ABC (Galicia)

Feijóo da el último impulso a Rueda y pide unir el voto ante el «disparate» del BNG

▶3.500 personas desbordan el mitin final del PP en La Coruña, donde el mensaje se centra en aglutinar las papeletas de los que rechazan el independen­tismo ▶Entre el optimismo de los suyos, el candidato solicita el «último arreón»

- PABLO PAZOS LA CORUÑA

Unir el voto de todos aquellos que no se sienten nacionalis­tas, que rechazan el «disparate» del independen­tismo, «aglutinar» las papeletas de los gallegos que no quieren que gobierne el BNG con el PSOE como muleta. Con un Alberto Núñez Feijóo enérgico, el más intenso desde el atril, dando el último impulso al candidato Alfonso Rueda, el Partido Popular centró en ese llamamient­o a concentrar el voto del centro-derecha el mensaje en el mitin central del último día de la campaña. Desde La Coruña, en un Palexco abarrotado, 3.500 personas que obligaron a habilitar espacios anexos. No cabían todos en el auditorio, que quedó pequeño.

«En julio [23J] el 80% de los gallegos no votaron al Bloque (...). No pueden permitir que gobierne el Bloque, sería un disparate (...). ¡No dejéis que el nacionalis­mo llegue a esta tierra, no hay ninguna tierra a la que le haya ido bien con el nacionalis­mo!», apeló Feijóo. Para «parar esa Galicia» que aplicaría el catecismo del BNG —derecho a decidir, monolingüi­smo— con el beneplácit­o de la izquierda, sumó Rueda. En definitiva, «aglutinar el voto (...) de todos aquellos gallegos que no se sienten independen­tistas», pidió el número uno por La Coruña, Diego Calvo.

El 18F «no va solo de partidos ya», advirtió Feijóo, sino de «separatism­o o estar juntos», «averiar lo que funciona o mantener el motor en marcha», «dejar de ser lo que somos para que una ideología decida» qué decir y pensar. Por eso pidió votar «por la dignidad, por una Galicia que no se arruga», para no ser «telonero del BNG» ni «reírle las gracietas a ERC y Bildu». Darle su primera mayoría absoluta a Rueda para seguir «marcando la pauta de la política autonómica»; y hablar «con fuerza de lo que piensa del Gobierno», desde una Comunidad «libre, sin divisiones y sin exclusione­s». «¡Entre todos le diremos al conjunto de los españoles que aquí hay un pueblo de pie (...), que queremos seguir viviendo juntos, y que somos gallegos y españoles!», proclamó. «Que no os engañen: si los gallegos quieren una Galicia unida, que no gobiernen un conjunto de partidos, soberanist­as incluidos, solo hay una papeleta: es la papeleta del PP», redondeó. «No importa que el BNG crezca; crece porque el PSOE se hunde (…), lo que hagan los demás es secundario, dependemos de nosotros mismos», arengó. «Si vamos unidos (…), ganamos seguro». Y evitar, así, una versión aún peor del bipartito. Y de puertas adentro, un guiño: volver en las próximas generales a Palexco, donde había más gente, presumió, que los que «ha traído Sánchez en 15 días».

Las cuatro provincias

Rueda fue ayer el único candidato que acudió a las cuatro provincias. Comenzó en su ciudad, Pontevedra, con encuentro con intervento­res y miembros del equipo de campaña. De ahí, a Lugo, con paseo por la ciudad amurallada. Y después de La Coruña, fiesta-mitin nocturna en Orense. En total, 10.000 kilómetros y más de 60 actos. «Acabamos la campaña con mucha ilusión y, sobre todo, con la satisfacci­ón del trabajo que hemos realizado», señalaban ayer a ABC fuentes del PPdeG. Entre las filas populares se palpaba ese «optimismo responsabl­e», prudente, al que aludía Rueda a mitad de campaña.

La primera campaña autonómica de Rueda como candidato, comandada por la secretaria general Paula Prado, ha ido notoriamen­te de menos a más. Arrancó, excepción hecha del primer sábado, con el lleno en la plaza de toros de Pontevedra, fría y con pocas revolucion­es, para ir después entrando en calor y ganando en intensidad. Como el propio Rueda en el debate de CRTVG.

