Abascal da el último empujón desde Toledo para consolidar alternativas a la izquierda
▶ El líder de Vox clausura una campaña tras la que su partido quiere replicar el modelo de Castilla y León
Santiago Abascal cerró ayer una campaña electoral vital para los intereses de Vox. Su formación afronta las elecciones autonómicas y municipales de mañana como las primeras a las que se presenta «como un partido nacional de verdad». Y en juego está conseguir el impulso suficiente para exigir al PP, como sucedió en Castilla y León, un gobierno conjunto.
La elección de Toledo no es casual. Castilla-La Mancha es uno de los territorios donde más se ha volcado Vox estos quince días, con repetidas presencias de Abascal en esta comunidad autónoma. El líder derechista estuvo el pasado fin de semana en Guadalajara, Ciudad Real y Albacete, y eligió la capital de esta región para apoyar a sus candidatos locales y autonómicos.
Vox aspira a entrar en los gobiernos de la Comunidad de Madrid –si Isabel Díaz Ayuso (PP) no alcanza la mayoría absoluta–, la Región de Murcia, la Comunidad Valenciana, Baleares y Castilla-La Mancha. De todos estos territorios, en la formación de Abascal creen que el más complicado es el último, de ahí el empuje de su presidente. Vox cree que el socialista Emiliano García-Page resiste mejor que sus homólogos valenciano, Ximo Puig, y balear, Francina Armengol.
Por eso, la fuerte apuesta por un territorio en el que veían necesario echar el resto. En el partido dan por hecha la victoria de la derecha en la Comunidad de Madrid y en la Región de Murcia, aunque en la primera el tándem de Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento de la capital ha complicado el papel de Vox.
Presencia escasa en Madrid
Abascal protagonizó un mitin en Madrid el viernes antes de iniciarse oficialmente la campaña del 28M, y desde entonces solo ha pasado por el municipio de Chinchón. Esta semana sí estuvo en Cartagena (Murcia), donde la formación no quiso suspender el acto de su presidente pese a las fuertes lluvias que anegaron la ciudad por tercera vez desde 2021.
Ahí, en la Región de Murcia, Vox ganó las elecciones generales en 2019 y la formación tiene depositadas grandes esperanzas, a pesar de que las encuestas
Santiago Abascal
«¿Cómo se puede pactar con el socio de Bildu?
¿Qué más necesita Feijóo?»
«Después del 28 de mayo, ni regalos ni chantajes; no los vamos a aceptar»
apuntan a una contundente victoria de Fernando López Miras (PP), quien podría sumar más que toda la izquierda junta. El PP exploraría el modelo de Díaz Ayuso para buscar un gobierno en solitario, pero en Vox han advertido por activa y por pasiva que sus votos no saldrán gratis. Su candidato autonómico en Murcia, José Ángel Antelo, ya apuntó en una encuesta en ABC que su perspectiva es doblar el brazo a los sondeos y gobernar en coalición con los populares.
Una realidad que Vox también quiere repetir en territorios ahora gobernados por la izquierda, como la Comunidad Valenciana y Baleares. En ambos, insisten dirigentes estos días, el vuelco está muy cerca. Los sondeos vaticinan una gran paridad, pero la formación derechista confía en ser decisiva para rebasar la mayoría absoluta con el PP y conformar en sendos enclaves ejecutivos de coalición.
Abascal, de hecho, optó por Valencia como lugar para abrir la campaña, en un gran mitin en el que reunió a cerca de 6.000 simpatizantes. Esta semana estuvo también en Alicante, aunque en el caso de Baleares, el líder nacional que ha visitado las islas es su número dos, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga.
Ceuta, la esperanza
Otro lugar decisivo para Vox, quizás el más importante, es Ceuta. El partido también ganó allí en 2019 las elecciones generales de noviembre y ahora tiene esperanzas de repetir la gesta en un punto clave geopolíticamente hablando para España. Abascal acudió allí el lunes y, entre un despliegue policial fortísimo, sin precedentes según fuentes del partido, protagonizó un mitin en el hotel Ulises –sin conato alguno de violencia o protesta contra Vox– en el que lanzó mensajes contundentes y retó al popular Alberto Núñez Feijóo a cumplir su propuesta de permitir que gane la lista más votada si es Vox la primera fuerza. Las cartas están echadas y el domingo decidirá si el futuro de Vox está en los gobiernos.