Cataluña dejará a los hoteles rellenar las piscinas con desaladoras portátiles
Entre las medidas decretadas en Cataluña contra la sequía, una de las más controvertidas es la prohibición del rellenado de piscinas de hoteles y campings con agua dulce dado su más que seguro impacto en la actividad turística. Desde que se entró en fase 1 de emergencia (1 de febrero), surgieron numerosas iniciativas de agrupaciones de hoteleros para sortear la prohibición, dado que el decreto solo permite el rellenado de piletas con agua de mar y siempre que su vaciado posterior no acabe en el alcantarillado público. En la Costa Brava los hoteles de Lloret anunciaron la compra de una desaladora portátil, algo que, de entrada, no estaría permitido.
No obstante, y ante lo que en el sector turístico se anunciaba ya como un serio revés a la temporada de verano, la Generalitat anunció ayer que permitiría el uso de desaladoras privadas, un guiño al turismo acompañado también de una mayor permisividad para agricultores y ganaderos, que habían puesto el problema del agua como una de sus principales reivindicaciones en las protestas que llevan a cabo desde hace semanas.
«Mantener la actividad»
En el caso de las desaladoras, la Generalitat ha aprobado permitir su uso con la «única finalidad de mantener la actividad económica y los puestos de trabajo de esta actividad». En caso de que haya un excedente de agua, se obligará a los hoteleros en este caso a compartirla. Otro tanto sucede en el sector industrial. En el caso de la ganadería, se permitirá sortear la reducción del 50% fijada ahora en las explotaciones donde la actividad se basa en hembras reproductoras. Para la agricultura, no se aplicará la reducción del 80% en las explotaciones donde la actividad se basa en cultivos leñosos o permanentes, como los árboles frutales.
Las medidas de flexibilización anunciadas se producen en un momento en el que las reservas en los pantanos de las cuencas internas están al 14,47% (datos de ayer). En algunas zonas concretas, es el caso de doce municipios del Alto Ampurdán (Gerona), los que dependen del embalse Darnius-Boadella, el panorama todavía es peor, y desde ayer están en fase 2 de emergencia, lo que implica reducir a 180 litros por persona y día el consumo. Entre otras medidas, se cierran las duchas de instalaciones deportivas.