ABC (Galicia)

La vida sigue para los huérfanos del atentado

- CARMEN LUCAS-TORRES MADRID

Tenían entre nueve y 12 años. No entendían nada. No sabían por qué pasaban los días y sus padres no estaban en casa, por qué había caras tristes, por qué aquél día mamá no acudió a la puerta del colegio. Muy pronto tuvieron que entender que sus padres habían sido asesinados, como otras 190 personas, en un atentado terrorista. Veinte años después, la vida continúa para Vera de Benito e Iris Sánchez, huérfanas del 11M, con sus padres muy presentes en el día a día de ambas.

«Le echo de menos todos los días, pero hay que seguir»

explica la ahora periodista especializ­ada en temas de Seguridad y terrorismo. Precisamen­te este año ultima un libro con testimonio­s de víctimas de atentados de todo el mundo. «Estoy muy contenta, la verdad es que creo que me va a quedar muy bien», explica ilusionada, con soltura comunicati­va en el plató de la redacción de ABC, frente a una cámara. Durante años, ha charlado con personas de otros rincones que vivieron lo que ella. «Realmente, cuando las víctimas hablamos entre nosotras, es sobre la vida, sobre nuestro día a día, no estamos todo el rato dándole vueltas a lo que pasó. El dolor se comparte y cuando estamos mal, claro que se habla de este tema, pero es que no puede ser el centro de nuestra vida porque si no, nos quedamos sentados en el sofá», explica.

El año 2024, además de por ser el 20 aniversari­o del 11M y por la publicació­n de su libro, es muy importante para Vera. «Me voy a casar con un hombre maravillos­o. Nos hemos agenciado una casita nueva, estamos empezando a formar una familia», se le ilumina la cara. «Cada uno lleva el duelo de una forma distinta, hay quien prefiere enclaustra­rse, hacer crónico el dolor y hay gente que prefiere salir adelante lo mejor posible, y es la elección que yo he tomado. Me parece totalmente lícita la otra, pero prefiero la mía. Es verdad que duele, a mi padre le echo de menos todos los días. Y más este año, que no me va a llevar al altar, pero me va a llevar mi abuelo. Claro que me acuerdo de él, y digo qué pensaría del primer libro y de la boda, y dentro de años su primer nieto...pero es que no me puedo quedar atrás».

Tampoco lo hizo su madre, la viuda de Esteban: «Mi madre es una luchadora.

En los mejores y en los peores momentos de estos veinte años, Vera de Benito e Iris Sánchez han sentido la ausencia de su padre y su madre, a quienes los terrorista­s arrebataro­n el futuro aquella mañana de marzo

Yo la admiro mucho y creo que gracias a ella he vivido de forma más tranquila. O quizá no tranquila pero sí menos estresada. La pérdida de mi padre hubiera sido mucho más traumática (que lo fue), pero mucho más, si mi madre no hubiera estado ahí. Ella está bien. Evidenteme­nte le falta él, pero es que no te puedes quedar atrás porque vivir en una tristeza y pena continua no es vivir».

Pero aunque la vida continúe, el recuerdo de aquél día perdura. «Las ambulancia­s, el ruido, mucho humo. Vivíamos enfrente de la estación de Santa Eugenia. La gente dice que la explosión se oyó desde nuestra vivienda, pero yo no lo recuerdo. Sólo el humo y el jaleo». Y después, las noticias. Esas en las que fijó su mirada. «Las fuentes que consulté fueron sobre todo prensa escrita. Las imágenes que encontré no ayudaron mucho, ni a mí ni a nadie. Siempre me gustó escribir. No sé si hubiera sido periodista si mi padre no hubiera sido asesinado. Pero siempre me ha gustado escribir, leer, investigar...Siempre he sido muy curiosa».

Esa es una de tantas virtudes que Vera de Benito cree que ha heredado de su padre. Mirando hacia un rincón de la habitación, recuerda que «era un buenazo». «Mi madre dice que soy Esteban en versión chica. Con algún defectillo más, pero sí, Esteban en versión chica. Y me hace sentir muy orgullosa porque todo el mundo habla maravillas de él. Le conocí siendo padre, no siendo amigo u hombre. Era un tipo genial. Me lo he pasado muy bien con él, le he dado la tabarra a más no poder con películas de Disney o el himno del Atleti. Fue el mejor padre que podría haber tenido».

Iris Sánchez posa en la Laguna del Campillo de Rivas Vaciamadri­d, donde solía pasear con su madre, que la sostiene en brazos cuando era bebé /ISABEL PERMUY que había fallecido», explica.

Superó aquél bache y hay un motor que la mueve en los momentos de éxito, pero también para afrontar los fracasos: «Mi método de vida o mi lema de vida es vivir por dos. Quiero disfrutar la vida por mí y por ella», dice con seguridad y una sonrisa en la cara.

Parece calcada a la de su madre en las fotos con ella que enseña a ABC. Tenían un gran parecido físico. «Mi madre era muy protectora, muy madraza. Tenía carácter y por eso chocábamos. En aquel momento no pensabas tanto en las repercusio­nes. A medida que te haces mayor, la echas más de menos. Piensas: si estuviera aquí mi madre, qué me hubiera recomendad­o en esta u otra cosa...».

En el 20 aniversari­o del atentado, le gusta que se recuerde lo que ocurrió, tal como ocurrió: «Al principio me removía más, pero ahora ya no. Las heridas quizá ya están más curadas, está todo más asentado...Ahora no quiero que se olvide».

Por eso Iris está en la Asociación 11M Afectados del Terrorismo y en contacto con otras víctimas. Recuerda que «el día del atentado y los siguientes hubo silencio puro. Había algo. Sentí el apoyo de muchas personas», dice.

En cuanto a la actuación de los poderes públicos, «era muy pequeña», no entra a valorar.

El recuerdo de su madre se incrementa en lugares como La Laguna del Campillo de Rivas Vaciamadri­d, a donde solía ir a pasear con ella y donde posa para este periódico.

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain