A Pedro Fraile, que no debía estar aún en las estrellas
Pedro Fraile (1947-2024)
Ningunas líneas pueden estar a la altura para rendir justo homenaje a Pedro Fraile Balbín, que acaba de dejarnos. Una mente privilegiada, pero aún más privilegiado y grande era su corazón. Docente por vocación y estudioso incansable, nació en una Palencia fría y pobre. Sus orígenes asturianos le vincularon con el Cantábrico. Le habría gustado vivir en algún sitio con grandes ventanas para ver las tempestades, y con una chimenea frente a la que leer y estudiar. La honestidad personal e intelectual ha sido una de sus muchas cualidades. Y también su capacidad de perseguir los sueños. Nos ha enseñado que vale la pena luchar por los sueños. Atesoraba sus recuerdos de los años vividos en Estados Unidos, donde aprendió Economía con los mejores, como Rostow, Gary Becker o Milton Friedman. Allí enseñó sus primeras clases y vivió unos años intensos. Volvió a España para incorporarse como catedrático de Historia Económica en la Universidad Carlos III. Amaba la libertad y era capaz de desentrañar los peligros del intervencionismo y del marxismo. Sentía una profunda tristeza por la situación de la política nacional.
Estudioso incansable, publicó numerosos libros, capítulos de libros y artículos científicos y de prensa. Han sido numerosas sus colaboraciones en La Tercera de ABC, siempre reflexiones brillantes sobre las nefastas consecuencias de la falta de libertad. La última fue ‘Tocqueville y nuestro populismo’ (19-12-2023). Fue colaborador en la tertulia económica de Onda Cero ‘La Brújula de la Economía’ y en ‘La linterna’, de la Cope. Estaba escribiendo un libro sobre el pensamiento económico de Tocqueville para la editorial Routledge, una tarea enorme e intelectualmente sugerente que le emocionaba afrontar. Por desgracia, no ha tenido tiempo de terminarlo.
Los últimos días estaba leyendo los cuentos completos de Edgar Allan Poe simultáneamente en inglés y en español. Estaba disfrutando mucho. Entre los planes que ha dejado inacabados estaba ir a un observatorio astronómico a contemplar las estrellas. Esas estrellas entre las que ya está, desde nos contempla, desde donde nos dice que no estemos tristes, que sigamos soñando y luchando por las ilusiones, que quiere vernos reír y disfrutar. Pedro Fraile era cristiano. Creía en la trascendencia. Sabemos que nos está esperando.
Pedro Fraile Balbín se ha ido en silencio, sin hacer ruido, sin llamar la atención, como a él le gustaba hacer las cosas. Discreto, brillante, cariñoso, generoso, amable, pendiente de todos. El mundo sin él es un poco más gris. Aunque esa estrella en la que está brillará más desde hoy. Ha sido una suerte que forme parte de nuestras vidas. Nos deja un vacío enorme, injusto, inesperado, que nadie podrá llenar. Le echaremos mucho de menos.