Ahmed Issa
Ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto ▶ En unas semanas se decidirá si se espera a la gran inauguración oficial o abre antes sus salas de forma parcial
Apenas queda un mes para que el Gran Museo Egipcio (GME) esté preparado para abrir sus puertas, mostrando al mundo por primera vez desde hace un siglo al completo el tesoro de Tutankamón. Sin embargo, la fecha de su inauguración, que promete ser tan colosal como este centro que ocupa unas 50 hectáreas a dos kilómetros de las pirámides de Guiza, aún es un misterio. Después de varios aplazamientos, se rumoreaba que sería esta primavera, pero la apertura total del mayor museo arqueológico del mundo tardará. «La construcción habrá acabado a finales de marzo y estará listo para ser inaugurado en abril, pero las obras en las zonas exteriores del museo (los accesos por carretera y metro desde El Cairo y desde el nuevo aeropuerto Esfinge de Guiza) requieren otros seis meses más», señaló el ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Ahmed Issa, en conversación con ABC, al término del encuentro empresarial de turismo España-Egipto que se celebró el 8 de marzo en la sede de la CEOE, en Madrid.
La discusión actual en el seno del Gobierno egipcio es si abrir próximamente de forma parcial las salas –la opción que defiende el ministro Issa– o esperar a que concluyan los trabajos del entorno y a que se pacifique la situación en la cercana franja de Gaza para estrenarlo al completo con una majestuosa inauguración, a la que estarán invitados todos los mandatarios mundiales. «En dos o tres semanas este debate se va a aclarar», prometió la máxima autoridad de las Antigüedades de Egipto, antes de asegurar convencido que «este año, sí», el Gran Museo Egipcio mostrará al mundo sus joyas. «Lo que no se sabe aún es si con una gran inauguración o con una apertura parcial», añadió.
Si cada museo cuenta una historia, Issa destaca que el centro de Guiza relatará en su conjunto «la fundación de la civilización» que levantó la Gran Pirámide y La Esfinge cinco siglos antes de Stonehenge. Tras el vestíbulo principal, ya visitable, una gran escalinata con estatuas conducirá a dos galerías principales. En la primera –«del tamaño de tres campos de fútbol», según describió gráficamente el ministro– se reflejará cómo los antiguos egipcios concibieron el mundo durante 30 dinastías, «cómo avanzaron en los conceptos de comunidad» y «lo que para mí es más importante, cómo se puede ser mejor en esta vida». Ahmed Issa, que se llevó la mano al corazón para enfatizar sus palabras, recordó que los antiguos egipcios creían que en el momento de su muerte su corazón sería pesado en una balanza frente a una pluma en un juicio que decidiría si eran aptos para entrar en el más allá.
La segunda galería, de ‘sólo’ un campo de fútbol, estará dedicada en exclusiva a Tutankamón. Según resaltó Issa, «mostrará por primera vez, desde que se descubrió su tumba en los años 20 del siglo pasado, las 6.000 piezas del conjunto funerario. Será una ‘captura de pantalla’ de cómo vivió y lo que hizo ese joven faraón, y con qué tecnología contaban en su época». La máscara de oro de Tutankamón y otras 50 piezas de la tumba aún permanecen en otros museos. «Se trasladarán dos semanas antes de la apertura del Gran Museo Egipcio», apuntó el ministro. El resto de las 60.000 piezas que se van a exponer ya se encuentran en el faraónico edificio de Guiza, aguardando el momento de mostrarse al mundo.
Caída del turismo español
Para entonces, el ministro confía en que se haya recuperado el turismo español en Egipto, que se desplomó en 2023. En un año, España cayó del puesto 16 al 29 entre los países de origen de los visitantes. «Egipto es un destino seguro», aseveró Issa, quien detalló ante los empresarios españoles la batería de medidas e incentivos impulsados por el Gobierno egipcio para promover los viajes al país de los faraones. Su objetivo es duplicar el número de visitantes de los casi 15 millones de 2023, una cifra récord, hasta los 30 millones en 2028.
El ministro, que avanzó una reforma en el Consejo Supremo de Antigüedades y aseguró que la pirámide de Micerinos no se va a recubrir («fue una fake news»), también dedicó unas palabras a la labor de los egiptólogos españoles: «Estamos muy contentos con la cooperación española. Todos los compañeros en el campo de la arqueología coinciden en que los españoles son de los que más contribuyen».