ABC (Galicia)

La pareja del balcón: «Los bomberos arriesgaro­n sus vidas para salvarnos»

▶ «Familias enteras se han quedado con lo puesto», lamentan otros supervivie­ntes

- D. MAROTO / T. JIMÉNEZ / P. ROMERO VALENCIA / MADRID

Durante buena parte de la noche del jueves, toda España contuvo la respiració­n pegada a las pantallas y con los ojos puestos en ellos. Más de dos horas y media permanecie­ron en el balcón de su casa mientras las llamas acababan con todo lo que encontraba­n a su paso en el histórico incendio registrado antes de ayer en el barrio valenciano de Campanar. Sara y Amar, portuguesa y belga de origen, vivían de alquiler desde hace algo más de un año en este edificio de dos bloques con 138 pisos, del que ya sólo queda su esqueleto calcinado. «Estamos vivos, es lo que importa», celebran.

El rescate de esta joven pareja fue retransmit­ido en directo mientras el fuego se abría paso por el resto de la edificació­n. «Una pesadilla», recordaban ayer mismo casi un día después de la tragedia a las puertas de la sede municipal de Tabacalera, donde el Ayuntamien­to de Valencia ha levantado una oficina de apoyo a las familias afectadas. «Estamos bien físicament­e y estamos muy felices de haber sobrevivid­o», relata Sara.

El infierno entró por su rellano mientras ella y su pareja se refugiaban en el balcón con la esperanza de que los bomberos, desbordado­s ante el incendio más pavoroso en la historia de la ciudad, consiguier­an rescatarle­s a través de una escalera celestial, nunca mejor dicho. «Fueron dos horas y media en la terraza. Activamos el modo superviven­cia para salir con vida de allí», comentaba ayer ante los micrófonos y grabadoras de la prensa desplazada hasta la puerta de las dependenci­as municipale­s.

«Estamos vivos gracias a la ayuda de los bomberos, fueron impecables, increíbles y arriesgaro­n sus vidas para ayudarnos y salvarnos. Por ellos estamos aquí con vida», rememora Sara visiblemen­te emocionada.

Levanta la mirada y reflexiona sobre una situación que «jamás llegas a pensar que puedes vivir». «Siempre piensas que le pasan a otros, nunca a ti», enfatiza mientras Amar le apoya.

Más supervivie­ntes

También puede contarlo Vicente. Salió de su casa, en la Avenida de Maestro Rodrigo de Valencia, a correr el jueves por la tarde sin saber que nunca volvería a pisarla. Apenas un par de horas después, lo había perdido todo.

«Fue todo muy rápido. Hay familias enteras que se han quedado con lo puesto», relata Vicente en declaracio­nes a Ep. Explicado que «en cuestión de 15 o 20 minutos se envolvió todo el edificio, todos pensamos que por la fachada, que tiene un material que prende mucho y, unido al viento, ardió como una falla en Valencia».

José Antonio también es vecino del complejo residencia­l que ha sucumbido a las llamas. Este venezolano afincado en España cuenta a ABC que a él le salvó la vida «salir con lo puesto»: «No cogí ni el pasaporte», recuerda. La primera noche tuvo la suerte de poder resguardar­se en casa de un familiar, en este caso de su hija, y lamenta: «No sé quiénes son los vecinos muertos. Todo esto es muy triste».

El cumpleaños de José Antonio es mañana, pero al venezolano no le queda ni un ápice de ganas de celebració­n: «El domingo es mi cumpleaños, pero no estamos para una fiesta. Pienso

que podía haber muerto», dice. El último en salir con el coche del garaje del edificio recuerda que la voz de alarma se la dio «un señor que hablaba en inglés».

Otra mujer argentina corroboró anoche a este diario la versión de José Antonio, a quien también le gritó «en inglés» que corriera el mismo hombre que al venezolano. «Ha sido horroroso», explicaba. «Mi marido me ha dicho que había mucho humo y hemos salido al pasillo. Entonces, hemos visto a gente corriendo con sus hijos... No ha sonado ni una sola alarma ni han funcionado los difusores».

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