La desinformación rusa sobre Cataluña empezó con la anexión de Crimea
▶El Grupo Popular Europeo entrega a la Comisión de Injerencias un informe sobre cómo Putin desestabilizó España ▶El documento recoge investigaciones en Europa y EE.UU. sobre ciberataques, desinformación y espionaje
Rusia lleva al menos desde 2014 en una campaña de guerra híbrida contra quienes considera sus enemigos en Europa y EE.UU. Consiste en provocar injerencias con campañas de desinformación, ciberataques, espionaje y financiación de partidos afines en occidente para comprar su lealtad. En el caso de España, el escenario de ataque del Kremlin ha sido Cataluña, tal y como detalla un extenso informe que el Grupo del Partido Popular Europeo (GPPE) entrega esta semana a la Comisión Especial de Injerencias del Europarlamento y que recopila investigaciones policiales, judiciales y periodísticas. El documento, de más de 60 páginas, acredita cómo la campaña de desinformación arrancó coincidiendo con la anexión rusa de la península de Crimea, el primer ataque de Putin a Ucrania.
Según recientes investigaciones de la Policía Judicial y la Fiscalía de Estados Unidos, el Kremlin «ha alentado el separatismo en Europa y EE.UU. para generar división interna y ha buscado durante años apoyos para su estrategia de anexionarse Ucrania», dice el citado informe. En cuanto al interés concreto por desestabilizar España, apuntan, además de a su condición de miembro de la UE y la OTAN, a las dos bases militares compartidas con EE.UU.
Un auto de la Fiscalía de EE.UU. de julio de 2022 sobre un organizador de congresos independentistas, Alexander Ionov, colaborador del FSB, el servicio de espionaje ruso, nombra específicamente a España como objetivo de esas campañas: «Ionov reclutó a miembros de varios grupos políticos en EE.UU. y otros países, incluidas Ucrania, España, Reino Unido, e Irlanda, para que acudieran a conferencias en Rusia patrocinadas por el Movimiento Antiglobalización de Rusia y financiadas por el gobierno ruso. La finalidad era instigar a los grupos participantes a separarse de sus propios países». De hecho, el FBI descubrió que entre 2014 y 2016 se celebraron en hoteles de Moscú congresos de partidos independentistas dirigidos por la inteligencia rusa. «En al menos dos de esos congresos hubo presencia de Solidaritat Catalana per la Indepèndencia», recoge el informe del GPPE. Se refiere a la formación de la que fue cabeza visible Joan Laporta, el presidente del F. C. Barcelona. Del último congreso, en 2016 en el hotel Ritz Carlton de Moscú, salió «una de las más destacadas publicaciones de la campaña de injerencias rusa en la crisis catalana, un noticia falsa». El titular fue: «Una Cataluña independiente reconocerá que Crimea es rusa».
Entre los invitados catalanes estaba José Enric Folch, que entonces era secretario internacional de Solidaritat Catalana per la Independència, de quien obtuvieron el titular de Sputnik, medio estatal ruso nacido en 2014, y que tuvo amplio eco.
El Proyecto Lakhta
La estrategia de desinformación nacida en 2014 tiene nombre: Proyecto Lakhta, y aparece mencionado en el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre injerencia rusa en las elecciones norteamericanas de 2016. Elaboran las noticias y mensajes falsos, los traducen a varios idiomas, entre ellos el español, y los difunden en YouTube, Facebook, Instagram y Twitter, principalmente. Los dos medios de referencia son el citado Sputnik y Russia Today (RT), sancionados tanto en Europa como en EE.UU. tras el ataque ruso a Ucrania del año pasado por servir de altavoz de la desinformación del Kremlin e incitar al odio contra los ucranianos.
Ya el 2 de marzo de 2014 una nota de la agencia pública rusa Tass sobre el referéndum de Crimea decía, para simular que el proceso sería aceptado en Europa, que «en Cataluña, se celebrará un referéndum de soberanía con respecto a España el 9 de noviembre», sin una sola mención a que se trataba de la consulta no vinculante que alentó Artur Mas. El gobierno de Putin lanzó Sputnik justo un día después. Una de sus primeras notas se titulada «2014: el año de la independencia –Venecia, Escocia, Crimea, Cataluña y… ¿Miami?–». El texto, sin ni siquiera firma, decía que el pueblo catalán se había pronunciado mayoritariamente a favor de romper con España en un referéndum porque
«los residentes [de Cataluña] hablan catalán, un idioma completamente diferente». En cuanto a la consulta ilegal del 1-O de 2017, «los medios de desinformación rusos publicaron abundantes informaciones manipuladas», recuerda el informe, con historias como la de una independentista que decía que la Policía le había roto los dedos. Las imágenes mostraban a dos agentes tirando de la mano izquierda de la mujer, pero luego la venda la llevaba en la derecha.
Julian Assange y los nazis
Tanto RT como Sputnik han dado amplia cobertura al fundador de Wikileaks, Julian Assange, que tuvo un papel fundamental en difundir desinformación sobre el desafío soberanista en Cataluña. Gran aliado de Rusia contra EE.UU., en torno a la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014, el activista hizo publicaciones diarias como ésta: «El estado español está claramente determinado a empujar a Cataluña hacia la Declaración Unilateral de Independencia. Del mismo modo en que Hitler utilizó a una minoría étnica para que la mayoría étnica se arrojara a sus brazos. El PP está haciendo lo mismo».
Assange estaba en contacto con líderes independentistas. De hecho, el 9 de noviembre de 2017, un mes después del falso referéndum, se reunió en su refugio de la Embajada de Ecuador en Londres con el empresario y editor Oriol Soler. Se trata de uno de los ideólogos clave del independentismo catalán. Minutos después del encuentro, recuerda el informe, Assange publicó uno de sus incendiarios mensajes en Twitter: «Por qué me interesa Cataluña. Los ataques a Wikileaks: espionaje electrónico, censura, corrupción judicial, detenciones, extradiciones, prisión, exilio, bloqueos financieros, noticias falsas, propaganda, presión sobre estados aliados. Los ataques a Cataluña: exactamente los mismos». Soler viajó a San Petersburgo antes del referéndum ilegal y en 2020 fue detenido junto con otros investigados en una operación contra Tsunami Democràtic.
Los bots
Un informe de la diplomacia estadounidense desclasificado en 2020 sostiene cómo bots –cuentas automáticas que operan en redes sociales– controlados desde Rusia fueron muy activos publicando información falsa en los días anteriores y posteriores al referéndum ilegalizado del 1 de octubre de 2017, con ‘noticias’ como «El nuevo mapa de Europa: ¿Quiénes apoyan la independencia de Cataluña?», que era falso.
Un mismo perfil publica contenido laudatorio sobre Trump en EE.UU. defiende a Maduro en Venezuela, justifica la anexión de Crimea por parte de Rusia y apoya una Cataluña independiente. Por otro lado, Twitter clausuró 130 cuentas «directamente adscritas» al partido separatista Esquerra Republicana de Catalunya, algunas de ellas con hasta 13.000 seguidores, por publicar desinformación «creada con el objetivo de influir de forma inorgánica la conversación en la red
para sacar partido político de ello». «Difundieron contenido de los medios de propaganda rusos», resalta el informe que se va a entregar a la Comisión del Europarlamento.
Según un estudio del investigador Javier Lesaca, de la universidad George Washington, «el 84% de las cuentas clave que difundieron de forma sistemática y masiva los contenidos de RT y Sputnik sobre Cataluña son muy probablemente bots digitales». Esta investigación reveló que los usuarios más influyentes en aquella conversación «estaban geolocalizados en Venezuela, distribuyendo contenido de RT y Sputnik, y también de Telesur» (Rusia es aliado del régimen de Maduro).
