La que de verdad importa
La izquierda ha sido siempre más eficaz en la propaganda que la derecha
E Lataque a la presidenta Ayuso a través de su novio es barriobajero e injusto, ofensivo para cualquier inteligencia. Pero ella mejor que nadie sabe que en estos casos tener razón o la verdad son efectos secundarios y que el PSOE la está retando a una reyerta de la más baja estofa. Isabel es la contrincante adecuada contra Sánchez precisamente por su gran desenvoltura en los más sombríos parajes: y no sólo esperamos que esquive el navajazo sino que se lo devuelva más profundo y afilado y le cause la herida que lo desangre. No es que nos guste este estilo pero hace tiempo que no estamos al cargo de elegir el terreno ni las armas. Un día despertamos de repente y nos dimos cuenta de que teníamos de presidente un tipo como Pedro Sánchez. Seguro que podríamos haber hecho más para evitarlo pero chico, qué se le va a hacer, reaccionamos tarde. Vale. A partir de ahí, los lamentos de cómo está la política y la añoranza de los viejos buenos tiempos sólo sirven para las sobremesas con amigos que mantienes por los años que hace pero que ya no tienen nada interesante que contarte.
Lo más probable es que el anticipo electoral en Cataluña beneficie al Gobierno: un Puigdemont aún huido, sin candidato claro y con la amnistía en el limbo tendrá unos pobres resultados que le obligarán a rebajar sus exigencias en Madrid, sobre todo si quiere hacerlas en nombre de «los catalanes», a los que en dos meses quedará claro que sólo representa en una pequeña parte. Si Sánchez consigue su apoyo –que lo conseguirá– para aprobar los Presupuestos, se sentirá fuerte para agotar la legislatura y sólo una bestia tan sanguinaria y despiadada como él sabrá cómo y cuándo y en qué rincones salir de noche a darle caza. Todo esto lo sabe perfectamente el presidente, mucho más listo que Feijóo en su ‘agit-prop’ y que para paliar los efectos del caso Ábalos ha tenido la finura conceptual de atacar a la que de verdad importa y acabará siendo su rival en las próximas elecciones generales. Es sensacional y dramático que los socialistas lean mejor que Génova al Partido Popular.
De hecho la izquierda, pese a sus dogmas contrarios a los intereses de la Humanidad, ha sido siempre mucho más eficaz en la propaganda que la derecha. Los comunistas han escrito frases más elegantes que los liberales. Es una lástima porque sería muy agradable que hubiera canciones tan bonitas como las de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, Serrat y Lluís Llach, que defendieran algo que no fuera una tontería o una barbaridad. Sánchez trata de sobreponerse a sus desastres intentando destruir con veneno y trampa a la única rival que puede desbancarlo. Ayuso afirma su adhesión inquebrantable a Feijóo pero plantea su presidencia autonómica como la demostración de lo que hará cuando gobierne España. Y qué decir de Alberto. Ha quedado como un comentarista –no especialmente brillante– de lo que pasa a su alrededor y mejor así porque cuando interviene suele ser para estropearlo.