Un cuatro contra uno que derivó en Rueda vs Pontón. Y que, al líder del PPdeG, le reportó como principal beneficio clarificar­le la estrategia: no más dispersars­e hablando de Cataluña, centrarse en mostrar la verdadera cara del BNG, la que se oculta bajo la «careta» de la falsa moderación; advertir del escenario al que se enfrenta Galicia si Pontón se convierte en presidenta con el PSOE como muleta; insistir en que una mayoría absoluta, la primera de Rueda —con las 872 medidas de su programa— es el único dique de contención.

El candidato ha disparado el cuentakiló­metros, como ya hizo en 2023, en el 28M y el 23J. Y ha contado con refuerzos de lujo. Juanma Moreno cargó de energía al PPdeG en Santiago; Alfonso Fernández Mañueco puso su grano de arena en Valdeorras; e Isabel Díaz Ayuso —para irritación del BNG— sumó en la plaza más difícil, Vigo. Y, especialme­nte, Núñez Feijóo, con su propia caravana, batiéndose el cobre como ningún otro líder nacional, además de Mariano Rajoy.

Volcado en su tierra

Un Feijóo que se ha volcado en la primera campaña gallega en la que no concurre como candidato desde 2009. Sabedor de que no son unas elecciones más para él. Es su tierra, son los

Alfonso Rueda Candidato del PPdeG

«Confiad en nosotros, depende de nosotros, podemos construir la Galicia que queremos. ¡Adelante!»

Alberto Núñez Feijóo Presidente del PP

«Hoy, desde aquí, veo más presidente que nunca a Alfonso Rueda»

Diego Calvo Número 1 por La Coruña

«[En el BNG] Siguen siendo los de siempre (...), 40 años más tarde siguen diciendo lo mismo»

primeros comicios desde el 23J, en los que vio frustradas las expectativ­as de desbancar a Pedro Sánchez. Feijóo no se presenta, pero se juega mucho. No le pasa por alto que Sánchez dejó dicho que quería darse el «gusto» de desalojar al PP en su gran bastión; y, de paso, torpedear el liderazgo interno de su rival.

El presidente popular ha hecho campaña como «un militante» de base, «disciplina­do», le agradeció Rueda; peleando los votos en la Galicia no urbana, «a pie de calle», visitando más de 40 concellos. La de ayer, apenas la tercera ocasión —además de Pontevedra y el citado acto en Lalín— en la que coincidían. Cada uno con su agenda, para cubrir más territorio. También con distinto énfasis en los mensajes puramente gallego y más nacional. La campaña de Rueda se encauzó cuando centró el discurso en la amenaza del BNG y orilló a Sánchez y sus socios. Precisamen­te la amnistía por el procés y el indulto a Carles Puigdemont obligaron a Feijóo a clarificar la postura de su partido, para que no dañara a Rueda. Ayer no lo mencionó en su discurso.

«Veo más presidente que nunca a Alfonso Rueda», que «tiene más experienci­a» y «lo va a hacer mejor» que él cuando obtuvo su primer triunfo en las urnas, animó a su sucesor. Este definió como «inolvidabl­e» la campaña, «la mejor que yo recuerdo», y ha vivido unas cuantas. No se arrugaron, hubo una «movilizaci­ón espectacul­ar», y solo queda «el último arreón», recordó. «Hoy empiezo el camino más importante de mi vida», dijo en el minuto 0, en la pegada de carteles de Santiago. «¡A ganar y después a trabajar», cerró ayer en La Coruña. El veredicto, mañana.

El último de día de campaña no estuvo libre de polémica. Ayer, profesiona­les del

Servizo Galego de Saúde recibieron un SMS informando sobre aumentos en los precios de las guardias y complement­os , que fue duramente criticado por colectivos como Enfermeira­s en Loita. Con todo, desde Sanidade explicaron que estos cambios «derivan del acuerdo firmado por unanimidad en mesa sectorial en abril del año 2023», que ya estaban «incluidos en los Orzamentos de 2024», y que su comunicaci­ón vía SMS es «fluida y habitual».

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// EP Alfonso Rueda y Núñez Feijóo, ayer en el acto de cierre en La Coruña

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