ABC (Galicia)

La UPG marca su territorio dentro del BNG: más nacionalis­mo y menos transversa­lidad

▶ Admite que la campaña «presidenci­alista» de Pontón funcionó, pero la formación debe ser «cada vez más coral»

- JESÚS HIERRO SANTIAGO Dominio dentro del BNG

Las debacles electorale­s suelen ser dinamita para la estabilida­d interna de los partidos, aunque lo contrario, el éxito en las urnas, también puede alimentar con mayor o menor intensidad el mar de fondo. Por supuesto que tras su histórico resultado en las elecciones gallegas, nadie dentro del BNG se atreve a poner en cuestión el liderazgo de Ana Pontón. Sin embargo, ante el escenario que ahora se abre para el Bloque, que con 25 diputados liderará con holgura a la oposición en el Parlamento de Galicia, la Unión do Povo Galego (UPG), fuerza mayoritari­a dentro de la coalición, se ha apresurado a marcar perfil y tratar de evitar la tentación del BNG de deslizarse hacia una «transversa­lidad» que le aleje de sus esencias soberanist­as.

Primero, la literalida­d, y luego, las interpreta­ciones. El pasado miércoles, el secretaria­do político de la UPG aprobó un documento para valorar — «muy positivame­nte»— el resultado de las elecciones autonómica­s y esbozar la hoja de ruta que, en su opinión, en los próximos años debería seguir el BNG. Sobre el 18F, la UPG hace una reflexión «necesaria»: el BNG de Pontón hizo una campaña «con un alto grado de presidenci­alismo», que «funcionó adecuadame­nte como estrategia de captación de voto». Pero eso no debería llevarles —dice el documento— a «relajar» sus «procedimie­ntos internos colectivos en la toma de decisiones», ni a dejar de trasladar «una imagen pública cada vez más coral y plural»; ni mucho menos, a «abandonar los postulados políticos del nacionalis­mo para ser más transversa­les».

«Nacionalis­mo popular»

La UPG reconoce también que el éxito electoral del BNG se debió, en buena medida, a que «recogió votos de personas que no eran votantes habituales». Sin embargo, considera que eso no debe llevarles a relajar sus postulados ideológico­s, sino todo lo contrario: el BNG debe emprender una estrategia de «politizaci­ón del voto» para «fortalecer el proyecto nacionalis­ta» dentro de los «parámetros ideológico­s y políticos del nacionalis­mo popular». En román paladino: no hay que adaptarse a los nuevos votantes, sino seducirlos para la causa.

Algunos interpreta­ron el documento como un toque de atención a Pontón, por su forma de acentuar más el alma social del BNG que la patriótica, más la agenda social que las esencias. Pero la líder y candidata del Bloque a la Xunta no se dio por aludida. En una atención a la prensa, Pontón hizo suya la reflexión de la UPG de que el BNG es «una organizaci­ón plural, coral y asambleari­a», y la de que la «razón de

LA IDIOSINCRA­SIA DE LA UPG

El BNG es una coalición de partidos, pero en la que la Unión do Povo Galego (UPG) siempre ha tenido un carácter «dominante». De ideología comunista y marxista, es quien «articula y diseña» las estrategia­s y retiene la mayoría de cargos orgánicos de la coalición.

Echando mano de su habitual retórica, un tanto desfasada, la UPG emitió estos días un comunicado ambiguo en el que decía que la campaña de tono presidenci­alista de Pontón del 18F no debía llevarles a abandonar sus postulados nacionalis­tas en un intento de ser «más transversa­les». ser» del BNG es «ser nacionalis­ta». Y añadía Pontón que el BNG, con esos postulados, «tiene capacidad para llegar a sectores amplios de la sociedad» en busca de la «hegemonía política».

Interpreta­ciones

José Ramón Quintana es historiado­r, autor del libro ‘Un longo e tortuoso camiño’, ensayo sobre el nacionalis­mo gallego centrado en el BNG, desde sus

Ana Pontón no se dio por aludida por esas proclamas de la UPG, a la que ella misma pertenece. Se mostró de acuerdo en que el BNG es «una organizaci­ón plural, coral y asambleari­a», y en que el nacionalis­mo es «la razón de ser» de la coalición que ella lidera.

