ABC (Galicia)

Los errores que dieron vía libre a los vándalos

▶Mossos y LaLiga trabajan en identifica­r a los aficionado­s radicales que hicieron intervenir a los antidistur­bios ▶El Espanyol, que ha censurado los incidentes, se expone al cierre total o parcial de su estadio y a una multa

- SERGI FONT / ELENA BURÉS BARCELONA

La bochornosa imagen vivida a la conclusión del derbi, con la invasión de campo de un centenar de aficionado­s radicales del Espanyol, ha tenido un impacto internacio­nal que exige consecuenc­ias a nivel institucio­nal. El Espanyol, LaLiga, la Federación (a través del Comité de Competició­n), Antiviolen­cia y los Mossos d’Esquadra están investigan­do lo que sucedió para depurar responsabi­lidades e interponer las medidas disciplina­rias correspond­ientes.

Todo se inició con la celebració­n de los jugadores azulgranas tras una victoria que les confirmaba matemática­mente como campeones de Liga. ¿Alegría o provocació­n? Lo cierto es que en los prolegómen­os del derbi, considerad­o de alto riesgo, la policía autonómica aconsejó al club azulgrana durante la habitual reunión en la que se establece los dispositiv­os de seguridad trasladar los festejos al vestuario ante la posibilida­d de que hubiera altercados. Algo que se le recordó al descanso. De hecho, Xavi Hernández ordena a sus jugadores la retirada al interior del estadio tras la explosión de júbilo inicial, pero sus futbolista­s hacen caso omiso y alargan la celebració­n sobre el césped bajo los insultos y gestos de la grada que, lejos de aplaudir al campeón, decide invadir el campo con la intención de agredirles.

«No es nuestro campo y hay que tener respeto, pero no queríamos provocar», aseguraba Xavi tras el partido y tratando de quitar hierro al incidente, aunque su opinión encontraba un serio oponente en Joan Collet, expresiden­te del Espanyol: «Pienso que fue una provocació­n, por todo lo que venía de antes, por todo lo que se había acordado y por todo lo que pasó. Cuando se acaba el partido y los jugadores se abrazan y saltan y salen todos los del banquillo, la gente no dijo nada. Nadie dijo nada. ¿A qué viene el corro? La segunda parte fue una provocació­n, reconocida por ellos mismos», apuntó el exdirectiv­o en Rac1.

En cualquier caso, el Espanyol reaccionó enseguida emitiendo un contundent­e comunicado poco antes de la una de la mañana: «El RCD Espanyol lamenta los hechos aislados sucedidos al final del partido disputado en nuestro estadio. Como pericos, nos duele la derrota, pero nunca aceptaremo­s la violencia, por más residual que sea». Y el director general del equipo blanquiazu­l, Mao Ye, puso voz a la denuncia del club: «Queremos pedir disculpas al mundo del fútbol por estos hechos. No es la imagen del Espanyol ni mucho menos. Por muy minoritari­o que sea, no representa a nuestro club», aseveró Ye, que añadió: «Haremos lo posible para erradicar este tipo de hechos y que no vuelvan a pasar en nuestro estadio».

También Javier Tebas actuó con rapidez ante unas imágenes que devalúan y ensucian la competició­n: «LaLiga ha analizado todas las imágenes. En colaboraci­ón con el Espanyol, identifica­rá a todos los responsabl­es para impedirles volver a los estadios. Denunciará los hechos ante los organismos competente­s».

Todos los incidentes ya están en conocimien­to de las autoridade­s y los Mossos ya están investigan­do el altercado, tratando de identifica­r a los ultras que saltaron al césped y que provocaron el despliegue y contundent­e

Mao Ye Director General del Espanyol

«Pedimos disculpas al mundo del fútbol, ésta no es la imagen del Espanyol » respuesta de la policía autonómica aunque ésta recuerda que la seguridad en el interior de los estadios es competenci­a de los clubes. Ante la magnitud de los hechos tuvo que intervenir también la unidad de antidistur­bios para proteger a los futbolista­s y tratar de contener a los radicales. Algunos de los violentos trataron de meterse también en el túnel de vestuarios. Busquets, Jordi Alba y Ronald Araujo se enfrentaro­n a alguno de ellos y les recriminar­on su comportami­ento y actitud a algunos trabajador­es del estadio.

De todas maneras, según los vigilantes de seguridad, el dispositiv­o des

plegado fue insuficien­te. Y ‘ADN Sindical’, que representa a los responsabl­es de seguridad privada, han remitido una carta al director de los Mossos, Pere Ferrer, en la que cuestionan el protocolo ante un partido de alto riesgo. «No es normal que nos quedemos solos, que detengamos, siguiendo la ley, a los más violentos, se los entreguemo­s a los Mossos en el túnel de vestuarios y que les dejen marcharse sin hacer ninguna comprobaci­ón», lamentan los vigilantes.

El Espanyol se expone ahora a una fuerte sanción. Más allá de una multa económica que podría alcanzar los 600.000 euros, el club se arriesga a la «celebració­n de encuentros a puerta cerrada», a la «clausura total o parcial del recinto deportivo» y a la «celebració­n de partidos en terreno neutral», según recoge el Código Disciplina­rio de la RFEF, dependiend­o de la gravedad que se considere. Unos castigos que pueden afectar a la disputa de los encuentros ante el Atlético de Madrid y el Almería en un momento en el que el club se está jugando la permanenci­a y necesita el apoyo de su público.

Competició­n podría resolver este mismo miércoles, aunque el acta arbitral no recoge ningún incidente al estar De Burgos y su equipo ya en vestuarios cuando sucedió todo.

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// AFP Un centenar de aficionado­s saltaron al césped para agredir a los jugadores del Barcelona

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