El PSdeG avanza «cambios», se receta «tranquilidad» y sigue confiando en Besteiro
▶Formoso cree que la movilización del BNG alimentó la respuesta del electorado del PP y evita enmendar la estrategia de su partido en campaña
Si el PSdeG tiene pensado hacer autocrítica después del batacazo del 18F, desde luego no va a realizarla de puertas para afuera del partido. Ayer, tras la reunión de la ejecutiva gallega, el secretario general, Valentín González Formoso, sorprendió asegurando que «volverían a repetir» la estrategia de campaña que dejó en mínimos históricos a su formación, unos «malos resultados, claramente» con apenas nueve escaños de los 75 que conforman la Cámara autonómica. Porque el problema que hasta el momento han identificado es que a su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, «le faltó tiempo» para cuajar entre el electorado, y fue víctima de un contexto de polarización entre el PP y el BNG al que no supo responder.
En su diagnóstico, Formoso achacó el varapalo electoral a «causas múltiples, internas y externas», pero principalmente «a un proceso de polarización política y mediática clara», donde la elección planteaba solamente las alternativas de PP y BNG, «que presentaban candidatos consolidados en el tiempo». Por el contrario, Besteiro apenas tuvo «mes y medio para aumentar su grado de conocimiento» y poder «explicar el proyecto socialista». «Es una causa bien relevante, además de otras internas que estamos analizando en el seno de la ejecutiva», añadió a los periodistas en su comparecencia pública. «Nuestro candidato entró a 60 km/h con otros dos –Alfonso Rueda y Ana Pontón– a 180 km/h, y esa inercia no la teníamos, por falta de presencia en el Parlamento –Besteiro no era diputado autonómico– y porque llevaba mes y medio» como aspirante.
Una de las lecturas que ha extraído la ejecutiva socialista es que en Galicia no habrá cambio mientras la opción política para liderarlo sea el nacionalismo. «A más BNG, más PP», lo sintetizó el también alcalde de As Pontes, «el mensaje es claro, la alternancia pasa por un PSOE fuerte». Cuestión
Los nacionalistas siguen celebrando su fulgurante ascenso electoral del 18F.
Ayer, desde Lugo, Olalla Rodil insistió en la idea de que el BNG «no tiene techo» para seguir creciendo. «Primero nos dijeron que no superaríamos los 19 escaños y ahora nos dicen que tuvimos voto prestado. Lo que cayeron otras fuerzas políticas suma menos que los casi 156.000 votos que consiguió el BNG a mayores. Eso demuestra que conseguimos llegar a mucha gente a la que ninguna fuerza política había conseguido llegar en las anteriores elecciones», apuntó en un acto junto a los diputados electos por esta provincia. El líder del PSdeG, González Formoso, matizó el discurso nacionalista: «decir que un 35% de Galicia apoya la opción soberanista no entiende la realidad; hubo voto útil, es una realidad que imperó el domingo». distinta es que hallen una senda para materializar este objetivo.
Formoso no comparte la reflexión de que Besteiro bien podría haber sido nombrado antes candidato a la Xunta –«los tiempos los marcan los estatutos»– ni que al partido le haya faltado un proyecto político para Galicia creíble en estas elecciones. «No estoy nada de acuerdo», replicó, «si algo llevamos hecho en esta dirección es intensificar la defensa de los intereses de los gallegos y gallegas; no se trata de definirse como nacionalista o galleguista, nuestra defensa de Galicia está por encima de cualquier tipo de interés», si bien «otra cosa es que a lo mejor tengamos que intensificar la exposición de ese sentimiento y de la gestión que hacemos». Lo que viene siendo un problema de comunicación y no de gestión.
Cambios sin fecha
El cambio pendiente será un congreso gallego que devolverá el timón del partido a Besteiro, pero todavía no hay fecha fijada
El secretario general del PSdeG avanzó también que «va a haber cambios orgánicos» en el partido, «pero en su momento». «Ahora toca hacer las cosas bien, pensar cada paso que demos, los mecanismos se aplicarán cuando toque». El cambio que tiene pendiente el socialismo gallego es un congreso en el que Formoso devuelva el timón del partido a Gómez Besteiro, y se ponga fin a la bicefalia formal que arrastra en la actualidad la organización, aunque eso no afecte realmente a su funcionamiento ordinario.
«Nuestra apuesta sigue siendo Besteiro, el futuro pasa por él», insistió González Formoso, «habrá cambios en ritmo y mensaje», pero sin una fecha definida. «Nuestra apuesta es la tranquilidad, vamos a hacer las cosas bien y aprender de los errores del pasado, y no tomar decisiones precipitadas, que los intereses del PSdeG estén por encima de los intereses personales». La convicción de la dirección socialista es que no pueden volver a decapitar al candidato tras el fiasco electoral, y ahora se le quiere dar a Besteiro el tiempo que no ha tenido antes de las elecciones. Es el mensaje que transmitió Ferraz la misma noche electoral y ayer Formoso lo repitió.
Besteiro no acudió ayer a la ejecutiva. Tenía sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, aunque según lo dicho por Formoso, deberá ser de las últimas. «Va a dejar su acta en Madrid y va a priorizar su presencia en el Parlamento de Galicia», algo ya apuntado por el propio Besteiro durante la campaña y la misma noche de las elecciones. «Va a tener más tiempo para recorrer el país», apostilló.
Por último, el líder socialista agradeció el apoyo «de más de 207.000 votantes» de toda Galicia, «el combustible de ilusión para lo que tenemos por delante». Y no es poco.