El ministro vincula la desaparición de OCON Sur con la corrupción
Marlaska introdujo ayer un giro argumental sobre las razones que le llevaron a disolver OCON Sur, la unidad de élite de la Guardia Civil contra el narcotráfico en Andalucía. Fue en la inauguración de una comisaría en Calatayud (Zaragoza) cuando por primera vez relacionó esa decisión con «otra cuestión que está ‘sub iudice’ y que tiene procedimientos judiciales abiertos», en declaraciones recogidas por Ep y en referencia, aunque sin citarlo de forma expresa, a la investigación judicial que afecta al teniente coronel David Oliva por revelación de secretos y cohecho.
Oliva, que era el jefe de esa unidad, se enfrenta a un juicio con jurado por presuntamente intentar conseguir información de un agente de Asuntos Internos ofreciéndole facilidades para un cambio de destino: sospechaba que estaba siendo investigado por sus contactos con un miembro de un supuesto clan de narcotraficantes que se encontraba en el punto de mira y al parecer quería enterarse de qué había contra él.
Introducir ahora este elemento, tras la polémica suscitada por el asesinato de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) a manos de narcos, ha causado sorpresa porque nunca hasta ahora el ministro se había referido a ello. En todo caso es extraño eliminar una herramienta potente contra el narcotráfico por un caso de corrupción. Lo lógico, si es que se produce, es relevar a los implicados y nombrar a otros en sus puestos, como se ha hecho en otras ocasiones. Marlaska añadió ayer que fueron los «responsables operativos» los que decidieron sobre la creación y eliminación de OCON Sur, «un organismo que tenía un carácter absolutamente temporal». Y defendió que tras su disolución las incautaciones de droga, operaciones contra el blanqueo, etcétera, aumentaron, de modo que en 2023 hubo mayor número de incautaciones que los años anteriores.
En todo caso, una de las razones que explican la desaparición de OCON Sur es porque era una unidad muy cara. Muchos de sus 150 agentes estaban en comisión de servicio y eso disparaba las dietas. Además, el resto de las plantillas estaban diezmadas y aumentó la delincuencia en el ámbito rural.