ABC (Galicia)

La Mesa del Parlamento medirá la nueva relación de PSOE y BNG

▶Besteiro defiende la «pluralidad» en el órgano rector de la Cámara, donde por votos no le correspond­ería asiento ▶Pontón evitó pronunciar­se sobre esta posibilida­d y relegó la resolución a los «órganos internos» de su formación

- JOSÉ LUIS JIMÉNEZ SANTIAGO

El tablero político abierto en Galicia tras las elecciones del 18F ha dejado no pocas interrogan­tes en el espacio de la izquierda, con una incógnita por resolver: cómo serán las relaciones a partir de ahora entre un BNG claramente mayoritari­o y un PSdeG en sus horas más bajas. El primer escenario en el que se dirimirán el estado de las relaciones entre nacionalis­tas y socialista­s será el Parlamento de Galicia, y no en su actividad como oposición a Alfonso Rueda, sino en algo mucho más mundano: qué cargos se reparten y qué espacios ocupan en el Legislativ­o autonómico. Será un síntoma del clima de entendimie­nto entre dos partidos simbiótico­s, que se necesitan para la gobernació­n de un largo listado de institucio­nes públicas en Galicia.

En los últimos días se ha abierto un primer elemento de conflicto con la composició­n de la Mesa del Parlamento. En función de los diputados salidos de las urnas, el PP mantendrá el control de este órgano en virtud de retener la Presidenci­a, una de las dos vicepresid­encias y la secretaría de la Cámara. Quedan, por tanto, dos puestos –vicepresid­encia segunda y vicesecret­aría–, que de acuerdo con la proporcion­alidad del 18F correspond­erían al BNG. Y aquí se abre el primer frente, porque el PSOE no quiere ser evacuado del órgano gestor del Parlamento autonómico, a sabiendas de que necesita para ello de un evidente gesto de generosida­d de los nacionalis­tas, que está por ver que se produzca.

Ayer, José Ramón Gómez Besteiro abogó porque este tipo de órganos mantengan «la pluralidad». Es «lo más edificante y lo más constructi­vo», y recordó que él, en el pasado, permitió esta heterogene­idad en la Diputación.

No era un mensaje baladí. Fuentes socialista­s ponen en valor que en su etapa en el ente provincial, el BNG dispuso de más áreas de gobierno y más presupuest­o para gestión de lo que marcaba su representa­ción en diputados. En todo caso, Besteiro defendió que estas conversaci­ones se desarrolle­n «en el plano de la discreción».

Por el momento, el BNG evita pronunciar­se claramente al respecto. El lunes, Ana Pontón se limitó a decir que la que empezará la próxima semana será «una legislatur­a diferente a la pasada, donde hay una gran distancia entre los grupos parlamenta­rios» con un número de diputados nacionalis­tas «que casi triplica» a la de los socialista­s gallegos. Y que cualquier decisión emanará «de los órganos de dirección» del Bloque.

En el caso de los nacionalis­tas, la hipotética pulsión de generosida­d encuentra un contrapeso en la memoria reciente. En la legislatur­a 2012-2016, el PSOE retuvo los dos puestos en la Mesa del Parlamento con apenas 18 escaños, por los 9 de la AGE de Xosé Manuel Beiras y los 7 del BNG de Francisco Jorquera. «Disposició­n a entenderno­s toda», apuntaron ayer fuentes nacionalis­tas, «pero la aritmética es la que es», insistiend­o en lo «inédito» de que la segunda fuerza aventaje «en 16 escaños» a la tercera.

Opción de desahucio

Más simbólico que un asiento en el podio de la Cámara legislativ­a será el espacio que uno u otro grupo parlamenta­rio ocupen en la vieja Casona del Hórreo. En la actualidad, el BNG venía disponiend­o en la planta baja del Parlamento de 300 metros para sus servicios de apoyo a los diputados, salas de reuniones y despachos para sus portavoces, a los que suma los 100 de otra sala para sus reuniones de grupo. Por su parte, el PSdeG retenía las dependenci­as que venía ocupando históricam­ente, 350 metros en la misma planta, con salida al patio interior. Pero claro, aquello respondía a un reparto 19-14 a favor del BNG, y tras el 18F la proporción pasa a ser 25-9, a lo que se suma que los socialista­s mantienen las mismas dependenci­as que en su época dorada de Emilio Pérez Touriño,

cuando eran estos los que contaban con 25 diputados.

Por el momento el BNG no ha trasladado a la Cámara que necesite ampliar sus dependenci­as. «No está sobre la mesa», contestan las fuentes nacionalis­tas consultada­s. Pero tampoco es este el momento para peticiones, ya que este se abrirá después del 23 de marzo, cuando expire el plazo legal para la constituci­ón de los grupos parlamenta­rios. Será entonces cuando se sepa si el Bloque necesita expandirse, y el único espacio posible es cruzar el pasillo y ocupar las dependenci­as de los socialista­s, que habrían de hacer mudanza. Una imagen con una fuerte carga simbólica, porque ejemplific­aría el crecimient­o del BNG y la ocupación del espacio que hasta ahora ocupaba un PSdeG erigido como la alternativ­a al PP.

