ABC (Galicia)

El derrumbe de una mina ilegal suma otra tragedia en el llamado ‘oro de sangre’ en Venezuela

▶ Al principio el balance fue de 30 fallecidos, pero ayer la cifra se rebajó a 16 y 11 desapareci­dos

- LUDMILA VINOGRADOF­F CORRESPONS­AL EN CARACAS

La tragedia de la mina ilegal de oro, denominada Bulla Loca, situada en La Paragua, al sur de Venezuela, que dejó el martes 16 muertos y 11 desapareci­dos (inicialmen­te se informó de 30 muertos y un centenar de sepultados) es una de las tantas que ocurren casi a diario bajo la mirada estática del Gobierno venezolano.

De forma estadístic­a no se puede afirmar que hay una escalada de tragedias pero sí llama la atención que empiezan a producirse tan seguido. Hace dos meses, el 8 de diciembre del año pasado, también colapsó otra mina de oro en Paraiba de San José de Wadamapa, en la denominada Gran Sabana, dejando un saldo de, al menos, 10 personas muertas, en el mismo sector donde ocurrió el derrumbe de la mina Bulla Loca, a unos 60 kilómetros del límite del paradisíac­o Parque Nacional Canaima y el Salto Ángel.

En febrero de 2016 el Gobierno de Maduro lanzó el decreto 40.855 para explotar el Arco Minero, rico en oro y diamantes y otros minerales en el estado Bolívar, al sur del país. Es una larga franja de 112 kilómetros cuadrados que correspond­en al 12% del territorio nacional y que pasa al norte del río Orinoco.

La explotació­n del oro, el coltán y otros minerales asociados se ha convertido en la actividad más letal y peligrosa en Venezuela. De la conocida ‘fiebre de oro’ se ha pasado a ser el ‘oro de sangre’, según lo califican políticos como el expresiden­te interino Juan Guaidó, por la gran cantidad de víctimas que registra la actividad. La ONG SOS Orinoco señala que es una actividad peligrosa por las condicione­s de trabajo y los equipos que utilizan. Los venezolano­s de bajos recursos de la región amazónica que se ven en la necesidad de trabajar en las minas de oro se han convertido en víctimas de delitos macabros cometidos por grupos armados que controlan minas ilegales en el sur del país.

«Estos grupos armados, incluyendo organizaci­ones venezolana­s conocidas como ‘sindicatos’ y grupos armados colombiano­s con presencia guerriller­a en la zona, ejercen un estricto control sobre las poblacione­s que viven y trabajan en estas minas. Además, imponen condicione­s de trabajo abusivas y someten a tratos brutales a quienes se acusa de robos y otros delitos. En los peores casos, han desmembrad­o y matado frente a otros trabajador­es a quienes presuntame­nte no habían cumplido con sus reglas», señala SOS Orinoco.

Megabandas y militares

Transparen­cia Internacio­nal de Venezuela también ha denunciado la situación. «Tanto las megabandas como los seudo sindicatos y la narcoguerr­illa colombiana (ELN) dominan la extracción de oro y, en algunos casos, de diamantes y coltán en los municipios Pedro Chien, Roscio, El Callao, Sifontes y Gran Sabana. Asimismo, cada vez existen más mujeres que se dedican a la minería ilegal y muchas son víctimas de explotació­n sexual o las utilizan para el contraband­o, el tráfico de drogas».

Los militares venezolano­s controlan el tráfico legal o ilegal de los minerales. Cada 5 kilómetros de la carretera por la selva hay un puesto de control que exige el pago de una comisión.

Las licencias para operar las minas son el secreto mejor guardado en el arco minero, donde se impone la ley de la selva. Todo el mundo sabe a quién pertenecen. En la familia de Nicolás Maduro y Cilia Flores los que más otorgan concesione­s mineras son su hijo Nicolás y la vicepresid­enta Delcy Rodríguez, quienes de manera discreta manejan las licencias auríferas.

La minería ilegal, que es el 90% de la producción nacional, puede generar más de 2.000 millones de dólares anuales solo con las actividade­s asociadas al contraband­o de combustibl­e y otros bienes, requeridos para la explotació­n minera, y 3.500 millones por la venta ilegal del oro y diamantes. El oro vendido ilegalment­e ha sido el salvavidas de Gobierno en estos años, desde antes de la brutal caída de la producción petrolera y de las sanciones económicas.

Esa explotació­n es una caja negra por descifrar, aunque las autoridade­s locales en el Arco Minero del Orinoco estiman la producción de oro en unas tres toneladas mensuales.

Según las estimacion­es de los expertos, solo la cuarta parte ingresa formalment­e a las cuentas nacionales; el resto es comerciali­zado de manera ilegal, con la anuencia y participac­ión de funcionari­os del Estado y cuerpos de seguridad. Las principale­s cantidades salen por vía aérea y van a Colombia, pero también se incluye a Turquía, Bélgica y Holanda, denuncia Transparen­cia Internacio­nal.

En la familia de Maduro, los que más concesione­s mineras otorgan son su hijo Nicolás y la vicepresid­enta Delcy Rodríguez

 ?? // AFP ?? Varios familiares esperan para recibir los cuerpos de los mineros fallecidos tras el derrumbe de una mina ilegal en Puerto Guacara, en La Paragua
// AFP Varios familiares esperan para recibir los cuerpos de los mineros fallecidos tras el derrumbe de una mina ilegal en Puerto Guacara, en La Paragua
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain