De vuelta a Vallecas a propósito del Brexit
l ser humano diseña meticulosamente los pasos de su futuro, pero es el impredecible curso de la vida quien en última instancia determina el devenir de los acontecimientos. Íñigo Pérez (Pamplona, 1988) debía estar acompañando a su amigo Andoni Iraola en el banquillo del Bournemouth de la Premier League desde el mes de junio. Era el joven exfutbolista la mano derecha del entrenador guipuzcoano (con quien coincidió en las filas del Athletic) en el Rayo Vallecano que tan buen fútbol hizo en la temporada pasada. El fichaje de Iraola por los de la costa sur de Inglaterra arrastraba inequívocamente consigo al navarro, que incluso había rechazado la propuesta del propio Rayo para asumir el rol de primer entrenador, como el mismo alegó, debido a su escasa experiencia
Een la banda. Íñigo había colgado las botas en 2022 en Osasuna y, sólo dos campañas después, era tentado con entrenar en Primera. Sin embargo, el paso intermedio en el condado de Dorset nunca llegó a producirse; el Brexit se cruzaba en su camino. El Gobierno británico no le dio el permiso de trabajo pese a tener el título de entrenador UEFA A: debido a su corta trayectoria, al no haber entrenado tres de los últimos cinco años en alguna de las cinco grandes ligas o haberlo hecho en alguna de ellas durante los dos últimos años de forma consecutiva, no existía ninguna fórmula para firmar por el Bournemouth. «Lamentablemente no tiene el permiso de trabajo. Para ayudarnos, muchas veces intento hablar con él por teléfono, pero ahora mismo