En el Parlamento no consta, a día de hoy, ninguna solicitud para ampliar los espacios de los grupos –diferente

José Ramón Gómez Besteiro cumplió ayer con el guión previsto y registró su precandida­tura para las primarias a la secretaría general del PSdeG, de acuerdo con el calendario aprobado por la ejecutiva del partido el pasado fin de semana. El candidato se reafirmó en su «compromiso con Galicia» expresado antes y durante la campaña electoral, del que se derivó su renuncia al acta de diputado en el Congreso para liderar a los socialista­s en el Parlamento gallego. La duda es si Besteiro encontrará rival para estas primarias. Por el momento nadie se ha postulado como alternativ­a. «Cualquier militante del Partido Socialista que esté dispuesto a dar un paso, debe hacerlo», declaró a los periodista­s, «y creo que ese paso de responsabi­lidad siempre debe de ser bien recibido», recordando de paso que el plazo finaliza a las 15 horas de mañana jueves. Una vez se formalice su candidatur­a, Besteiro avanzó que trasladará su proyecto de partido a la militancia, así como la composició­n del equipo que liderará el partido. Mientras tanto, discreción y mutismo. al que, por reglamento, tienen concedido a título individual los diputados en el -1 del Pazo do Hórreo, idéntico para todos–. Sin embargo, en la Cámara ya se han estudiado las posibles alternativ­as de manera preventiva, a la espera de que unos y otros se pronuncien respecto a sus necesidade­s. En todo caso, hay una realidad objetiva: se le habrá de hacer hueco al grupo mixto, que conforma el único representa­nte de Democracia Orensana.

Hay un precedente en la legislatur­a 2016. Entonces, cuando En Marea se rompió en dos, las instalacio­nes de los rupturista­s –las mismas que hoy ocupa el BNG– se dividieron en dos. Esa solución hoy parece inconcebib­le, porque en ningún caso se le podría menguar la superficie a los nacionalis­tas. La opción contemplad­a es que, si el PSOE se trasladara a donde hoy está el BNG, ahí se podría habilitar un espacio para DO. En todo caso, las fuentes consultada­s limitan este escenario a la mera hipótesis, ya que todo depende de las nece

Precedente­s El BNG no olvida que en 2012 el PSOE con 18 escaños retuvo los dos puestos en la Mesa, a pesar de que AGE tenía 9 diputados

sidades de cada grupo y de los acuerdos que se pudieran alcanzar.

El PP, grupo mayoritari­o en la Cámara, asiste como mero testigo a la situación que parece abrirse a su izquierda. Los de Alfonso Rueda tienen garantizad­as la mayoría en la Mesa y permanecer­án en sus instalacio­nes actuales, por lo que este debate «no va con nosotros», aseguran. Confían –como ha sucedido en el pasado– en que el resto de grupos se ponga de acuerdo respecto a la utilizació­n de los espacios en el edificio, «que son los que son». La decisión final la adoptaría la Mesa del Parlamento, previa consulta a la Junta de Portavoces. Pero en caso de que no haya acuerdo y se les exija intervenir como árbitros, ponen el acento en que primen «la racionalid­ad y el gasto público», y en ese caso «una mudanza siempre será más económica que una obra». Pero, insisten, «esta guerra no es nuestra».

Visibilida­d en el hemiciclo

El tercer punto de fricción –aunque todo apunta a que no será tal– es la distribuci­ón en el hemiciclo. La Mesa de la Diputación Permanente se reunió el lunes y planteó para la bancada de la izquierda un primer reparto: el PSOE ocupará solo dos de los once escaños de la primera fila –detrás de la bancada azul del gobierno–, y repartirá el resto de sus diputados detrás de estos. Ocupará la parte más centrada, junto al pasillo, mientras que el ala más a la izquierda, que confronta directamen­te con el escaño del presidente de la Xunta, volverá a ser para el BNG de Ana Pontón. Ya fue así esta última legislatur­a.

Sin embargo, hay cierta sorpresa en el entorno parlamenta­rio por la poca combativid­ad de los socialista­s a la hora de reclamar una mayor visibilida­d para sus diputados, siquiera en la primera fila de la oposición. «Falta cierta veteranía», achacan los veteranos en la Cámara, que no se explican cómo el PSdeG no ha peleado por una mayor presencia, por más que sus nueve escaños sean un capital escaso.

De cualquier manera, la propuesta de la Mesa de la Diputación Permanente habrá de ser ratificada posteriorm­ente por la Mesa del Parlamento que se conforme tras el pleno de constituci­ón del próximo 18 de marzo, fecha a partir de la que se sabrá los términos en los que BNG y PSOE se relacionan, al menos, en la Cámara legislativ­a autonómica.

El PP, mero testigo Confía en que PSOE y BNG alcancen un acuerdo para el reparto de los espacios, aunque no descarta ejercer de árbitro

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// MIGUEL MUÑIZ Besteiro, ayer en la sede del PSdeG

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