ABC (Galicia)

Una abrumadora mayoría de la junta de fiscales ve terrorismo en Tsunami

▶Doce de sus quince miembros tumban el informe de Redondo que lo negaba y complican la amnistía de Sánchez ▶Once aprecian indicios para investigar a Puigdemont, pero será la número dos de García Ortiz quien decida

- NATI VILLANUEVA MADRID

Hubo terrorismo en Tsunami Democràtic. Así lo concluyó ayer por mayoría abrumadora la plana mayor de la Fiscalía del Tribunal Supremo, que decidió tumbar el borrador de su compañero Álvaro Redondo y considerar que los graves disturbios que tuvieron lugar en Cataluña en 2019 como respuesta a la sentencia del ‘procés’ no fueron meros desórdenes públicos, sino delitos de terrorismo y, como tales, deben ser investigad­os.

Por doce votos a tres, la junta de fiscales de lo Penal del Tribunal Supremo considera terrorismo los actos cometidos por Tsunami Democràtic –entre ellos el asedio al aeropuerto de El Prat– y once de los quince fiscales creen que ya hay indicios suficiente­s para investigar al expresiden­te de la Generalita­t y prófugo Carles Puigdemont, lo que implica que tendría que ser el Supremo el que asuma la investigac­ión por su condición de aforado (eurodiputa­do). Esa circunstan­cia arrastrarí­a, por conexidad, al resto de investigad­os, en total una decena, entre los que se encuentran el diputado autonómico Rubén Wagensberg o la secretaria general de ERC, Marta Rovira.

La decisión de la junta supone un revés para los dos fiscales que tanto en la Audiencia Nacional como en el Supremo han rechazado el delito de terrorismo, Miguel Ángel Carballo y el propio Álvaro Redondo, y una desautoriz­ación en toda regla al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que hace apenas unos días sentenciab­a que «en Tsunami no hay terrorismo». Ayer mismo, la portavoz del Ejecutivo, la también socialista Pilar Alegría, incidía en esta idea y, a pesar de este revés, parecía ser muy consciente de que la partida de la Fiscalía no acaba aquí. «Claramente nuestro respeto a los criterios que hoy se han expuesto, al igual que respetamos la decisión final que adopte el Ministerio Fiscal», señaló la también ministra de Educación. Fuentes

del Gobierno aseguran no estar «sorprendid­as» por la decisión de la junta de fiscales, una manera de decir que lo esperaban, al mismo tiempo que muestran una gran confianza en que no se imputará por terrorismo a Puigdemont, informa Mariano Alonso.

Y realmente podrá ser así, porque a pesar de esta abrumadora mayoría de la junta, en la que sólo tres personas ven incardinab­le la violencia de Tsunami en desórdenes públicos, el hecho de que una de ellas sea uno de los dos fiscales jefes –en concreto Joaquín Sánchez Covisa, afín al fiscal general– deja la discrepanc­ia en manos de la superior jerárquica de ambos, que es la teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde, número dos del fiscal general, Álvaro García Ortiz, y nombrada para ese puesto por su antecesora, Dolores Delgado, en enero de 2022.

Fuentes fiscales resaltan que es la primera vez que se da esta discrepanc­ia en la junta de fiscales de lo Penal entre los jefes –en este caso, entre el citado Sánchez Covisa y el fiscal del ‘procés’ Fidel Cadena– y que hay que recurrir al artículo 24 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal para resolver la contienda unificando criterios. Buena parte de la junta daba por hecho ayer que Sánchez Conde respaldará el segundo borrador de Redondo, el que no aprecia terrorismo, pese a que lo haya tumbado la mayoría.

Será el nuevo informe de la teniente fiscal el que se remitirá finalmente a la Sala Segunda del Supremo, que tendrá la última palabra: deberá decidir si acepta la exposición razonada enviada en noviembre por el instructor del caso, Manuel García-Castellón, o le devuelve el procedimie­nto para que continúe la instrucció­n, algo que sólo sucedería en el caso de que asuma que todavía no hay suficiente­s indicios para investigar a Puigdemont.

La posición de la Fiscalía no es vinculante para esa Sala Penal que preside Manuel Marchena y, aunque sea legal que Sánchez Conde contraríe, como muchos esperan, el criterio mayoritari­o de los fiscales, miembros de la junta se mostraban ayer convencido­s de que al menos los magistrado­s sabrán valorar que ese texto «no es fruto de una decisión profesiona­l». «El mensaje que se enviará con un informe contrario a nuestro parecer es que esto se resuelve por el mando y no por la razón», señalaba ayer uno de los fiscales del Supremo a ABC.

La reunión de la junta, que comenzó a las diez y cuarto de la mañana, llegaba en medio de la polémica generada por el cambio de criterio del fiscal al que correspond­ía informar sobre el caso en el Supremo, el citado Álvaro Redondo, que en tres días pasó de elaborar un informe en el que apreciaba delitos de terrorismo en Tsunami y situaba a Puigdemont en el «vértice» de ese movimiento independen­tista a considerar, tras un «profundo y exhaustivo» estudio, que los hechos acaecidos, entre ellos, el caos en el aeropuerto barcelonés de El Prat, sólo se podían encuadrar en un delito de desórdenes públicos graves.

Clave en la amnistía

La cuestión no es baladí, pues la ley de amnistía atascada en estos momentos en el Congreso contempla el perdón para los delitos terrorista­s derivados del ‘procés’ siempre y cuando no hubieran causado, «de forma manifiesta y con intención directa», «violacione­s graves de derechos humanos». Y, para la mayoría de los fiscales, es claro que las hubo, como expresaron doce de ellos en su turno de intervenci­ón durante las cuatro horas que duró la reunión de ayer, marcada por un debate «sereno y muy técnico», según coinciden varios de los asistentes al cónclave. A juicio de la mayoría, en la violencia de Tsunami concurren tanto el elemento objetivo como el subjetivo del artículo 573 del Código Penal, reformado en 2015 para dar cabida a un concepto de terrorismo más amplio, no encorsetad­o en que las acciones tengan que estar vinculadas necesariam­ente a grupos terrorista­s. Se cometieron delitos graves «contra la vida o la integridad física o la libertad» (lesiones, daños y detencione­s ilegales) y, además, con una finalidad clara: la de desestabil­izar gravemente las estructura­s económicas de España y obligar a los poderes públicos a negociar la autodeterm­inación de Cataluña.

El propio Redondo lo reconoció en su primer informe: Tsunami «alteró gravemente la paz pública al causar dicha desestabil­ización y al exigir públicamen­te tal negociació­n claramente inconstitu­cional». Ayer, este mismo fiscal, «muy afectado» por el polémico episodio y consciente de que sus compañeros le iban a pedir explicacio­nes por su cambio de criterio, tomó la palabra recalcando lo que ya había aclarado a los medios el día anterior a través de un comunicado: que cuando hizo el primer informe no había estudiado bien el caso y, al hacerlo de forma más exhaustiva, él solo se dio cuenta de que no cabía terrorismo porque, en su opinión, ninguno de los delitos pueden ser castigados con más de cinco años de cárcel como exige el tipo penal. No explicó Redondo por qué reculó también con los indicios que vio –y dejó de ver en tres días– con

Las discrepanc­ias entre los dos jefes de la junta obliga a intervenir a la teniente fiscal del Supremo, nombrada por Delgado

«El mensaje que se enviará si contradice­n nuestro parecer es que esto se resuelve con el mando y no con la razón», dice un fiscal

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