ABC (Galicia)

Ciudadanos muestra un moderado optimismo antes de su examen final

Arrimadas y Villacís brillan en el acto que cerró la campaña, donde la gran ausente fue Patricia Guasp

- EMILIO V. ESCUDERO MADRID

Ciudadanos ha protagoniz­ado una campaña a pie de calle en la que ha buscado reengancha­r al electorado desde el trato más personal. En el cara a cara. Una estrategia de la que se sienten orgullosos y que esperan les traiga buenas noticias mañana domingo. Alejado de actos multitudin­arios, el partido quiso romper esa dinámica en el cierre campaña, en el que casi todos sus rostros conocidos –solo faltaron Patricia Guasp y Edmundo Bal– estuvieron arropados en el corazón de Madrid por varios centenares de simpatizan­tes. Alegría desbordada por momentos, que tuvo en Inés Arrimadas a su gran protagonis­ta. «La Inés de siempre», como señaló orgullosa Begoña Villacís.

Fue la portavoz en el Congreso la que despertó más emoción entre los asistentes con un discurso pleno de vehemencia y convicción. Como hacía tiempo que no se le escuchaba. «Hemos gobernado en muchos sitios y lo hemos hecho muy bien. Y podemos decir con orgullo que nadie puede ir a ningún rincón de España a echarnos en cara ningún caso de corrupción», señaló antes de poner en pie al personal. También Adrián Vázquez, secretario general del partido, alentó a las masas y dejó una frase que puede ser premonitor­ia. «No necesitamo­s un resultado grande para tener un buen resultado», señaló convencido de que seguirán siendo clave en algunos ayuntamien­tos. La gran ausente (sobre todo porque su presencia estaba prevista) fue Patricia Guasp. La portavoz nacional se quedó en Baleares, donde aspira a presidir la comunidad, pero mandó un mensaje en el que reiteró su «esperanza de seguir siendo decisivos».

En medio de este ambiente de euforia contenida y algo impostada, la nueva dirección de Ciudadanos afrontará este 28M su primer gran examen tras haber cogido las riendas del partido a principios de año. Un examen parcial, aunque decisivo, pues marcará el futuro del partido y la estrategia a adoptar para las elecciones generales de finales de año. La sensación predominan­te

Inés Arrimadas Portavoz en el Congreso

en el seno de la formación es que en estos meses han conseguido frenar la caída libre en la que entraron con la marcha de Albert Rivera, pero también que estos comicios han llegado demasiado pronto y no les ha dado tiempo a remontar el vuelo. Quizá por eso, han tratado de centrar sus esfuerzos en aquellos lugares en los que las encuestas les dan más opciones de tener representa­ción. Regiones como la de Murcia, Baleares o Asturias y capitales como Zaragoza, Valencia, Ciudad Real, Palencia, Alicante o Albacete. Sin olvidarse, por supuesto, de Madrid, donde Villacís mantiene la esperanza de volver a ser clave en la gobernabil­idad de la capital, aunque la mayoría de las encuestas la dejan fuera. Ella, no. «Lo que he sentido estos días en las calles no lo sentí ni en 2019 –cuando sacaron su mejor resultado– y sé que vamos a volver a representa­ros. Porque si nosotros estamos en el ayuntamien­to no vamos a permitir que estén los del odio», señaló la vicealcald­esa.

Asumido el desplome respecto a las últimas elecciones, los responsabl­es del partido miran más hacia 2015 para calibrar los resultados del domingo. Entonces, con la formación en plena expansión, alcanzaron un millón y medio de votos y más de 1.500 concejales; el lunes, si amanecen con la mitad de esas cifras se darían por contentos, según las estimacion­es internas realizadas al principio de la campaña. «Todo el mundo dice que estamos muertos, pero ya veremos si es así. Nadie espera que saquemos nada, así que a partir de ahí todo puede ser una sorpresa»,

señalan fuentes internas.

Para tratar de reflotar el partido, la nueva dirección de Ciudadanos ha diseñado esta campaña como una vuelta a sus orígenes. Buscando recuperar la esencia perdida en los últimos años, en los que el giro hacia la derecha le ha hecho perder buena parte de sus electores. «Este nuevo Ciudadanos no tiene un socio prioritari­o. Donde seamos decisivos, podemos asegurar a la gente que no va a haber ningún gobierno que se alíe con la extrema derecha o la extrema izquierda. Ni con los que piensan que una pareja de homosexual­es es una aberración ni con los que quieren nacionaliz­ar todo», señaló Adrián Vázquez, secretario general. Una premisa, la de apoyar gobiernos de cualquier ideología siempre que no sean «radicales» o «nacionalis­tas», que esperan que se traduzca en votos.

Además de ese giro al centro, el partido ha apostado en las últimas dos semanas por las familias y los autónomos, dos de sus grandes pilares, a los que asegura que mimará en aquellos lugares donde sea decisivo. No tiene pinta de que uno de ellos sea Barcelona, la ciudad en la que se fundó la formación allá por 2005, y en cuyo ayuntamien­to tiene muy difícil encontrar un sitio Anna Grau.

«Somos el único partido que no se deja comprar el voto. Somos el voto útil»

«No vamos a dejar que el bipartidis­mo nos robe la esperanza de un país mejor»

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// SERGIO PÉREZ La portavoz de CS, Inés Arrimadas, en el cierre de campaña

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