Medios renacentistas para cruzar el Atlántico a vela
asta el siglo XVII, la navegación era conocida como ‘el arte de marear’, en la que la pericia del capitán jugaba un papel imprescindible. Con todo, los avances tecnológicos la convirtieron en una suerte de ciencia que poco tiene que ver con las travesías que los marinos de antaño emprendían con rumbo a un mundo aún desconocido. Bajo esta premisa, la tripulación de ‘La Peregrina’ zarpará mañana, desde la Illa de Arousa —después de que la climatología adversa obligase a retrasar su salida, prevista para ayer—, dispuesta a surcar el océano con nada más que instrumentos previos al renacimiento, navegando «por estima», o, lo que es lo mismo, «a ojo de buen cubero», bromea Javier Babé, artífice de la idea ‘Reto Astrolabio’ y capitán de la embarcación.
La primera parte de la travesía son 800 milllas hasta llegar a La Gomera, y, desde Canarias, recorrerán 3.000 millas náuticas –unos 5.000 kilómetros– en busca de una pequeña isla del Caribe, La Deseada, que si no se salen de ruta «será la primera tierra» que se encuentren.
HY tendrán que conseguirlo con un margen de error mínimo, de unas 30 millas al norte o al sur y otras 140 al este o al oeste. Se trata de una aventura encomiable que, además, quedará plasmada en una serie documental que se rodará a bordo, con la colaboración de la Televisión de Galicia, y se podrá seguir en directo a través de internet.
41 travesías transoceánicas
La idea surge de la mano del capitán de la embarcación, Javier Babé, que no será la primera vez que se enfrente al océano: acumula, ni más ni menos, que otras 41 travesías a través del Atlántico. Con 26 años, coincidiendo con su primer mando en la Marina Mercante, se hizo con el ‘Lukas II’, con el que lo surcó por primera vez, a vela, disciplina que convertiría en su profesión y por la que dejaría su trabajo más adelante. Desde entonces, se ha ganado en varias ocasiones el reconocimiento del sector con hazañas como la primera expedición española de vela a la Antártida, en 1982.
«Es un proyecto que tenía [en mente] desde hace tiempo», explica a este diario. «Después de tanto navegar»,
Babé se preguntaba si «a lo mejor» uno adquiere cierta «intuición» u «olfato de marinero», como ocurría antiguamente. «La navegación puede ser considerada, como era de aquellas, un arte» en el que «el factor humano» era «importantísimo» y ahora se fundamenta en «la aplicación de la tecnología», explica. Un cambio que se produjo cuando, a partir del siglo XVIII y de la mano del conocimiento matemático, se «perfeccionó la tecnología», lo que «permitió que la navegación fuese más científica, con instrumentos de precisión». Ahora, reflexiona, «es prácticamente un videojuego».
Por eso, buscando «imitar un poco» a los navegantes de antaño, que «con unos instrumentos muy poco fiables dieron forma al globo terráqueo», Babé y su tripulación solo emplearán instrumentos previos al siglo XVII para completar este reto, como el astrolabio, el compás magnético, el cuadrante y la ballestina. Lo harán a bordo de ‘La Peregrina’, un buque con 20 metros de eslora que ya ha demostrado en más de una ocasión que puede enfrentarse a cruzar el Atlántico y que acompaña a Babé desde 1990. En él tienen «plena confianza», y bromea: «es un velero todoterreno» con el que ha recorrido el equivalente a siete vueltas al mundo en 31 años. El barco irá «mudo y sordo», sin tan siquiera un reloj a bordo, y mucho menos acceso a internet o radio, y la tripulación solo podrá emplear las técnicas renacentistas de navegación a su alcance para llegar a su destino.
En esta aventura se embarca con su mujer, Cristina Gómez, que lo ha acompañado en la mayoría de los viajes, además de con una completa y diversa tripulación de 8 personas, compuesta por navegantes y el equipo de producción encargado de rodar el documental.
Seguimiento vía satélite
Pero estos ocho tripulantes no estarán completamente solos en su aventura. Mediante un sistema de ‘tracking’ vía satélite, que actualizará la información en la página web www.retoastrolabio.com, los internautas podrán seguir el día a día de la tripulación. El público podrá así ser partícipe y comentar sus hazañas, tanto sus aciertos como sus errores, pero desde ‘La Peregrina’ no tendrán acceso a esta información. Todos los sistemas de navegación modernos que por ley debe lleva la embarcación estarán confinados en un cofre al que no tendrán acceso a no ser que se trate de una emergencia, lo que implicaría el fracaso del reto, sumando así una dificultad añadida: el aislamiento. La única comunicación que mantendrán con tierra firme, explica Bará, será un SMS que el capitán enviará diariamente indicando las coordenadas en las que cree estar «para comparar si estoy acertado o no».
Todo esto se podrá ver después en la mini serie documental resultante de esta aventura, ‘El Reto Astrolabio’, en la que participa la Televisión de Galicia. Serán seis episodios cortos en los que se enseñará al público cómo era la navegación de hace cuatro siglos, ese ‘arte de marear’ que tanto dependía de la pericia y el instinto marinero del capitán, las condiciones en las que se hacían las travesías antiguamente, cómo se alimentaban y se aseaban, como convivían..., y lo más importante: si ‘La Peregrina’ alcanzará o no su destino.
Para ello, contará con un grupo de reconocidos expertos en náutica, que intervendrán para dar su opinión sobre la aventura; y desde el barco los tripulantes dispondrán de un espacio a modo de ‘confesionario’ en el que podrán dar a conocer a la cámara sus impresiones sobre el viaje. En tierra, el narrador será el Premio Nacional de Literatura y Premio Nadal, Alfredo Conde, mientras que el propio capitán será el encargado de la narración a bordo, dando su visión sobre esta dicotomía a la que él se refiere como «arte» versus «tecnología».
La tripulación de ‘La Peregrina’ zarpará mañana, desde Galicia, dispuesta a llegar al Caribe empleando solamente tecnología previa al siglo XVII como parte del ‘Reto Astrolabio’
A lo largo de 31 años, el capitán, Javier Babé, navegó en este velero la distancia equivalente a siete vueltas al mundo