La crisis de las oficinas en Estados Unidos aviva los temores de la banca
▶ Algunas entidades medianas expuestas al problema registran caídas de hasta el 50% en Bolsa en solo un mes
Las entidades, según fuentes financieras, permanecen atentas por si la crisis de las oficinas pudiera terminar en la quiebra de alguna entidad mediana regional, especialmente en EE. UU. Quien también monitoriza de cerca el problema es el BCE.
En el inmobiliario español descartan de momento un contagio desde EE. UU. Principalmente porque la exposición de la banca al inmobiliario comercial es mínima por las políticas de riesgos tomadas desde las entidades financieras respecto a este tipo de activos tras la crisis del ladrillo. «Los bancos españoles han sido muy restrictivos a la hora de conceder préstamos al sector, con apalancamientos mucho más reducidos que en el pasado y en general a otros países europeos», explica Íñigo Laspiur, director sénior de Finanzas Corporativas en España de la consultora CBRE.
Banca española
El experto recuerda que si existen algunos bancos en Europa, sobre todo en Alemania, que están sufriendo el pinchazo inmobiliario en EE. UU. es debido a su exposición directa al mercado de oficinas en aquel país, algo que no ocurre en la banca española.
Laspiur sí reconoce que, como en EE.UU., la valoración de los inmuebles destinados a uso de oficinas en las principales capitales europeas se está viendo perjudicada por el aumento de los costes de financiación, la desaceleración económica y la presión del entorno macroeconómico. Pero aclara: «A pesar de que el sector de oficinas es uno de los que más se ha visto afectado en 2023 por la caída de las valoraciones, la realidad es que el mercado de ocupación está funcionado muy bien, además de que todos los contratos en inmobiliario comercial suelen estar ligados a la inflación, con lo cual incluso está subiendo la base de rentas».
Desde un punto de vista sociológico, Laspiur también señala que a diferencia de España, donde las oficinas recuperan los niveles de asistencia, «en EE.UU. las distancias a los lugares de trabajo son mucho más largas, con peores conexiones y sin estar tan arraigado el concepto de interacción social que tenemos aquí de las oficinas». Factores que junto a una mayor normalización del teletrabajo hacen que las contrataciones de espacios de trabajo y la construcción de nuevas superficies para oficinas hayan caído en picado al otro lado del Atlántico.
En el caso de España, explica el director de finanzas corporativas de Colliers, Miguel Martínez, las contrataciones se han mantenido fuertes en los principales enclaves financieros y débiles en la periferia con una caída respecto a 2022. Señala también que en 2023 el número de operaciones se mantuvo estable, «si bien es cierto que se han cerrado menos operaciones con volúmenes por encima de los 10.000 metros cuadrados respecto al ejercicio anterior». Sobre los peligros en los que puedan incurrir estos activos inmobiliarios, como un ajuste de precios, cree que serán mínimos. El experto confía en que las expectativas que existen de reducción de tipos de interés en el corto y medio plazo deriven en una recuperación de precios del inmobiliario.
Este año muchos de los principales vehículos de inversión inmobiliaria españoles cumplen 10 años. En 2014 empezaron a cotizar varios grupos que en un primer momento eran en muchos casos cascarones vacíos. Tras la gran crisis financiera y los problemas con el euro, surgieron estos proyectos con la idea de jugar la recuperación de la economía española. Y para sorpresa de muchos tuvieron muy buena acogida. Se trataba de pescar gangas en el páramo que era entonces el ladrillo en España. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria se llevó por delante prácticamente