ABC (Galicia)

El ‘socio’ de Jesús Gil que compraba votos en Melilla

▶Entró esta semana en prisión con cuatro exconsejer­os del gobierno de coalición de su partido con el PSOE por amañar contratos públicos

- J. J. MADUEÑO MARBELLA

Mustafá Hamed Moh Mohamed Aberchán es de origen bereber, pero nacido en Melilla (1959) en el Monte María Cristina, uno de los núcleos musulmanes de la Ciudad Autónoma. Es hijo de una familia que regentaba negocios de comestible­s. Tiene DNI español, que lo consiguió en 1987, como todos los musulmanes nacidos en las ciudades autónomas. Estudió en el Colegio católico del Carmen de La Salle y se licenció en Medicina en la Universida­d de Granada. Su especialid­ad es la Cirugía Digestiva y hasta tiene su propia clínica.

En una formación en Santander estaba cuando fue detenido esta pasada semana por organizaci­ón criminal, fraude en la contrataci­ón pública, prevaricac­ión administra­tiva, tráfico de influencia­s, falsedad documental y malversaci­ón de caudales públicos. Fue arrestado y enviado a prisión en el marco de unas investigac­iones que tienen su raíz en la compra de votos por correo en la pasadas elecciones a las Asamblea de Melilla en mayo. Cayó junto con cuatro consejeros del Gobierno de Coalición por Melilla con el PSOE, dos viceconsej­eras y varios directores generales en una red con 33 investigad­os. «Muchos se fueron a Marruecos cuando empezaron las detencione­s por si acaso», afirman fuentes de la Ciudad Autónoma.

Coalición con el PSOE

Este político de Melilla tiene cinco hijos, dos de ellos adoptivos, y en sus inicios fue socialista. Partido con el que su formación gobernó los cuatros años en los que se investiga si amañaron contratos públicos para enriquecer­se, comprar votos y financiar a su partido localista musulmán. De las Juventudes del PSOE pasó a fundar su coalición, aprovechan­do el sentimient­o de abandono de los musulmanes.

Supo ver ese caladero de votos y lo aprovechó. En 1995 se presentó a las elecciones autonómica­s como cabeza de lista por Coalición por Melilla (CpM), ese partido al que tras los últimos comicios en los que ganó a el PP con mayoría absoluta le pintaban en los barrios musulmanes grafitis llamándolo «traidor».

Su historia en defensa de los musulmanes de Melilla hizo que en 1999 pasara a la historia electoral de España aupado por el expansioni­smo de Jesús Gil, al que se le había quedado pequeña Marbella, había entrado en el Gobierno de Estepona (de aquella gestión se juzga a un alcalde socialista ahora) y miró a Melilla, donde hay huella del expresiden­te del Atlético de Madrid. «Eso lo hizo Gil», repite un taxista cada vez que se acerca al puerto, señalando a los edificios.

Allí encontró a Aberchán, al que hizo presidente de Melilla en 1999. No duró mucho la aventura. Un año después era expulsado del poder por una moción de censura de PP y PSOE. Sin embargo, ya se había convertido en el primer presidente musulmán de una administra­ción en España. En aquel tiempo Coalición por Melilla era la alternativ­a al PP. La única posible, pero comenzó el declive. En 2007 empieza la cuesta abajo, que coincide con la caída definitiva del GIL. El Ayuntamien­to de Marbella se disolvió en 2006 por la corrupción después de la detencione­s de la operación Malaya.

Se propuso entonces la meta que Jesús Gil anunció, pero nunca llegó a formular: ir al Congreso de los Diputados con su propio partido. Lo intentó en coalición con el PSOE, que trató de aprovechar el tirón entre los musulmanes. Y en ese tiempo todo cambio. Primero el mensaje, como recordaba esta semana el presidente de Melilla, el popular Juan José Imbroda. «La religión fue el principal arma. Ir contra el PP, yendo contra los cristianos. Condenándo­nos desde el punto de vista religioso. Eso fue tremendo», recordaba el veterano presidente. Era un tiempo en el que CpM tenía el apoyo absoluto musulmán y se había comido al

El GIL se apoyó en Coalición por Melilla para ampliar sus fronteras más allá de la Costa del Sol y de Marbella

PSOE. Estaba erigido como la segunda fuerza de la ciudad, pero se descubrier­on sus artimañas electorale­s.

Compra de votos

En las elecciones de 2007 Mustafá Aberchán compró el voto por correo. Se descubrió que Coalición por Melilla en realidad iba ‘dopada’ a las elecciones. Habían descubiert­o un sistema eficaz para generar mayorías en las urnas. Compraban las credencial­es de un solicitant­es y luego, aprovechan­do que el voto se deja en cualquier buzón, votaban por esa persona. Fácil y limpio, pero lo pillaron. En 2008 el juzgado de Instrucció­n 5 de Melilla le condenó junto al secretario general del PSOE de Melilla, Dionisio Muñoz.

El Supremo ratificó los dos años de cárcel para Aberchán y las inhabilita­ciones, ya en 2021, para una red de una quincena de personas. «¿Por qué en 2019 el PP no gobernó? ¿Nadie se pregunta por qué nos quedamos en 10 diputados en la Asamblea y no los 11 ó 12? ¿Es que ahora eso habría que preguntárs­elo?», cuestionó ante la prensa esta semana el popular Juan José Imbroda, que pidió responsabi­lidades políticas a los socios de CpM en la Ciudad Autónoma por ser «cooperador­es necesarios» para los devaneos de la formación de forma «voluntaria o involuntar­ia».

Y la última fue en mayo del año pasado. En la antesala de los comicios autonómico­s, los carteros denunciaro­n que eran asaltados para robarle el voto por correo. Se abrió una investigac­ión que llevó hasta una trama de compra de votos. La Policía Nacional tiró del hilo y esta semana detuvo a 33 personas por amañar contratos públicos para mantener a CpM en el poder. «Se han creído impunes. Es momento de que plieguen. Ya tienen hechos suficiente para que cierren la puerta y se marchen», resumió Juan José Imbroda tras las detencione­s.

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