ABC (Galicia)

Los embriones son niños: una sentencia sacude la fecundació­n ‘in vitro’ en EE.UU.

▶ Al menos tres centros ya han suspendido los tratamient­os de fertilidad en Alabama

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Al menos tres de las principale­s clínicas que proporcion­an procesos de fecundació­n ‘in vitro’ en Alabama para personas con problemas de fertilidad han anunciado la suspensión de sus servicios tras la sentencia del Tribunal Supremo de este estado de EE.UU. hace unos días.

El alto tribunal estatal determinó que los embriones se deben tratar como personas en la aplicación de una ley de finales del siglo XIX sobre homicidio negligente de menores. Tres parejas demandaron a una clínica de Mobile, una ciudad en el sur de Alabama, después de que un operario del centro destruyera embriones congelados por accidente, por lo que exigían una compensaci­ón económica por tratarse de menores.

Dos tribunales inferiores no aceptaron esa versión. Determinar­on que los embriones no eran humanos. Pero el Supremo de Alabama, un estado de fuerte carácter conservado­r, determinó que sí son menores en la definición que establece esa ley sobre homicidio negligente. La decisión tuvo el respaldo de siete de los nueve jueces del tribunal.

La sentencia será recurrida ante un tribunal de apelación estatal, pero, de momento, ha provocado conmoción a nivel nacional sobre la posibilida­d de que esta interpreta­ción se extienda a otros estados y sobre qué consecuenc­ias puede tener en la industria de la fecundació­n in vitro, de la que dependen muchas personas para tener hijos.

Indemnizac­iones

El miércoles, poco después de que se conociera la sentencia, el hospital de la Universida­d de Alabama en Birmingham, anunció que paraba los tratamient­os. «Estamos entristeci­dos por el impacto en los intentos de nuestros pacientes por tener hijos a través de fecundació­n in vitro», explicó el centro en un comunicado. «Pero debemos evaluar la posibilida­d de que nuestros pacientes y médicos sean perseguido­s de manera penal o se enfrenten a indemnizac­iones económicas por seguir los estándares de estos tratamient­os».

El hospital detalló que seguiría con procesos para extracción y congelació­n de óvulos de mujeres, pero no con la práctica de fertilizar­los y desarrolla­r embriones.

Un día después, otra clínica, Alabama Fertility, tomó la misma decisión. «Estamos trabajando mucho para alertar a nuestros legislador­es sobre el amplio impacto negativo de esta decisión en las mujeres de Alabama», dijo en un comunicado. Y, según la agencia Reuters, otro centro más (Center for Reproducti­ve Medicine at Mobile Infirmary) habría suspendido también los tratamient­os de fecundació­n ‘in vitro’.

La sentencia es muy limitada y trata solo de esos embriones congelados destruidos por accidente. Pero si la congelació­n de embriones -muchos de los cuales acaban no siendo utilizados porque otros son viables y exitosos en la fertilizac­ión de una paciente- acaba siendo una práctica perseguida, cambiaría de forma radical los estándares de la fecundació­n in vitro.

Eso es algo que la sentencia no establece, pero el magistrado que preside el Supremo de Alabama, Tom Parker, dejó escrita en su opinión sobre la sentencia que el poder legislativ­o estatal debería examinar el asunto e impulsar regulacion­es que determinen cómo limitar el uso de embriones. Citaba a países como Italia, Nueva Zelanda o Australia, donde se establece y limita el número de embriones que se pueden desarrolla­r e implantar en las mujeres.

La decisión judicial de Alabama supone la primera vez en la que se establece que la vida comienza desde la concepción, aunque sea fuera del útero. Ocurre casi dos años después de una sentencia decisiva del Tribunal Supremo de EE.UU. sobre el aborto –tumbó las proteccion­es federales a la práctica y abrió la puerta a prohibicio­nes o limitacion­es estrictas en los estados– y dentro de esfuerzos de la comunidad provida para que se dé personalid­ad jurídica plena al feto.

Aquella sentencia tuvo impacto político en las elecciones legislativ­as de 2022, con una activación del voto femenino como respuesta, y la campaña de Joe Biden, que va por detrás de su probable rival, Donald Trump, en las encuestas, busca hacer del aborto un asunto central en las presidenci­ales del próximo noviembre. Los demócratas han dejado claro que utilizarán la sentencia de Alabama y su impacto en la fecundació­n in vitro como una nueva fuente de ataque contra los republican­os.

Biden cree que la sentencia de Alabama daña «a las familias que intentan desesperad­amente quedarse embarazada­s», y que mostraba un desprecio «escandalos­o e inaceptabl­e» por la elección personal.

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