Siri Hustvedt, sobre Paul Auster: «Sigue vivo; el futuro es incierto, pero hay esperanza»
Siri Hustvedt (Northfield, Minnesota, 1955) entró en el Ritz de negro, elegante, rubia como siempre, y empezó hablando de Cervantes: «Tengo un sentimiento muy cálido y cariñoso por España. Soy una amante de la literatura y hay que admitir que cualquier novela que se precie le debe muchísimo al ‘Quijote’». Luego, en un giro insospechado de la frase, pasó a lamentar el auge de la extrema derecha: «Pero soy consciente de los movimientos autoritarios que se están produciendo en este país, igual que en Estados Unidos, y me preocupa. Es algo que está sucediendo en todo el mundo».
La escritora aterrizó en Madrid para recoger el premio Openbank de Literatura by Vanity Fair a la trayectoria, un reconocimiento con gala y fiesta que viene a romper su rutina reciente: apenas tiene vida social desde que en enero de 2023 le diagnosticaron un cáncer a su marido, el también escritor Paul Auster. «Está vivo –dijo, casi celebrando–. Ha sido un año duro, de muchas urgencias relacionadas con su tratamiento, no con el cáncer. Hoy he hablado con él y por primera vez en mucho tiempo está escribiendo algo. Sé que sin el tratamiento no estaría aquí, así que estoy agradecida, igual que él. El futuro es incierto, pero hay esperanza».
Luego, ya riendo, citó a su madre: «Ella siempre repetía que hacerse mayor era una maravilla, que te hacía más libre, más sabia. El único inconveniente, insistía, es que tu cuerpo se desmorona». El capítulo de su intimidad lo cerró afirmando que ahora disfruta de una suerte de ‘carpe diem’, en parte porque al fin es abuela: «Era una de mis grandes ambiciones en esta vida». Y otra carcajada. Avanzó que está trabajando en un libro sobre la eugenesia.
Hubo tiempo para Trump, claro. ¿Nerviosa por las elecciones? «Nerviosa se queda corto. Estoy aterrorizada con la posibilidad de que vuelva, el resultado no está nada claro. Hace falta formar una gran coalición de nuevo, aunque no de izquierdas sí antiautoritaria. Y espero que la encabece Biden». ¿Y qué pinta la literatura en todo esto? «No creo que la literatura nos vaya a salvar del fascismo o del neofascismo. Pero la poesía, la novela y algunos ensayos son capaces de describir la experiencia del otro de formas más directas y vívidas que cualquier estadística o ‘paper’ académico», remató.