El mensaje de las víctimas de Hamás al Rey: «Tráelos a casa»

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«Aunque mi familia sufre un dolor extremo, no perdemos la esperanza y esperamos el regreso de Dolev cada minuto de cada día. No tenemos otra opción. Lo único que nos queda es nuestra fe en volver a estar todos reunidos tras el regreso de Dolev. No podré dejar de abrazarle cuando vuelva». Estas palabras sobre Dolev Yehoud las dice Marcelo Garzon, su suegro. Dolev es ingeniero, tiene 35 años y se encontraba en uno de los kibutz atacados por Hamás el 7 de octubre de 2023. Sigal –hija de Marcelo y mujer de Dolev, a quien conoció cuando tenía 12 años– se encontraba con él cuando fueron atacados, pero consiguió ponerse a salvo junto a sus tres hijos. El día del ataque estaba embarazada de una niña que nació nueve días después del secuestro de Dolev. Sigal mantiene la misma fe que su padre, pese a que no saben nada de Dolev desde el día de la «masacre».

Marcelo y Sigal forman parte de un grupo de nueve familiares de siete de los 135 rehenes que todavía siguen capturados por Hamás. Acudieron ayer por la tarde al Palacio de la Zarzuela junto a la embajadora de Israel, Rodica Radian-Gordon, donde fueron recibidos por Felipe VI. Elhanan y Aharon Danino, Clara Maman, Gilad Korngold y Amos Horn se sumaron a las palabras de ánimo y esperanza de Marcelo. Elhanan y

Aharon quiere tener a su hijo y hermano Ori Danino de vuelta, igual que Clara quiere volver a abrazar a su hermano Fernando, Gilad a su hijo Tal y Amos a sus hermanos Iair y Eitan. Lo mismo les ocurre a Salem y Amir, los hijos de Muhammad El-Atrash, musulmán beduino que cumplirá 40 años el próximo 26 de febrero. No saben nada de él desde el 7 de octubre a las seis de la madrugada, cuando avisó a sus esposas de que le iban a secuestrar.

Angustia e incertidumbre

Felipe VI recibió uno a uno a todos los miembros de la delegación en la sala de reuniones que hay junto a su despacho en el Palacio de la Zarzuela. En sus caras se podía ver el sufrimiento, la angustia e incertidumbre que sufren desde hace cuatro meses, cuando sus familiares fueron capturados por Hamás tras los ataques a Israel del 7 de octubre. Todos ellos llevaban un lazo amarillo, que es símbolo de los familiares de los rehenes, con el que reivindican su liberación. También lucieron camisetas y carteles con fotografías de sus familiares, en los que se podía leer un lema que, traducido del inglés, decía: «Tráelos a casa ahora».

Los ataques sorpresa de Hamás contra Israel provocaron una escalada que Europa y las principales potencias internacionales se afanan por conseguir que termine. A este empeño se ha sumado Felipe VI, quien lleva desde hace cuatro meses condenando estos ataques y diciendo que el reconocimiento del Estado de Palestina es la única salida para terminar con el conflicto. El pasado 11 de enero, durante la clausura de la conferencia de embajadores, el Rey reconoció que «la tragedia que vive Gaza está sacudiendo la conciencia de la Humanidad, como también lo hizo el atentado terrorista» perpetrado por Hamás, «el peor de su historia».

Don Felipe insistió en que hay que condenar lo ocurrido y pedir la liberación de todos los rehenes, así como reclamó «respetar el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario». «Debemos seguir insistiendo en que sin una solución política, que pasa por el establecimiento del Estado palestino junto a Israel, no será posible parar este ciclo de violencia o impedir que se vuelva a repetir», añadió.

Esta misma línea es la que defiende el Gobierno de España. Por eso, además de la recepción del Rey, Pedro Sánchez mantuvo un encuentro con esta delegación y con una rehén liberada en una de las pausas temporales de la guerra dos horas antes en el Palacio de la Moncloa, en la que trasladó de su Ejecutivo: rotunda condena a los atentados terroristas, petición de la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes y, además, un alto el fuego y la celebración de una conferencia de paz internacional que materialice la solución de dos Estados.