De puntillas por la autodeterminación
Hay que tener mucho cuidado con las promesas electorales porque a veces pueden restar más votos que los que dan. Ojo con lo que propones porque te puede traer un buen disgusto. Contentar a todos es imposible y ciertas cosas que tienen mala prensa. Lo sabe bien el BNG, que a base de décadas de experiencia pretende dejar de ser minoritario y ampliar su base electoral pasando de puntillas por los aspectos de su programa que pueden escocer a amplias capas de la sociedad. La política lingüística, por ejemplo. ¿Cómo evitar la pérdida de hablantes de gallego? Un gobierno nacionalista incrementaría la presencia de la lengua en las aulas pero ¿cómo?, ¿hasta dónde irían? El programa de las elecciones del 18F propone derogar el plurilingüismo que instauró Feijóo y buscar un gran pacto. Hablan de un acuerdo para garantizar la igualdad de elección. ¿Con quién van a negociar? Si Pontón es presidenta lo sabremos, pero todo suena a monolingüismo en gallego en las aulas vestido de petición unánime de la sociedad. Las entidades nacionalistas encantadas, pero muchos padres defraudados. Ana Pontón quiere pasar por la campaña sin hablar de lengua ni autodeterminación, porque sabe que no es algo que vaya a aglutinar grandes mayorías, pero ese disimulo no significa que haya renunciado a los máximos que propone su partido. Para saber qué piensa el Bloque mejor que en lo que dice Pontón fijarse en la trayectoria de su diputado en Madrid, Néstor Rego, claro como el cristal cuando toca criticar a la Corona, al Estado o para explicar el objetivo final del BNG: «Unha república independiente da Galiza». No pasa nada por ser nacionalista, pero es importante ser claros. No vaya a ser que electores incautos los apoyen por sus promesas de mejorar la sanidad o libros de texto gratuitos y se encuentren con líos como los que hemos visto en otras autonomías.