Borrasca Karlotta: Vuelos cancelados, trenes retrasados y cientos de alertas
▶ El paso del primer gran temporal del año deja un reguero de avisos y rachas de más de 200 kilómetros por hora Muere un hombre al caer con su coche al puerto de Portonovo
La primavera en la que los gallegos llevaban dos semanas instalados, en pleno mes de febrero, se quebró ayer de manera repentina. Sin margen apenas para unas jornadas de transición, Galicia pasó de la estabilidad más absoluta a dar la bienvenida a una intensa borrasca que dejó un reguero de incidencias. La provincia más afectada por el temporal de viento y lluvia, bautizado como Karlotta, fue La Coruña, donde los problemas estuvieron relacionados sobre todo con las fuertes precipitaciones, que no dieron tregua. A última hora de la tarde, el 112 había atendido más de 160 incidencias en esta provincia, la mayoría de ellas por la caída de ramas y árboles, cortes de carreteras y desprendimientos de muros y fachadas, entre otros elementos, pero también accidentes de tráfico, ninguno con heridos de consideración. Entre las alertas más graves destacó, en Ferrol, la caída de una valla junto al Gran Hotel, que cortó parcialmente la vía, así como la caída de un muro en la calle Mendizábal, que causó la rotura de una tubería de gas. En la ciudad herculina se desprendió parte de una caseta de obra instalada en la fachada de una vivienda en Juan Flórez, que cayó sobre un carril de circulación, aunque sin causar daños personales ni a los vehículos. Y, en Culleredo, el viento levantó prácticamente todo el tejado de una nave comercial. En Ames, también en la provincia de La Coruña, se desprendió a causa del viento una estructura de PVC que cayó sobre varios coches y en Mazaricos un árbol bloqueó a primera hora la carretera AC-400, causando un accidente de tráfico. La peor parte del temporal en Lugo se la llevó la comarca de A Mariña, por la velocidad de las rachas de viento registradas, De hecho, la estación de Penedo do Galo, en Viveiro, alcanzó durante la mañana una racha récord de 202,4 kilómetros por hora. Los vientos también alcanzaron, según Meteogalicia, los 170,7 kilómetros por hora en Carballeda de Valdeorras (Orense) y los 153 en la estación de O Xistral, en Muras (Lugo). A 150 kilómetros por hora llegaron en la localidad coruñesa de Vimianzo y a 149 en Cedeira. Las lluvias, por su parte, descargaron sobre todo en la provincia de La Coruña, con registros muy altos. Concretamente,
Un vecino de Noalla de 44 años falleció en la madrugada de este jueves tras caer al mar con el vehículo que conducía en el puerto de Portonovo, en Sanxenxo (Pontevedra). Fue la propia víctima la que alertó al 112 de que había caído al mar con su coche, que estaba oyendo entrar agua y que no sabía nadar. Sucedió a las 4,26 horas de la madrugada. De inmediato fue desplegado un amplio operativo formado por Policía Local, Gardacostas, GES de Sanxenxo, Guardia Civil, Protección Civil, Bomberos de Ribadumia y de O Salnés y Salvamento Marítimo para tratar de dar con el hombre. El personal de seguridad del puerto informó de que el vehículo había caído entre la lonja y el embarcadero, pero el cuerpo no pudo ser localizado hasta las 6.
135 litros por metro cuadrado en Santa Comba, 98,7 en Zas y 96,7 litros por metro cuadrado en Lousame. Por esta razón, la Xunta mantiene activo el Plan Especial ante el Riesgo de Inundación en Galicia (Inungal) por el posible desbordamiento de ríos.
Pero donde más contratiempos generó ayer el paso de la borrasca fue en los aeropuertos y las estaciones, donde los retrasos y las cancelaciones marcaron la tónica de una jornada muy complicada, en la que los viajeros se llevaron la peor parte. En Alvedro se vieron afectados tres vuelos, dos procedentes de Madrid que tuvieron que regresar a la capital española y un tercero que no llegó a salir. En el caso del aeropuerto Rosalía de Castro de Santiago, se desviaron a Madrid tres vuelos, procedentes de Bilbao, Londres y Valencia. En Vigo hubo dos incidencias: un vuelo procedente de Londres que fue desviado a Madrid por el viento y uno procedente de Madrid que terminó aterrizando en Santiago. En todos los casos, además, resultaron afectadas sus conexiones de regreso.
No fue mejor la cosa para los que dependían de las conexiones ferroviarias, que sufrieron retrasos como la interrupción durante una hora de la circulación ferroviaria en la línea Pontevedra-Santiago por la caída de un árbol entre Catoira y Pontecesures. El número total de incidencias atendidas a lo largo del día se elevó a cerca de 300, la huella del primer gran temporal del año.