Rueda asume «liberar» a Galicia de la pinza de las izquierdas
▶ Una nueva rebaja en el impuesto de Sucesiones, principal anuncio del presidente
Con los flancos (Podemos y Sumar) desactivados, Alfonso Rueda se batió a derecha (Ana Pontón) e izquierda (José Ramón Gómez Besteiro), fajándose principalmente con la candidata del BNG. Intervención circular del presidente de la Xunta antes del ‘minuto de oro’: comenzó y concluyó los tres bloques advirtiendo de que el 18F se reduce a dar continuidad a la «estabilidad» que aporta un gobierno con el PP al frente; o abocar a Galicia a un «multipartito» con desavenencias entre sus socios.
«Liberar» es el verbo que empleó con insistencia Rueda cuando remarcó su voluntad de aislar a la Comunidad del «barullo», el «desgobierno» y los «chantajes» que conlleva este modelo en otras regiones; evitar que se convierta en una «sucursal» de lo que harían los independentistas con la «complicidad» de Pedro Sánchez, bajo la «mirada» de un presidente del Gobierno para quien Galicia es «una pieza más, y ni siquiera de las más importantes». Impedirlo pasa por dar la mayoría absoluta al PP, al menos 38 escaños de 75, recordó.
Pero eso fue en el fragor del debate. Porque en el inicio, siguiendo el refrán de ‘quien da primero, da dos veces’, Alfonso Rueda aprovechó que abría la cita para dejar un anuncio en forma de nueva rebaja fiscal: bonificaciones progresivas en el impuesto de Sucesiones para parientes colaterales. En un debate donde no hubo grandes propuestas, permitió al candidato conservador tomar la iniciativa y afear que ninguno de sus rivales se sumara.
Choque con Pontón
Con Pontón saltaron chispas porque Rueda, además de rebatir los frecuentes ataques de la candidata nacionalista, le dirigó varias andanadas. Con un objetivo claro: desnudar el «blanqueamiento» de todo aquello que tratan de ocultar al votante moderado. Señaladamente, el «monolingüismo» –citó la página concreta del programa del Bloque–, la defensa del independentismo y su alianza con Bildu y Esquerra.
Rueda cerró su intervención, en el minuto de oro, diciendo a los gallegos que no le voten si quieren engaños, apoyo al secesionismo y división y separación; pero que sí elijan su papeleta si desean seguir avanzando, seguir siendo un ejemplo y continuar creciendo. «En mí sí puedes confiar, yo sí tengo palabra», reivindicó el presidente gallego.
En una llamada para ensanchar su base electoral fuera de los afines al nacionalismo más irreductible, Ana Pontón pidió ayer en el tramo final del debate el voto para quienes «quieren el cambio» independientemente de «lo que votaran en otras ocasiones». Porque «hay muchas formas de sentirse gallega, y todas son necesarias para el cambio», proclamó la candidata nacionalista en una estudiada intervención final en el debate de ayer en la Televisión de Galicia. «Si queremos hacer algo diferente –es decir, que el PP no consiga la mayoría absoluta–, tenemos que hacer algo diferente», añadió la líder de los nacionalistas, que en todo momento durante el debate intentó buscar el cara a cara con el presidente de la Xunta y candidato del PP a las elecciones gallegas, Alfonso Rueda, para tratar de mostrar que ella es la alternativa.
Pontón puso encima de la mesa todas las cartas que acostumbra, repitiendo sus eslóganes habituales, como el de «eólicos, sí, pero no así». Y también mencionó la crisis de los pélets, para acusar a la Xunta de actuar con la misma ineficiencia que en la catástrofe del Prestige. Se esforzó en intentar captar el voto joven, acentuando que no quiere que «tengan que hacer las maletas para marchar, sino que las hagan para volver». Y reprochó al