Pontón se siente «avalada» por el 18F, sin aclarar si repetirá en 2028
▶ Anuncia una oposición «en positivo» antes de tachar al de Rueda de «el PP más ultra»
El BNG ha pasado del es «ahora» que encabezó, como lema, su campaña para las elecciones autonómicas, a proclamar que el 18F «anticipa un cambio de ciclo en Galicia». Ya no será en 2024 y a los nacionalistas les toca esperar, al menos, hasta 2028. Pero su líder, Ana Pontón, ni confirma ni desmiente, de momento, si volverá a ser con ella como cabeza de cartel, en una cuarta intentona. «Ahora mismo lo que tengo es más ilusión, más ganas y más fuerza que nunca para seguir construyendo el país que queremos», contestó ayer a la pregunta al respecto de ABC, tras el discurso en abierto ante el Consello Nacional del Bloque. «Si algo hicieron los gallegos, es avalar el trabajo que hicimos», apostilló entre aplausos.
Ante su núcleo duro —flanqueada por Olalla Rodil, Noa Presas, Goretti Sanmartín, etcétera—, en un salón de un hotel de Teo, a las afueras de Compostela, Pontón afirmó que siente un «tremendo de orgullo» de un BNG que, en 8 años, presumió, pasó de que las encuestas les dieran casi por «desahuciados» a «romper todos los techos» hace una semana, con 25 escaños y una de cada tres papeletas. Claro que el Bloque del 2016 venía del cisma de Amio, y del 24 bebe del sorpaso al PSOE de las elecciones de la pandemia.
En el discurso al que pudo asistir la prensa, de unos 10 minutos, Pontón ensalzó el «trabajo intenso» de los últimos cuatro años, coronado por una «excelente campaña», que refrendan una «organización y una línea política clara y acertada». El autobombo de rigor. El «resultado histórico en votos y escaños» del 18F, pregonó, «anticipa un cambio de ciclo en Galicia».
Conclusiones, según la portavoz nacional del Bloque: son la «alternativa indiscutible» y la única «fuerza capaz de disputarle la hegemonía electoral al PP»; y el nacionalismo gallego «no tiene techo electoral», consolidada una «tendencia al alza que no tiene vuelta atrás». Además del «nuevo ciclo político», con el BNG como «referente» para quienes quieren «otra Galicia», completó. «Es cierto que no logramos romper la mayoría del PP, pero es igual de cierto que Galicia ya cambió, la Galicia que salió de las urnas es otra», reiteró un mantra de los últimos siete días.
Por lo demás, palos al PP, que «haría bien en tomar nota de que miles de personas no avalan su gestión y no quieren lo de siempre», dijo. Y la venda antes de la herida: «Tengo la impresión de que vamos a tener a un PP más prepotente y más absolutista que nunca, incapaz de la más mínima autocrítica, negociación y diálogo para poder llegar a acuerdos de país. Ya nos demostró en la campaña que les vale todo, la mentira, la difamación, la utilización obscena de la TVG y los recursos públicos, con tal de mantenerse en el poder». «Vamos a tener delante al PP más ultra de todos los tiempos, que seguirá al pie de la letra la estrategia de crispación y confrontación que le marcan desde Madrid», remachó. Todo esto, curiosamente, después de asegurar que harán una «oposición en positivo»; y de reivindicar que ellos no caen en el «insulto» y la «mentira».
Castelao y la «fe»
«El objetivo final está más cerca, porque hay una nueva Galicia en marcha», cerró su alocución Pontón citando, cómo no, a Castelao y su «tenemos y siempre tuvimos fe en nuestro pueblo». «El 18F se demostró que cada vez más pueblo tiene confianza en nosotros», parafraseó la líder del Bloque.
Cuando se le preguntó a Pontón si se ve como candidata en las siguientes elecciones, se escuchó un ‘sí’ de aliento en la sala. Obviamente, no era el momento ni el lugar para que la portavoz fuera tan rotunda. Tiene casi cuatro años por delante para decidir si en 2028 lo vuelve a intentar. Los resultados, en efecto, la avalan, y pocos en el partido lo discutirían. Distinto es si ella, tras plantear una campaña de «ahora» o nunca, de momento de hacer «historia», da el paso.