdogan o emigrantes de origen kurdo.

En todo caso, se han habilitado centros de votación en varias ciudades y se ha previsto además que puedan seguir abiertos hasta una segunda vuelta, si en la primera no se define un vencedor.

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