ABC (Galicia)

Se filtran los supuestos chats del escándalo sexual de Christian Horner a su asistente

▶ Una carpeta de Google Drive con las supuestas charlas pone contra las cuerdas al marido de Geri Halliwell

- DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO MADRID

Aunque Red Bull y la Fórmula 1 han exonerado a Christian Horner, jefe de la escudería campeona del mundo y uno de los dirigentes más respetados hasta ahora de la competició­n, su futuro está en el aire por un escándalo sexual sobre el que ahora ya se están publicando unas supuestas pruebas.

Y es que en las redes está circulando una carpeta de Google Drive en las que aparecen capturas de conversaci­ones entre Horner y su asistente personal, la mujer que ha promovido la investigac­ión sobre una «conducta inapropiad­a».

En dichos chats de WhatsApp se ve cómo Horner le insistía en compartir momentos íntimos, cómo quería que le enviara fotos, le hacía videollama­das insistente­s o incluso le enviaba fotos subidas de tono. También cómo ella, cuando ya vio que el flirteo se iba de las manos, le invitaba a pensar en su mujer, una Geri Halliwell, ex Spice Girl, que no lo está pasando nada bien.

Según las conversaci­ones de ese Google Drive, al que ha tenido acceso ABC, Horner se muestra insistente al principio para ver a su asistente en ropa deportiva o ropa íntima. Por ejemplo, en un momento dado ella le envía una foto de un objeto desde la sede de Red Bull, y él le responde con un mensaje cargado de doble sentido: «No es la foto que esperaba ver». La réplica de ella es «Tu esposa no estaría muy contenta si lo hago...».

En muchos momentos, Horner se muestra especialme­nte insistente en hacer videollama­das con ella. «Te dije que no quería vídeo y tú insististe», le dice ella, a lo que él la llama «aburrida» y le da las buenas noches a «señorita pantalones aburridos».

En las conversaci­ones hay momentos subidos de tono. Horner le pide varias veces ir donde está ella y al revés, a lo que ella le replica con un «tenemos que ser buenos».

Y es que de unas charlas o peticiones de fotos, pasan directamen­te a un sexo virtual muy explícito. Queda patente no solo en una foto del pene de Horner que está sacado del mismo Google Drive, sino también en sus charlas. «Podríamos llegar a la Q3...», le dice, en referencia a la última fase de la clasificac­ión de un Gran Premio como una analogía de llegar a una relación sexual plena.

En otro momento, ella le dice directamen­te a él que pare, porque quería llamarle mientras se masturbaba. «Me llamas y yo te escucho o te hablo simplement­e para que explotes (eyacule). Es básicament­e como llamar a un teléfono porno». La respuesta de él es: «Exacto. Bueno para los dos».

Después de ver cómo ella le rechaza una y otra vez y que está llegando a rozar el acoso, Horner se da cuenta de que esto podría provocarle un serio problema si se filtraran las conversaci­ones y le pide directamen­te que borre los mensajes.

«Tienes que parar. No está bien lo que estás diciendo», le pide ella. «Pensaba que no era ofensivo lo que te estaba diciendo», responde él. «Reflexiona lo que Geri (Halliwell, su esposa) diría o pensaría si leyera esto. Así que no hay más flirteo».

Él cede y le pide que, por favor, borre todo porque teme que se filtren «en caso de que te ‘hackeen’ el teléfono» y que se vea cómo él se ha «abierto como nunca antes con nadie».

Horner se muestra muy insistente en hacer videollama­das y en tener sexo telefónico con la joven

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