Consultado­s por ABC, tanto Antón Losada como Xosé Ramón Quintana, buenos conocedore­s de los entresijos del BNG, también descartan que con ese comunicado la UPG quisiese lanzar un aviso a Pontón. Lo interpreta­n más bien como un intento de «marcar territorio» en clave interna. orígenes hasta su crisis de 2009. Y Antón Losada, profesor y politólogo, fue mano derecha de Anxo Quintana, el vicepresid­ente de la Xunta en los años en los que el PSdeG y el BNG gobernaron la Xunta en bipartito. Uno y otro, buenos conocedore­s de los entresijos nacionalis­tas, también descartan interpreta­r este documento de la UPG como un mensaje de advertenci­a a Pontón. «Es un mensaje sobre todo para consumo interno, un aviso a navegantes diciendo que quien sigue marcando la línea del BNG es la UPG», dice Quintana en una conversaci­ón con ABC. Losada comparte esa opinión: «Conociendo a la UPG, más que un aviso me parece un recordator­io de quien es la UPG».

En todo caso, entender desde fuera a la UPG no es sencillo, porque es un partido que «internamen­te tiene su punto secretista», advierte Quintana; y que, además, acostumbra a echar mano de un lenguaje «muy retórico», e incluso desfasado. «Yo ahí veo mucha retórica y mucho mensaje hacia adentro, es una retórica un poco anticuada», secunda también Losada.

El BNG es una coalición de varios partidos, minoritari­os, cada uno con sus matices, y entre los que la UPG, de base comunista y marxista, es el que tiene más peso y preeminenc­ia. En el libro ‘A nova presenza do BNG’, publicado en 2021, Xosé Manuel Sarille hacía una lectura similar de la UPG,

«siempre dominante» sobre el resto de organizaci­ones de la coalición: «Posee el control de la constelaci­ón nacionalis­ta, retiene la mayoría de los resortes orgánicos del poder interno, concibe y articula la estrategia del Bloque, dibuja sus límites tácticos y las posibilida­des de pactar o no pactar».

Dos almas

Pero es que incluso la propia UPG está lejos de ser un partido «unitario». Allí, entre sus algo más de medio millar de afiliados, conviven «dos sensibilid­ades, que son diferentes pero se solapan», explica Quintana, «una más pragmática, que entiende que hay que hacer ciertos cambios, adaptacion­es; y un sector más purista que cree que no se puede ceder demasiado».

Para Sarille, según escribe en su libro, esas dos almas se evidencian en las dos caras más visibles del BNG, su diputado en el Congreso, Néstor Rego, y la propia Pontón, ambos de la UPG: «Se solapan y conviven propuestas maximalist­as con otras posibilist­as, perfectame­nte incompatib­les». Xosé R. Quintana cree que la UPG, y por consiguien­te, el BNG, tendrá que «resolver esa tesitura de alguna manera y algún momento».

Estas pinceladas sobre la idiosincra­sia de la UPG son imprescind­ibles para entender un poco, o al menos intentarlo, esa «retórica», a la que se refieren tanto Quintana como Losada, y que envuelve este último posicionam­iento político. Tampoco hay que perder de vista el contexto. El crecimient­o electoral del 18F supondrá la entrada en la formación de más fondos públicos, recursos y personal. Y también, cree Losada, el BNG deberá acometer en algún momento, «ajustes internos, reequilibr­ios y nuevos diseños dentro de su propia organizaci­ón».

Y es en ese marco donde los guardianes de las esencias quieren seguir marcando la hoja de ruta del BNG. Y a la UPG, recuerda Quintana, «eso de las puertas abiertas no le hace mucha gracia».

Xosé Manuel Sarille Escritor y periodista

«La UPG posee el control de la constelaci­ón nacionalis­ta y articula la estrategia del BNG»

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// BNG Néstor Rego y Ana Pontón, que representa­n las dos almas de la UPG, en una imagen de archivo

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