En Moscú el apoyo al separatismo supone hasta cinco años de cárcel, pero el Kremlin defendió que Crimea se separara de Ucrania al tiempo que criticaba que Kosovo lo hiciera de Serbia, en un ejercicio disléxico. El 6 de marzo de 2014, Serguéi Neverov, secretario general de Rusia Unida, el partido de Putin, y vicepresidente de la Duma, dijo esto: «¿Por qué Crimea no puede salir de Ucrania? Cataluña se va a retirar de España».
La Unidad 29155
Además de la desinformación, Rusia envió espías a Cataluña antes y después del 1-O, en concreto agentes de un grupo militar especializado de la Inteligencia rusa llamado Unidad 29155, «que ha sido relacionado con intentos de golpes de estado y asesinatos en Europa».
En la investigación de la Guardia Civil y el juez Joaquín Aguirre (Instrucción 1 de Barcelona), la operación Voloh, aparece el hombre clave en esos contactos: Víctor Terradellas, exsecretario de relaciones internacionales de CDC, el extinto partido de Carles Puigdemont. Declaró al juez que hizo de «correveidile» entre ciudadanos rusos y Puigdemont. Sobre la mesa, «oferta de financiación, pago de deuda y sistema de criptomonedas», destaca el informe.
A la primera reunión acudió una persona de máxima confianza del entones presidente catalán, Elsa Artadi. Los supuestos emisarios de Rusia se verían después con Puigdemont, según la investigación del juez. Un informe de los demócratas en la comisión de Inteligencia del Senado de EE.UU. de 2017 ya decía que los intereses del Kremlin en el referéndum de Cataluña pasaban por «llenar el vacío creado por la de las empresas catalanas y españolas que se fueron por la inestabilidad» y usar una hipotética Cataluña independiente «como una posible base desde la que penetrar en otras partes de Europa, donde sus actividades comerciales están restringidas por las sanciones».
Además, según dijo Terradellas –que viajó varias veces a Moscú– al juez, los contactos rusos propusieron enviar «10.000 soldados rusos» y que Puigdemont «se cagó en los pantalones». Por otro lado, entre 2017 y 2018 fueron detenidos en Barcelona dos hacker rusos, Stanislav Lisov y Piotr Levashov, que fueron extraditado a EE.UU., a los que representó públicamente el citado Ionov. El 2 de septiembre de 2019 hubo una cumbre independentista en Ginebra (Suiza) a la que acudieron Puigdemont y Quim Torra, entre otros. Desde allí anunciaron la creación de Tsunami Democràtic, el movimiento de respuesta del independentismo a las condenas del Supremo por sedición. Entre 2019 y 2020 se produce una nueva ronda de viajes a Moscú de Josep Lluis Alay, estrecho colaborador de Puigdemont. Según ‘The New York Times’, visitó tres veces la capital rusa con un intermediario, Alexander Dmitrenko, empresario ruso afincado en Barcelona. Visitó a «funcionarios rusos» y personas vinculadas a los servicios de inteligencia.
El pasado 26 de abril, la Comisión Especial de Injerencias extranjeras en todos los procesos democráticos de la UE aprobó un informe por amplia mayoría que «constata la gravedad de los acontecimientos ocurridos en Cataluña durante el procés, el propósito desestabilizador de Rusia, atentando contra la estabilidad constitucional de un Estado miembro y la colusión de los partidos independentistas catalanes». Así lo explicó Javier Zarzalejos, vicepresidente de la comisión. El informe que hoy desvela ABC profundiza en la guerra híbrida de Rusia contra los socios comunitarios. Por ello, el eurodiputado ha resaltado a ABC «la importancia de que continúan las investigaciones abiertas en distintos países sobre las injerencias del Kremlin».
Rusia comenzó a estimular el independentismo en Europa dentro de su plan para anexionarse Ucrania desde 2014 hasta hoy