El FBI revela un complot para matar a Isabel II durante un viaje a EE.UU.
Un simpatizante del IRA iba a perpetrar el magnicidio en 1983 en California
El Dovre Club es un pub irlandés de barrio en San Francisco, California. Carteles de cerveza Guiness, bar de madera, comida sencilla, trofeos de competiciones locales y mesa de billar. Un escenario convencional, hay miles de establecimientos así en todo Estados Unidos, la huella más evidente de la inmigración en masa de irlandeses que vivió el país a finales del siglo XIX y principios del XX.
El Dovre Club es uno de tantos pubs, pero podría haber sido el germen de un episodio histórico: un magnicidio con capacidad de dar un vuelco a la historia. Su nombre aparece en unos documentos recién revelados por el FBI dentro de un complot para asesinar a Isabel II.
El asunto se remonta a 1983. Por aquel entonces, el pub estaba en otra localización cercana, unas calles más al norte de su actual sede, en pleno barrio de Mission. Un agente del departamento de Policía de San Francisco era un parroquiano del local, que era un centro de reunión de políticos, empresarios y miembros de la comunidad irlandesa. Y también, de simpatizantes del IRA, el Ejército Republicano Irlandés, el grupo terrorista que se echó a las armas para sacar a Irlanda del Norte del Reino Unido e integrarla en Irlanda.
Los documentos, publicados por el FBI por una petición periodística en virtud de la Ley de Libertad de Información, cuentan que el policía recibió una llamada de una persona a la que había conocido en el bar. En ella, este hombre le contó que su hija había muerto por el impacto de una bala de goma en Irlanda del Norte.
Años de plomo
La llamada fue el 4 de febrero de 1983, en medio de los años de plomo en aquel enclave dividido entre unionistas e independentistas, entre protestantes y católicos. Cerca de 3.600 personas murieron entre ataques terroristas del IRA y otros grupos y la repuesta militar británica. En Estados Unidos, con comunidades irlandesas repartidas por todo el país, con mucho poder político y social, el conflicto se seguía de cerca.
La conversación telefónica entre aquel hombre y el policía –el documento del FBI oculta sus dos nombres– ocurría semanas antes de que la reina Isabel II visitara San Francisco.
Al otro lado del hilo telefónico, el hombre aseguró que su plan era matarla.
El cable emitido por la agencia de investigación detalla que el hombre dijo que intentaría atacar a la monarca «tirando un objeto desde el puente de Golden Gate cuando el yate real Britannia pase por debajo o que intentaría matar a la reina Isabel cuando visite el Parque Nacional de Yosemite».
El documento especifica que el Servicio Secreto de Estados Unidos tenía previsto cerrar las pasarelas para peatones del célebre puente. Y, en cualquier caso, la monarca llegó a la ciudad californiana en avión, y no en su yate, debido al mal tiempo. Sí que visitó Yosemite, y después prosiguió con su viaje por California, que incluyó una parada en el rancho del entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan.
La información del FBI muestra que aquella amenaza no fue un hecho aislado. En otras visitas posteriores a Estados Unidos –a Louisville (Kentucky) en 1989 o a Baltimore (Maryland) en 1991– la agencia de investigación detalló que la presencia de simpatizantes del IRA significaba una «posibilidad de amenaza siempre presente».
Ninguno de esos planes ni amenazas estuvieron cerca de concretarse. Isabel II, fallecida el año pasado a los 96 años, sobrevivió a todo y a todos en el siglo XX. También a la violencia que asoló Irlanda del Norte durante décadas.
La documentación desclasificada muestra que aquella amenaza no fue un hecho aislado en las visitas de la monarca a América