Un tercio de las patrulleras de la Guardia Civil tiene más de 20 años
▶ Los barcos del Servicio Marítimo no aguantan ya las embestidas de las narcolanchas
nal, aunque reconocía que «no existe en estos momentos una definición de estos incentivos y zonas». En abril de 2023, las diputadas Ana Vázquez y Borrego insistían en su cuestionamiento al Gobierno a este respecto. En el mes de mayo consta la última respuesta escrita sobre esta cuestión. Nuevamente se defiende que haber prolongado el Plan Especial de Seguridad significaba dar continuidad a una serie de líneas de acción estratégicas «que tan buenos resultados han dado durante la vigencia de los planes anteriores». El Gobierno justificaba que esos planes ya contemplan un refuerzo de medios humanos, materiales y tecnológicos para «atacar con eficacia las actividades del crimen organizado». Por tanto, Interior defendía que ese incremento de medios ya se hacía «sin que sea necesario establecer nuevas Zonas de Especial Singularidad».
La creación de una de estas zonas supone una mejora de los sueldos y resto de condiciones laborales –por ejemplo, más vacaciones–, lo que las hace atractivas para muchos agentes. Eso permite completar plantillas y evitar peticiones de traslados a otros lugares menos inseguros.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil tiene una flota de embarcaciones de alta velocidad «muy envejecida». Una de cada tres patrulleras ha cumplido los 20 años de antigüedad «superándolos incluso en algunos casos», según consta en el contrato fechado el pasado 23 de enero para fabricar tres nuevos barcos, al que ha tenido acceso ABC. En el documento se especifica que desde el punto de vista técnico y de seguridad la vida útil de este tipo de medios navales se estima en 15 años; es decir, un tercio del total de embarcaciones están más que obsoletas.
«Las citadas embarcaciones en muchos casos no reúnen las condiciones de acomodación necesarias para los servicios que prestan, y además las horas de navegación efectuadas han sobrepasado las previstas inicialmente, obligando a plantear las necesarias renovaciones exigibles a sus plantas propulsoras, tanto motores como hidrojets, descatalogados en el caso de los primeros», se recoge en la memoria para la licitación con cargo a la Secretaría de Estado de Seguridad. El presupuesto inicial para las tres nuevas patrulleras es de 7,5 millones.
El jefe del Servicio Marítimo destaca que los barcos de la Guardia Civil se ven envueltos «en ocasiones» en persecuciones con embarcaciones empleadas para el tráfico de drogas, que realizan maniobras de embestida a las patrulleras, una realidad que se vio en toda su crudeza el pasado viernes cuando una narcolancha arrolló a una zódiac y provocó la muerte de los agentes David Pérez y Miguel Ángel González.
«La violencia de estas acciones hace necesario que los cascos y la estructura de las futuras embarcaciones sean de materiales más resistentes que las de la flota actual, que son de PRFV (poliéster reforzado con fibra de vidrio)», se señala. El mando explica que la vida útil de una embarcación de aluminio ronda los 20-25 años, periodo muy superior a los 15 años de vida útil que tiene una embarcación de poliéster reforzado. «Todo lo expuesto implica que el Servicio Marítimo tenga que acometer inversiones en las embarcaciones de la actual flota de alta velocidad que superan con mucho el valor residual de las mismas, al encontrarse éstas con su vida útil sobrepasada. Lo cual desde el punto de vista económico es del todo ineficiente».
Interior pide un informe
La contundencia del diagnóstico es evidente, pese a que desde Interior se niega la falta de medios que denuncian guardias civiles y policías nacionales. Son estas embarcaciones las que se encargan también del crimen organizado en el mar y la inmigración irregular. La velocidad en las persecuciones, además de la robustez de la flota, son elementos imprescindibles.
La propuesta pasa por fabricar tres nuevas patrulleras entre 2025 y 2026 para renovar las que ya han cumplido con creces su periodo de buen uso y construirlas en aluminio para aquellos servicios más peligrosos: lucha contra el narcotráfico, crimen organizado e inmigración irregular, «que precisan de una alta velocidad de persecución». Interior, tras el aluvión de críticas recibidas por Marlaska, ha encargado un informe a la Guardia Civil para que especifique qué número exacto de embarcaciones tiene el Cuerpo y en qué estado se encuentran.