ABC (Galicia)

Magyar Vagon lanza la opa sobre Talgo y desafía al Gobierno

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sobre la misma planean dudas sobre posibles lazos de los inversores con la Rusia de Vladímir Putin. Algo que también ha sido objeto de análisis por parte de las entidades financiera­s acreedoras. El consorcio húngaro lanza un órdago al Gobierno español; la amenaza la exterioriz­ó el ministro de Transporte­s, Óscar Puente.

Desde La Moncloa, por su parte, rebajan un poco el tono respecto al ministro al señalar que «el Gobierno analizará todos los detalles de la eventual operación. Se trata de una empresa que opera en un sector estratégic­o que tiene un papel fundamenta­l en la movilidad ferroviari­a, y siempre vamos a defender los proyectos industrial­es estratégic­os y los puestos de trabajo». Y añaden: «El Gobierno trabaja a su vez para garantizar la estabilida­d futura de Talgo. Y eso supone estar vigilante ante esta operación y ante los posibles inversores».

Las conjeturas, en este caso, se centran en la composició­n accionaria­l del consorcio creado para llevar a cabo la operación, muy vinculado al Gobierno de Viktor Orbán, quien desde el estallido de la invasión rusa en Ucrania ha estado en el punto de mira por sus buenas relaciones con el Kremlin. El 55% del grupo oferente, Ganz-Mavag Europe Zrt, pertenece a una red de inversores entre cuyas cabezas más visibles está András Tombor, empresario afincado en el Reino Unido, que mantiene fuertes vínculos con el Ejecutivo de su país. De hecho, llegó a ser asesor de Orbán durante su primer mandato entre 1998 y 2002. Detrás del 45% restante está el propio Estado magiar a través del fondo soberano Corvinus, un vehículo inversor al que también se le conecta con Rusia.

Por el momento, esa relación no ha podido ser detectada por la banca, lo que pone en aprietos al Gobierno si quiere tumbar la operación con el escudo antiopas. De fondo, no deja de estar el hecho de que el oferente pertenece a un país de la Unión Europea y que una negativa a la compra podría poner muy en tensión las relaciones diplomátic­as con un socio comunitari­o y comercial como es el país magiar.

El Gobierno de Pedro Sánchez define a Talgo como estratégic­a, pero también lo es para Hungría en sus planes de renacimien­to industrial, antaño muy ligada también al tren. Para España, Talgo es clave por ser el fabricante de la mayoría de los trenes de alta velocidad de la operadora pública Renfe. También por su sistema de rodadura desplazabl­e que permite a los trenes adaptarse al tamaño de todo tipo de vías. Esta tecnología interesa y mucho al consorcio húngaro, que quiere sacar tajada de la reconstruc­ción de Ucrania, país que aún conserva el ancho de vía ruso.

Dueño final

El consorcio, por una parte, lo integra el Estado húngaro y, por otra, está Magyar Vagon. El documento de la opa detalla que el dueño final de Magyar Vagon es una sociedad llamada Solva II Magántkeal­ap, donde tiene el 50% un nombre hasta ahora desconocid­o: Csaba Törö. Asimismo, Solva está gestionada en última instancia por la petrolera y gasista MOL Hungarian Oil and Gas Public Limited Company.

El Ejecutivo hará «todo lo posible» por tumbar la operación, mientras que el primer accionista de Talgo avala aceptar la oferta

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// ABC Los húngaros prevén pagar algo más de 619 millones por Talgo

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