Rueda pedirá cita a Sánchez para reclamarle sus promesas
▶En cuanto sea investido, solicitará una reunión, como ya hizo en 2022 al acceder por primera vez al cargo ▶Ribera y Puente controlan la mayoría de las inversiones comprometidas por los socialistas en la campaña del 18F
Preguntado el candidato del PSOE a presidir la Xunta en las autonómicas del 18F, como parte de la entrevista que publicó este diario en la recta final de la campaña, por si todas sus promesas electorales «desaparecerían» si no alcanzaba la Presidencia, esta fue la respuesta de José Ramón Gómez Besteiro: «No, pero va vinculado, es la oferta que el candidato hace a la ciudadanía». Venía implícitamente a admitir una obviedad, aunque empezara la frase con una negativa: cómo presumir de «hilo directo» con Pedro Sánchez y su Gobierno, para captar inversiones e infraestructuras, y que después la medalla se la pudieran poner Ana Pontón o, peor, Alfonso Rueda. Éste, ya el miércoles posterior a las elecciones, recordaba a los socialistas que esos «compromisos (...) hay que cumplirlos, con independencia de los resultados», apostillaba. Sabedor de que el valor de esos anuncios se había desplomado en cuanto se constató el «batacazo» de Besteiro. «Pediremos cuentas», advertía el presidente de la Xunta en funciones. Y no tardará en hacerlo: fuentes de Presidencia confirmaron a ABC que, como era de esperar, Rueda solicitará reunirse con Sánchez en cuanto sea investido, como es costumbre. Aprovechará para recordarle todos los temas pendientes, algunos prometidos por el propio presidente del Gobierno en su único encuentro hasta la fecha, en julio del 22. Otros, lanzados al calor de la candidatura fallida de Besteiro.
No son pocos. No en vano, la columna vertebral de la discutida campaña del político lucense consistió en ir dejando caer promesas que avalaran su cercanía a Sánchez y su capacidad para que mostrara a Galicia un cariño inédito; con la gratuidad de AP-9 y AP-53 como medida estrella. Aficionado al baloncesto, Besteiro lanzó este triple durante el debate de la CRTVG, un poco a la desesperada, muy por detrás ya en el marcador. Y después le tocó mantenerlo. Hasta llegó a afirmar, en la citada entrevista concedida a ABC, que no cerraba la puerta a un rescate de la autopista: «No descarto nada».
Ni siquiera esperó el presumible futuro secretario general del PSdeG a que se convocaran las elecciones. Todavía estaba operativo el Parlamento autonómico cuando avanzó una serie de novedades para Navantia Ferrol; el Grupo Popular, con sorna, le puso la etiqueta de «hombre anuncio», para irritación de los diputados socialistas. Pero fue el propio Besteiro el que alimentó esa imagen de poco más que un mero conseguidor. Él y Formoso habían conseguido el segundo nudo de transición energética justa para As Pontes y Cerceda, se arrogó. Él consiguió, también de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, la garantía de que Galicia tendrá hidroducto, después de quedar fuera de las subvenciones europeas, presumió. No le importó hasta desdecirse —o cambiar de opinión, que diría su jefe de filas—, como cuando proclamó que conseguiría la transferencia de la gestión del litoral.
Buque sorpresa
Aunque para anuncio en el astillero ferrolano, el del propio Sánchez, comprometiendo in situ un buque de guerra, sin saberlo previamente ni la Armada —tras intensas negociaciones con Besteiro, reivindicó este—. Inyección de casi 440 millones de euros y 1.800 empleos (sumando directos e indirectos). «Suspicacias, muchísimas», replicaba Rueda, quien expresaba el deseo de seguir al frente del gobierno gallego y poder exigirle a Sánchez que, a diferencia de otras campañas electorales (28M, 23J), cumpliera su palabra.
La suya es la más relevante, pero en ningún caso la única que puede quedar ahora en entredicho. Prometer han prometido muchos, también alguna vicepresidenta del Gobierno y varios ministros. Ribera es la que más tiene que decir. En el caso de la futura subestación de Maciñeira (As Pontes), su construcción está sujeta a «las modificaciones puntuales de la planificación» de la red eléctrica, «con horizonte 2026, ahora en tramitación», precisó Transición Ecológica. En cuanto a Stellantis Vigo, dijo, junto al alcalde Abel Caballero, que tendrá acceso a la muy alta tensión (72 millones). Y, por último, los cuatro parques eólicos que deberán surtir de energía a la planta de Alcoa en San Cibrao.
El otro ministro al que apremiará con intensidad la Xunta es Óscar Puente, el controvertido titular de Transportes. En varios frentes. Además de las autopistas, está pendiente la reapertura al completo de la A-6, tras el derrumbe en 2022; Besteiro prometió que estaría culminada este año. Y, por supuesto, la demorada llegada de los trenes Avril. Puente irrumpió en Vigo el 5 de enero, cual Rey Mago, anunciando que los billetes comenzarían a despacharse el 1 de mar
zo; la semana pasada lo ratificó su gabinete. Todas, «cuestiones clave», remarcan fuentes de la Consellería de Infraestruturas, que aseguran que seguirán «reivindicando que se cumplan los compromisos adquiridos». Sin olvidar, aunque no fuera durante la campaña, que el PSOE le prometió al BNG un «estudio para la implantación del tren de proximidad» (Cercanías), a cambio de su ‘sí’ a la investidura de Sánchez. A menor escala, la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, afirmó en Pontevedra que construirán 73 «viviendas a precios asequibles» en parcelas de Defensa.
Desde San Caetano se subraya que entre las obligaciones de la Xunta «está la defensa de los intereses legítimos de los gallegos ante otras administraciones». En noviembre, tras ser investido Sánchez, Rueda ya le recordó por carta la larga lista de compromisos pendientes. Volverá a insistir, porque no hicieron más que engordar durante el fallido asalto socialista al feudo popular.