La trama Koldo buscó un potosí de pizarra donde nadie extrajo en un siglo
▶Parte del beneficio del pelotazo de las mascarillas se usó en la compra de terrenos en Valdeorras (Orense) ▶«A ningún pizarrista le dio por buscar en ese monte, y aquí son líderes mundiales», cuentan en el pueblo
El empresario Juan Carlos Cueto , que se llevó las adjudicaciones públicas para traer material sanitario a España durante la pandemia gracias a la intermediación de Koldo García, exasesor del ministro de Transportes José Luis Ábalos, invirtió parte de los beneficios del supuesto pelotazo investigado en la Audiencia Nacional en una pequeña pero atractiva comarca pizarrista gallega.
Buscó el oro negro tan preciado por el norte de Europa para sacar rendimiento a parte de las «plusvalías de los contratos obtenidos indiciariamente de manera irregular», como expuso el instructor de la causa Ismael Moreno en uno de sus recientes autos, en la comarca de Valdeorras (Orense). Exactamente en el pequeño municipio de Carballeda de Valdeorras. Pero lo llamativo es que compró unos terrenos rurales, en pleno monte, en un punto donde «durante un siglo ningún pizarrista de la zona ha ido a buscar material». «Y los empresarios aquí no son tontos, sino líderes mundiales en el negocio», explicaron fuentes municipales a ABC.
Los terrenos, según explicaron, se compraron a un propietario que tiene vínculos con el municipio pero no reside allí. En ellos, según trasladan en la localidad, hace más de cien años un paisano extraía la pizarra de manera artesanal. Pero en la zona nunca hubo actividad empresarial. Ya en el monte, plagado de castaños, pinos y robles, cuesta encontrar el lugar exacto de las parcelas adquiridas.
Según recoge el sumario, Soluciones de Gestión, la empresa instrumental a través de la que se recibieron las adjudicaciones públicas, hizo la compra y después traspasó los terrenos a Comercializadora Pizarras Santa Bárbara SL, integrada en el grupo Cueto. Las gestiones relativas a las fincas, que se hicieron «en el momento de la adjudicación de los contratos objeto de investigación», según se recoge en la causa, las realizó el propio Juan Carlos Cueto y su socio Íñigo Rotaetxe, principal y único accionista de Soluciones de Gestión. Aunque también tuvieron un papel relevante el cerebro de la trama, Víctor de Adama, el hombre de confianza del exministro José Luis Ábalos, Koldo García y el guardia civil también investigado en el caso José Luis Rodríguez García, subteniente con destino en el Ministerio de Transportes.
Fue él, que es de El Barco de Valdeorras, localidad núcleo de la comarca, quien se desplazó a la zona como avanzadilla de la expedición en busca del potosí de la pizarra en un Toyota RAV-4 titularidad de la compañía Comercializadora Pizarras Santa Bárbara.
Los investigadores analizan las cuentas de los imputados y destacan que desde una de Rotaetxe se hicieron «cinco transferencias por un total de 5.000 euros a Rodríguez». Sospechan que la compra pudo servir para ocultar el dinero obtenido con los contratos: «Además del destino citado de parte de las ganan
LOS PASOS EN GALICIA
Parte del beneficio obtenido con los contratos del Covid se invierten en la compra de unas fincas rústicas en el monte para extraer pizarra en Carballeda de Valdeorras (Orense). Los investigados Víctor de Aldama y Juan Carlos Cueto participan en el negocio. Habían colaborado previamente y también lo hacen después de recibir las adjudicaciones públicas con otro negocio de una APP de farmacia.
El socio de Cueto, Iñigo Rotaetxe, hizo hasta cuatro pagos por un total de 5.000 euros a José Luis Rodríguez, guardia civil investigado, que se desplazó a la comarca orensana para ocuparse del negocio ‘in situ’.
El sumario del caso recoge una oferta de compra que habría hecho la empresa ‘instrumental’ investigada Soluciones de Gestión, donde se cobraron las adjudicaciones de contratos por la pandemia, a una empresa de pizarras local para obtener todos sus activos.
El subteniente de la guardia civil con destino en el Ministerio de Transportes «controlaba ‘in situ’ el negocio de las pizarras», según detalla uno de los oficios policiales, y tenía a Koldo García al tanto de sus actividades. Antes de pasar a la reserva, ya llevaba meses conduciendo un todoterreno propiedad de la mercantil que se presume, era una tapadera
La Guardia Civil sitúa al cerebro de la trama como «iniciador», junto a Cueto, del «negocio de las pizarras» con «parte de los fondos investigados»
EL PAPEL DE LOS IMPLICADOS EN EL NEGOCIO
cias obtenidas, se han detectado movimientos de cuentas que pueden estar destinados a dificultar el seguimiento y trazabilidad del dinero obtenido por la adjudicación de los contratos de suministro de material sanitario».
Para la Guardia Civil, «Cueto es el titular de hecho del negocio de las pizarras que fue iniciado –junto con Aldama–con parte de los fondos investigados». Koldo es informado del devenir de esta inversión por José Luis Rodríguez García, quien «controla ‘in situ’ el negocio de las pizarras». En este sentido, el guardia civil había comentado que Koldo «lo sabe todo absolutamente todo bien sobre este negocio», como se recoge en uno de los informes del sumario.
En la investigación económica de la Benemérita figuran también dos transferencias de Soluciones de Gestión a una cuenta titulada por la mercantil Comercializadora Pizarras «en la que Víctor De Aldama figuraba como titular real» por un valor total de 320.000 euros, lo que hace entender a los agentes que su porcentaje por la mediación en los contratos Covid pudo ser más alto que los 6,8 millones que recibió en sus sociedades Deluxe y MTM.
Compraron maquinaria
En el puente del río Sil a su paso por El Barco de Valdeorras, unas mujeres llevan buen ritmo en su paseo matinal. «¿Saben que los implicados en el caso Koldo hicieron una inversión aquí?». «¿Pero, y qué venían aquí, a hacerse ricos? ¿Qué se creen?», contesta una de ellas entre risas. Explica que en la zona todo el mundo vive de las pizarras. Los tejados, las fachadas, los múltiples carteles de las empresas en la carretera entre El Barco y Sobradelo, que da acceso a las canteras, lo atestiguan.
Los terrenos de pizarra y esquisto que rodean los municipios de la comarca ya tenían propietarios en el medievo, pero en la década de 1970 se llegó al punto económico álgido que se ha mantenido. La comarca se convirtió en líder mundial de extracción del material que en bloque parece duro, resistente, pero al manipularlo se deshace en finas capas. En Valdeorras se encuentran las empresas más importantes del sector, como Cupa Pizarras.
Desde el Clúster de la Pizarra de Galicia rechazan hacer ningún comentario relativo al caso Koldo o a las inversiones allí realizadas por los intermediarios de Cueto: «Se trata de transacciones privadas en las que no entramos». Pero explican que el procedimiento para conseguir la licencia de extracción está recogido en la Ley de Minas. Su artículo 11 establece que «en las zonas reservadas podrán desarrollarse, en función del grado de conocimiento que sobre las mismas se tenga, operaciones de exploración, de investigación y de explotación», que lo tiene que acordar el Ministerio de Industria con informe del de Hacienda y que «cuando el conocimiento de la zona permita», el Gobierno autorizará e indicará cómo hacerlo. En el sumario no consta que los implicados hubieran solicitado un estudio para ver si en los terrenos comprados se podía extraer pizarra. Lo que sí figura es un documento de oferta de compra de «todos los activos» de otra empresa de pizarras en liquidación, ‘Los Bosques’, por 165.000 euros, incluidas facturas de compra de su maquinaria y camiones.