La vacuna de Hipra: el hito que costó 31 millones y acabará en la basura
▶De las 3,2 millones de dosis que compró el Gobierno, 2,9 no se han usado y se destruirán en verano. El fármaco ya no cumple con el criterio de inmunización
EL ARMA ESPAÑOLA CONTRA EL COVID
uele decirse, con cierta dosis de razón, que a veces abusamos del término ‘histórico’ para referirnos a algunos acontecimientos, muchos de ellos muy sucesivos e intensos en estos últimos tiempos. Pero, sin embargo, creo que esta vez ese calificativo es más que merecido; no solo porque representa mucho para la investigación y la ciencia hecha aquí, en Cataluña, en España, en Europa, sino por la carga emocional que hay detrás de lo que hoy estamos celebrando. Y es conseguir esta vacuna, el recuerdo de todo lo vivido frente a una pandemia que solo empezamos a dejar atrás gracias a la ciencia».
Con estas palabras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, celebraba en abril de 2023, durante una visita al laboratorio Hipra, con sede en Amer (Gerona), la autorización por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) de su vacuna contra el Covid. Sin embargo, y aunque no se puede negar que esta primera vacuna española contra el coronavirus fue un «hito histórico» para la ciencia, como dijo el jefe del Ejecutivo, el desenlace no ha sido probablemente el esperado: la mayoría de las dosis que adquirió la administración terminarán en la basura.
Durante esa visita a la sede de Hipra, Sánchez anunció que el Gobierno había aprobado la compra de 3,2 millones de dosis de Bimervax, la vacuna del laboratorio catalán, por un importe de 31 millones de euros. Pero según ha podido saber este periódico tras solicitar los datos al Portal de Transparencia, casi un año después, de esos 3,2 millones de inyecciones que se adquirieron, 2.906.500 siguen almacenadas en el Ministerio de Sanidad, el 90% de la compra. Además, se destruyeron 5.200 dosis por una incidencia en el transporte, aunque ese coste, aclara Transparencia, lo asumió Hipra.
Todas estas dosis caducarán entre el 29 de agosto y el 18 de septiembre de este año y, según apunta la resolución de Transparencia, firmada por la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas, «las vacunas que no hayan sido entregadas y superen su periodo de validez serán destruidas». Esto aboca a la inmensa mayoría a ser desechadas, pues el grueso de la inmunización de esta temporada ya se ha dado, al coincidir con la campaña de la gripe.
La vacuna de Hipra comenzó su andadura en diciembre de 2020, tras una visita del entonces ministro de Sanidad Salvador Illa a su sede, cuando el laboratorio anunció que estaba investigando
Fue en marzo de 2023 cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dio el visto bueno a la autorización de la vacuna. A los pocos días, Pedro Sánchez anunció la compra de 3,2 millones de dosis, que llegaron al ministerio a finales de abril.
En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó utilizar vacunas que fueran monovalentes frente a la subvariante XBB.1 de Ómicron, criterio al que se sumaron en junio la EMA y el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades). La de Hipra era bivalente, por lo que no cumplía este criterio. una nueva vacuna contra el Covid19. A esa cita le siguieron otras de Pedro Sánchez, Carolina Darias –que sustituyó a Illa cuando dejó el ministerio para presentarse a las elecciones en Cataluña–, de José Manuel Miñones –que se puso al frente de Sanidad tras la marcha de Darias– y también de la ministra de Ciencia, Diana Morant.
Pero la vacuna llegó ya desactualizada, motivo por el que apenas se ha administrado. El 28 de abril de 2023, tras la luz verde de la EMA a la inyección, el ministerio recibió los 3,2 millones de dosis que había adquirido. En junio de ese año Miñones anunció que la campaña de vacunación contra el Covid-19 comenzaría en otoño con los mayores de 80 años, a los que se administraría Bimervax. Días más tarde reiteró que se utilizaría también para profesionales sanitarios. Pero dos meses antes, en mayo, la Organización Mundial de la Salud
CRONOLOGÍA DE UNA VACUNA FALLIDA
Dos meses después de haber recibido las dosis de Bimervax, y pese a conocerse ya la directriz de Europa, el entonces ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, anunció que en la próxima campaña de vacunación, a partir de octubre de 2023, se administraría la vacuna de Hipra para personas mayores y profesionales sanitarios.
Pese a que Miñones había dicho que se iba a utilizar la vacuna de Hipra, la Ponencia de Vacunas siguió los criterios de Europa y decidió utilizar las inyecciones adaptadas y no Bimervax.
(OMS) ya había recomendado utilizar vacunas monovalentes (que atacan solo a una variante del virus) frente a la subvariante XBB.1 de Ómicron, criterio al que se sumaron a principios de junio la Agencia Europea de Medicamentos y el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades). De hecho, varias compañías ya adaptaban las suyas, de manera que la de Pfizer fue aprobada en agosto.
Solo para algunos casos
La de Hipra, sin embargo, es una vacuna bivalente (que ataca a dos variantes) que, pese a haber demostrado capacidad de neutralización frente a varias cepas del coronavirus y se había autorizado para su utilización como dosis de recuerdo en personas mayores de 16 años que hubieran recibido previamente una vacuna de ARNm (ARN mensajero, como la de Pfizer o Moderna), no cumplía esos criterios marcados por los organismos internacionales de salud. Por ello, Sanidad rectificó y decidió inmunizar a la población con las nuevas vacunas adaptadas, salvo en los casos en los que estuvieran contraindicadas.
Pero el Gobierno también ayudó económicamente al desarrollo de la vacuna. El Ejecutivo informó en diciembre de 2021, en respuesta parlamentaria a una pregunta de Vox, que en 2020-2021 el Ministerio de Ciencia, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), financió tres proyectos de Hipra para desarrollar la inyección, con un presupuesto de 22,34 millones de euros. De estos, afirmó, 18,12 millones los aportaba el CDTI, aunque 12,88
eran en concepto de préstamo. El departamento que encabeza Diana Morant explica a ABC que a día de hoy Hipra ha devuelto una parte de ese pago, que tendrá que seguir abonando.
El laboratorio asegura a este diario que cuando inició el desarrollo de Bimervax hizo las primeras pruebas basándose en la única cepa del virus que circulaba entonces, aunque a su vez probó una primera adaptación a las variantes beta y alfa del coronavirus. «Viendo los resultados prometedores, se decidió desarrollar la vacuna con estas dos variantes. Por este motivo, cuando la EMA aprobó Bimervax para su comercialización en marzo de 2023 ya se trataba de una vacuna adaptada al momento», defiende.
La compañía también afirma que asumió la responsabilidad de adaptar su vacuna a las nuevas variantes y que actualmente trabaja en una de estas adaptaciones. Para ello, dice, ya ha enviado a la EMA el expediente con los resultados de un ensayo clínico iniciado en noviembre para evaluar la seguridad y la respuesta inmunitaria de una dosis de refuerzo con su vacuna adaptada en adultos previamente vacunados. «Y creemos que, dado los excelentes resultados obtenidos y la solidez de los datos, la evaluación llegará en breve», apunta.
El Ministerio de Sanidad, tras ser consultado por el tipo de contrato entre el Gobierno e Hipra, explica que tras surgir el virus fue la Comisión Europea la que negoció la compra de vacunas en nombre de los Estados miembros, pero a partir de 2022, la Autoridad
de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias de la Comisión Europea amplió el catálogo de vacunas disponibles –entre las que se encontraba Bimervax– con el acuerdo marco de compra conjunta para que los países estuvieran preparados «ante cualquier eventualidad, incluyendo los peores escenarios» y «ante la incertidumbre de la evolución epidemiológica». Por ello, prosigue Sanidad, en agosto de 2022 la Comisión Europea firmó el contrato marco, en el que participan 14 países, incluido España, que preveía el suministro de hasta 250 millones de vacunas de Hipra, por un mecanismo de compra múltiple. La primera era de 3.821.500 dosis, con 3,2 millones para España.
Menos costes
El contrato con Hipra, prosigue Sanidad, «tiene como objeto la compra de su vacuna contra el Covid, sea la original o cualquier modificación o versión adaptada para hacer frente a mutaciones o variantes del virus y/o cualquier nueva formulación». El ministerio defiende que, además de ser una buena vacuna, cuenta con ventajas como su facilidad de conservación (tiene que estar a una temperatura de entre 2 y 8 grados), lo que genera costes más bajos «frente al alto precio de conservación de otras» y la convierte en «clave» para formar parte de una reserva estratégica. También alega que como dosis de refuerzo «provoca una respuesta inmune superior a la que generaba Comirnaty original (Pfizer), y la persistencia es superior».