El hombre que salvó a 33 mineros
▶El milagroso rescate de la mina San José y el estallido social que convulsionó a Chile en 2019 quedan unidos para siempre a su figura
Sebastián Piñera Echenique (Santiago, 1949), le fascinaban los helicópteros. A los pocos días de iniciar su primer mandato como presidente de Chile, en 2010, se descubrió que iba pilotando su aparato privado cuando éste tuvo un fallo y debió aterrizar de emergencia. La polémica subsiguiente le obligó a prometer que no volvería a conducirlo mientras estuviera en el cargo. Pero ayer, el expresidente estaba de vacaciones, gozando del verano austral en su casa del lago Ranco en el sur de Chile, disfrutando de un inesperado cambio en la opinión pública chilena que pasó de exigir su dimisión durante el estallido social de 2019 a considerar que se había cometido
Auna injusticia con él. Fue entonces cuando encontró la muerte al caer su aparato en el lago. Sus tres acompañantes se salvaron a nado, pero el hombre que libró a 33 hombres de una trampa mortal a 600 metros bajo tierra en 2010, no pudo salir de un helicóptero sumergido unos cuantos metros.
Hijo menor de José Piñera Carvallo, un prohombre de la Democracia Cristiana chilena, siempre existió la duda sobre su verdadera tendencia política. Una parte de la derecha, la más liberal y próxima al régimen del general Pinochet, nunca lo consideró como uno de los suyos, a diferencia de su hermano mayor, José Piñera, ministro del gobierno militar y autor de las dos reformas que originaron el ‘milagro económico
Su fortuna personal se inició cuando, tras estudiar Economía en EE.UU., llevó la representación de las primeras tarjetas de crédito a Chile. La afinidad socialcristiana de su familia marcó su carácter. En su primer mandato, usó como excusa el terremoto de febrero de 2010, pocos días antes de que tomara el mando, para dictar una fuerte alza de impuestos que acabó con la noción de un país de bajos impuestos que algunos deseaban que siguiera el ejemplo irlandés.
Su paso por la política, en la que fue dos veces presidente además de senador, quedó definido por el estallido social de 2019 y por la forma en que aceptó sustituir la Constitución de 1980 por un nuevo texto a cambio de que la oposición aceptara dejar de legitimar a los grupos violentos que habían encabritado al país. Estaba convencido de que Chile necesitaba una Constitución con un consenso que fuera mejor que la aceptación del texto impuesto por Pinochet. Los chilenos rechazaron dos veces los borradores de Constitución que se les presentaron. En los últimos meses su popularidad había aumentado entre los chilenos. Esto alentó los rumores de que pudiera presentarse por tercera vez a la Presidencia de la República. Sin embargo, durante su última visita a España, en septiembre pasado, cuando asistió al Foro La Toja invitado por Mariano Rajoy, Piñera admitió en privado que no pensaba en serio en una candidatura y que le bastaba con mejorar su valoración como expresidente.
De los cientos de hechos que se recordarán, el que mejor define su existencia fue el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en las profundidades de la mina San José en agosto de 2010. Todos sus colaboradores coinciden en que fue su empeño personal el que hizo que el Estado se pusiera como objetivo rescatar a esos hombres con medios y recursos que el propio Piñera ni siquiera sabían que existían. Su proverbial tenacidad, que después usaría en la gestión de la pandemia permitiendo que su país fuera uno de los primeros del mundo en tener vacunas contra el Covid, tuvo premio y los 33 mineros volvieron sanos y salvos a la superficie. Él siempre exhibía como su mayor gesta personal el mensaje escrito que enviaron los trabajadores atrapados en las entrañas del desierto: «Estamos bien en el refugio los 33».