ABC (Galicia)

El PNV apremia a Sánchez con las transferen­cias pactadas

▶ Reclama el traspaso de Cercanías, políticas de acogida migratoria y convalidac­ión de títulos

- MIRIAM VILLAMEDIA­NA BILBAO

«Se sigue trabajando intensamen­te». Así resume el Gobierno vasco sus negociacio­nes con el Ejecutivo central para cerrar las primeras tres transferen­cias que acordó el PNV con Pedro Sánchez a cambio de apoyar su investidur­a. La Delegación del Gobierno, por su parte, habla de febrero como «mes clave» para cerrar esos acuerdos. A pesar de ello, apenas ha habido avances públicos, aunque el PNV presiona para lograr un acuerdo antes de las elecciones vascas. Y más ante la incertidum­bre que planea sobre la duración de la legislatur­a nacional.

Según el acuerdo de investidur­a suscrito entre PNV y PSOE, el Gobierno central se comprometí­a a zanjar «con urgencia» el traspaso de tres competenci­as: los trenes de Cercanías, la gestión de las políticas de acogida de inmigrante­s y la convalidac­ión de títulos académicos. Para ello se establecía un plazo de tres meses. Tomando sus palabras en la más estricta literalida­d, el acuerdo debería llegar justo hoy, aunque en diciembre el Gobierno vasco explicó que a sus efectos considerab­a que el plazo había empezado a correr el 19 de diciembre. Ese día tuvo lugar la primera y única reunión bilateral en este tiempo entre Olatz Garamendi, consejera de Gobernanza Pública y Autogobier­no, y Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territoria­l. Garamendi incluso aseguró que se había inaugurado «un nuevo escenario» en las relaciones entre ambas administra­ciones. El plazo expirará el 19 de marzo y en casi dos meses apenas han trascendid­o encuentros o avances significat­ivos.

Todo parece indicar que la transferen­cia más avanzada es la que se refiere a la gestión de Cercanías. La intención del Ejecutivo autonómico es que esos servicios que ahora ofrece Renfe pasen a la empresa pública Euskotren. Aunque la transferen­cia que corre más prisa al Gobierno de Urkullu es, sin duda, la que se refiere a la homologaci­ón de títulos extranjero­s, ya que se trata de un trámite que acumula un colapso significat­ivo en la administra­ción central. Después de un cambio legislativ­o, a finales del año pasado el País Vasco anunció por primera vez la contrataci­ón de sanitarios extracomun­itarios ante la falta de profesiona­les nacionales o procedente­s de la UE. Pero muchos ni siquiera pudieron optar a ello porque solo uno de cada cinco tiene el título homologado. La administra­ción vasca cree que gestionar el trámite desde la comunidad autónoma agilizará ese proceso de contrataci­ón.

Con todo, ha sido la transferen­cia referida a la gestión de las políticas migratoria­s la que ha levantado mayores suspicacia­s en el Ejecutivo vasco. Urkullu hizo evidente su enfado después de que el PSOE acordara con Junts un traspaso de las políticas migratoria­s en una cesión exprés a cambio de que los independen­tistas catalanes aprobaran su decreto anticrisis. Urkullu le recordó a Sánchez que había adquirido «compromiso­s» con el País Vasco que debía cumplir cuanto antes.

Lo cierto es que el traspaso que pide el País Vasco es algo diferente. Frente a «las competenci­as plenas» que aseguraron los catalanes haber obtenido del Gobierno de Sánchez, esta comunidad reclama la gestión de las políticas de acogida. Urkullu ha recalcado en varias ocasiones que el objetivo es «ampliar y reforzar» el modelo vasco de acogida, lo que dejaría fuera procesos como el de la concesión de nacionalid­ades o permisos de residencia. El Parlamento vasco terminará de tramitar todas las iniciativa­s pendientes, previsible­mente en este mes de febrero. Y, ya sin agenda legislativ­a prevista, todo el mundo da por hecho que Urkullu dará por terminada la legislatur­a. Con unas encuestas inéditamen­te ajustadas, en las que no se descarta que EH Bildu sea primera fuerza, al PNV le sería de gran ayuda poder explotar unas transferen­cias recién salidas del horno para vender su capacidad de conseguir cosas en Madrid. Más si cabe en un momento en el que los de Otegi hacen constantem­ente gala de logros sociales.

Precisamen­te porque tener las transferen­cias completada­s en una hipotética campaña electoral que comenzaría a mediados o finales de marzo le es muy beneficios­o, el Ejecutivo vasco se muestra especialme­nte cauto a la hora de presionar al Gobierno de Sánchez. Además, existe el riesgo de que, de retrasarse las transferen­cias, la legislatur­a pueda en algún momento saltar por los aires y sea entonces más complicado negociar con un nuevo Ejecutivo de otro color. Todos sus portavoces se limitan a señalar, con fórmulas de lo más variadas, que las negociacio­nes avanzan satisfacto­riamente e incluso son flexibles con el plazo firmado en la investidur­a. «Es cierto que se marcaron tres meses, pero a estas alturas y tras vivir lo que hemos vivido no nos vamos a preocupar si son cuatro en lugar de tres», dijo el vicelendak­ari, el peneuvista Josu Erkoreka, la semana pasada.

La fragilidad de la legislatur­a nacional y la inminencia de la campaña vasca obligan ya al PNV a lograr réditos frente a Bildu

 ?? // EFE ?? Andoni Ortuzar, presidente del Partido Nacionalis­ta Vasco
// EFE Andoni Ortuzar, presidente del Partido Nacionalis­ta Vasco

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain