Cuando Hollywood se hizo global y las películas ganadoras, más pequeñas
▶Los Oscar celebran esta madrugada su 96 edición, la más «diversa» de la historia, con académicos de 93 países ▶Solo uno de los cinco directores nominados es americano, y hay tres cintas extranjeras en la categoría final ‘Barbie’
Duelo al anochecer en Hollywood. Pero no uno de aquellos que filmaba John Ford o Howard Hawks. El de esta madrugada (hora española) estará protagonizado por un cineasta inglés, Christopher Nolan, y un griego, Yorgos Lanthimos. Sus películas, ‘Oppenheimer’ y la irlandesa ‘Pobres criaturas’, son las favoritas para el Oscar, con permiso del veterano Martin Scorsese, que, agazapado con sus ‘Asesinos de la Luna’, puede dar la sorpresa en la que quizá sea su última oportunidad para ganar otra estatuilla. Por allí estarán también dos mujeres, una americana y una francesa, Greta Gerwig y Justine Triet, que con ‘Barbie’ y ‘Anatomía de una caída’ han hecho historia esta temporada al ser la primera la más taquillera del año y la segunda la más aplaudida por la crítica tras su Palma de Oro en Cannes.
La cosecha parece excelente, y podría pasar cualquier cosa, que es otra forma de decir que habrá polémicas que desgranar el lunes. Pero a unas horas de que la Academia de Hollywood haga la foto fija de lo que ha dado de sí el ultimo año cinematográfico, las quinielas permiten hacer una radiografía del presente. Y el diagnóstico es claro: los Oscar ya no son los premios de Hollywood, son los premios del cine global.
Por primera vez en sus 96 ediciones han votado académicos de 93 países. Un récord –así lo constató la presidenta de la Academia, Janet Yang, nacida en Queens de padres chinos– que es el resultado de un viaje emprendido en la última década, cuando la institución se abrió a invitar a miles de directores, productores, actores y demás profesionales de todo el planeta. 10.817 miembros, de los cuales 9.375 tienen derecho a voto. En los dos últimos años han invitado a cerca de 800 personas. La mayoría, muy lejos de Sunset Boulevard.
Esta ampliación de miradas, de diferentes formas de ver y entender el cine, que, según quién hable o dónde se haya criado, es una industria, un arte o todo a la vez en todas partes, se ha traducido en unos premios que podríamos llamar menos hollywoodienses. El epítome de toda esta deriva se consumó en 2017, cuando ‘La la land’, un musical mastodóntico que era un canto de amor al cine clásico y con una historia de amor que emocionaba a varias generaciones, perdió el Oscar a la mejor película en favor de ‘Moonlight’, una historia pequeña, mínima, un drama racial sobre la homosexualidad que apenas vio nadie en Estados Unidos y del que hoy nadie
LAS PELÍCULAS DEL AÑO
La historia del padre de la bomba atómica, dirigida por Christopher Nolan, lidera las nominaciones, con 13. Si nos fiamos de la temporada de premios, llega a la madrugada del domingo como favorita.
La más taquillera del año, parecía que con sus 8 candidaturas podría triunfar hoy, pero se ha desinflado.
se acuerda, si no fuera por el esperpento del fallo con los sobres en el escenario. Ese Hollywood sin la esencia del Hollywood «de toda la vida» se explica también con las películas ganadoras en los últimos años. En la década de los 2000 se llevaron el premio principal cintas como ‘El señor de los anillos: el retorno del rey’, ‘Infiltrados’ o ‘Gladiator’. En los últimos diez años, ni una gran producción ha tocado el premio principal. A cambio, eso sí, han sido condecoradas producciones como ‘Coda’, ‘Green Book’, ‘Todo a la vez en todas partes’ o ‘Nomadland’. Incluso ‘Parásitos’, la pionera de este aperturismo a premiar producciones «periféricas», fue muy respondida en Estados Unidos.
Como ya publicamos en estas páginas en la anterior edición, la grieta entre el público –esto es, las películas más vistas– y las más premiadas se ha agigantado en las dos últimas décadas. Algo que también se evidencia en la paulatina pérdida de audiencia de la
Las españolas ‘La sociedad de la nieve’ y ‘Robot Dreams’ aspiran a tres estatuillas, pero las quinielas no las dan como favoritas
En los últimos tiempos han triunfado películas «de consenso» que no eran las mejores del año, como ‘Coda’ o ‘Green Book’