El entorno de Navalni denuncia la ocultación del cuerpo para «borrar el crimen»
▶ La madre del político no encontró ni en la prisión ni en la morgue el cadáver de su hijo
Unas 300 personas, según distintas informaciones, han sido detenidas en toda Rusia en las últimas horas por participar en homenajes al opositor Alexéi Navalni, muerto este viernes en la prisión del Ártico en donde cumplía condena. Los arrestos se han venido repitiendo cuando grupos de personas trataban de colocar flores en memoriales improvisados o ya existentes, como los dedicados a las víctimas del estalinismo o en recuerdo del asesinato del también opositor Borís Nemtsov.
Además de las detenciones, para evitar que continúen las ofrendas florales, la Policía acordonó estos lugares mientras agentes de paisano vestidos de negro retiraban los ramilletes, las velas y las fotografías de Navalni. En algunos casos, según aseguran varios canales de Telegram, los memoriales han desaparecido, como es el caso del dedicado a Nemtsov en el puente sobre el río Moskova, frente al Kremlin, en donde fue tiroteado el 27 de febrero de 2015, hace justo nueve años.
Según OVD-Info, organización defensora de los Derechos Humanos catalogada como ‘agente extranjero’, el grueso de los arrestos tuvieron lugar en San Petersburgo y en Moscú, en la llamada Piedra Solovetski, en la plaza Lubianka junto a la sede del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (antiguo KGB). Este monumento fue erigido en recuerdo de los represaliados por Stalin. Concentraciones similares se repitieron en Rostov del Don, Bélgorod, Krasnodar, Tula, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Múrmansk, Ekaterimburgo, Ufá, Novosibirsk, Tomsk, Jabárovsk o Vladivostok. La Fiscalía de Moscú ha amenazado, además, con «consecuencias severas» en el caso de que se produzcan intentos de realizar manifestaciones no autorizadas.
A este respecto, el canal de Telegram Baza asegura que unidades de las fuerzas antidisturbios han sido movilizadas en la capital rusa para hacer frente a posibles manifestaciones de protesta por la muerte de Navalni. La presencia policial en el centro de la capital rusa durante todo el sábado fue muy cuantiosa en vehículos y agentes. No se pueden ni siquiera organizar funerales en recuerdo de Navalni. Por disponerse a oficiar una de estas ceremonias religiosas fue detenido en San Petersburgo el obispo ortodoxo, Grigori Mijnov-Vaitenko.
De la cárcel a la morgue
Mientras tanto, la madre del político ruso muerto, Liudmila Naválnaya, se trasladaba a la prisión ártica en donde murió el viernes su hijo acompañada de uno de los abogados. Allí les dijeron que su cuerpo fue enviado a la morgue de Salejard, el centro administrativo regional, a donde se dirigieron después. Pero el centro forense estaba cerrado y por teléfono les aseguraron que el cadáver no lo tienen ellos. Según informó desde el extranjero Iván Zhdánov, actual responsable de la Fundación para la Lucha contra la Corrupción
(FBK) que creó Navalni, en el penal le dijeron a la madre que la muerte le sobrevino de forma «súbita».
La portavoz del político fallecido, Kira Yarmish, desde Alemania escribió en la red X que Navalni «fue asesinado» y añadió que «su muerte se produjo el 16 de febrero a las 14:17 hora local, como reza en la notificación entregada a la madre de Alexéi». La responsable de prensa del equipo del opositor lamentó que el cadáver «se lo llevaron los investigadores del Comité de Instrucción» y exigió «que sea entregado inmediatamente a su familia».
Considera que «los asesinos están tratando de ocultar, incluso a la madre, las huellas del crimen, por eso no quieren entregar el cuerpo». Yarmish dijo que en el Comité de Instrucción de Salejard les comunicaron que «no se ha establecido la causa de la muerte de Alexéi, debe realizarse un nuevo examen histológico». Según sus palabras, el nuevo análisis «estará disponible la semana próxima (…), obvio que mienten y están haciendo todo lo posible para no entregar el cuerpo».
La abogada Irina Biriukova, en declaraciones a la BBC, estima que «no va ser fácil llevar a cabo un examen independiente de las causas de la muerte». Señala que «para empezar, necesitamos conseguir el cadáver y, mientras no finalice la investigación oficial, va a ser imposible. Además nadie va a facilitar documentación médica». Por tanto, declaró, «es poco probable que en un futuro próximo se lleve a cabo un examen independiente». «Sólo si de repente no hay nada delictivo o cualquier otra cosa que las autoridades quieran ocultar, ellas mismas podrían admitir la presencia de especialistas enviados por los familiares», añadió.
Unas 300 personas han sido detenidas en todo el país por participar en los homenajes al opositor muerto el viernes
JOSÉ M.
máticos explican que Von der Leyen es demasiado crítica con Moscú, lo que tras un posible alto el fuego en Ucrania resultaría una desventaja.
Los rumores en la Conferencia de Seguridad de Múnich apuntaban ayer al holandés Mark Rutte como el hombre con más cartas en este momento para ponerse al frente de la OTAN en octubre. Pero con Von der Leyen o sin ella, la creación del comisario de Defensa será promovida por Alemania. Scholz está decidido a presionar a los socios europeos a fabricar más armamento y a entregar más armas a Zelenski. «Tenemos que estar tan armados que nadie quiera atacarnos», resumió su estrategia al llegar a Múnich. Y cuenta con un gran consenso en su país.
El arma antisatélite
La conmoción ha llegado a la médula de la Conferencia con pronósticos sombríos sobre la guerra en el este de Ucrania, las elecciones en EE.UU. y la cínica determinación de Putin. El G7 instó ayer a Rusia a que «no sobrepase ciertos límites en el espacio». El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, transmitió a su homólogo chino, Wang Yi, su preocupación por el apoyo de Pekín a Rusia y por el desarrollo de un arma rusa antisatélite, en un esfuerzo por «mantener líneas de comunicación abiertas», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. Blinken escuchó reiteradas críticas a la estrategia de mantener la colaboración con Pekín en áreas de conveniencia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exigió además a Estados Unidos que cumpla con Ucrania «lo que prometió lo más rápido posible», en referencia al paquete de ayuda por valor de 60.000 millones de dólares bloqueado en el Congreso.