El Prado sale de gira por España por segunda vez
na de las actividades conmemorativas del bicentenario del Prado en 2019 fue ‘De gira por España’, un proyecto en el que el museo cedía en préstamo de un mes aproximadamente una docena de obras de especial relevancia a distintas instituciones de todas las comunidades autónomas, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Una iniciativa que han ‘copiado’ otros grandes museos internacionales como la National Gallery de Londres, que este año celebra sus 200 años y que llevará, a partir del 10 de mayo, algunos de los tesoros de su colección a doce museos y galerías de todo el Reino Unido, incluida la vilipendiada ‘Venus del espejo’, que irá a la Walker Art Gallery de Liverpool.
También hará algo similar el Museo d’Orsay de París, que festejará los 150 años del impresionismo prestando algunas
Uobras maestras de este movimiento de sus fondos a ciudades de toda Francia. A partir del 2 de abril, el Prado vuelve a emprender otra gira por España, en este caso por 18 instituciones distribuidas por localidades de todo el país, con la excepción de las grandes ciudades: Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao, donde es más fácil que puedan ver préstamos de obras del Prado. En esta segunda gira, contará con un aliado, Telefónica, socio benefactor del museo desde 2005 y que ha contribuido a su transformación digital, dando un «salto tecnológico extraordinario». La compañía conmemora este año su centenario. El lema del proyecto, ‘El arte que conecta’, alude al hecho de que estas dos instituciones fomentan la conexión entre los españoles.
Cuando le preguntamos a Miguel Falomir, director del Prado, sobre si el proyecto entra en los planes de descentralización y descolonización puestos en marcha por Iceta y Urtasun, niega la mayor: «Yo no sabía en 2019 quién era Urtasun. Y en el bicentenario tampoco estaba Iceta como ministro. Para mí, es una obsesión enfatizar el carácter nacional del Prado, que no solo es parte de su nombre. Es uno de los pilares de mi gestión, un compromiso, con independencia del ministro de turno y de los partidos políticos que gobiernen. Si no prestamos obras, luego no querremos que las presten para exposiciones». El Prado no se trocea ni se va de Madrid, como denuncian en algunos foros.
«Más vivo que nunca»
Javier Solana, presidente del Patronato del Prado, cree que «el museo está más vivo que nunca». Como prueba, este proyecto que muestra «cómo nos presentamos en España». Falomir dice con orgullo que el museo que dirige «es una de las instituciones culturales más importantes y queridas de España. El Prado es más que un museo, tiene una gran relación afectiva con los españoles». Y por ello no se limita a exponer en sus salas. Gracias a otro proyecto, ‘El Prado extendido’ (antes conocido como ‘El Prado disperso’), la pinacoteca tiene depositadas unas 3.000 obras de sus colecciones en instituciones de toda España. Un programa que se está revisando: además de hacer un reparto más coherente y ordenado, los depósitos deben tener todas las garantías de conservación y seguridad. Por otro lado, está ‘El Prado en las calles’, con réplicas fotográficas de las colecciones del museo por España. En estos momentos está en Almería. Y a todo ello se suman exposiciones con fondos del Prado, como la que actualmente puede verse en CaixaForum Sevilla, centrada en el retrato del XIX.
Falomir subraya que ‘El arte que conecta’ simboliza «nuestra vocación nacional: ser un verdadero valor cultural para todos los españoles, invitándoles a venir a Madrid, pero también saliendo a su encuentro en su entorno más cercano». Acercar el Prado a todos los españoles es, para él, «una de las actividades más gratificantes» de su trabajo. Emilio Gayo, presidente de Telefónica España, destaca que «con esta iniciativa conseguimos conectar a personas
Miguel Falomir niega con rotundidad que el proyecto tenga algo que ver con la propuesta de Iceta de descentralización cultural
de toda España con un legado pictórico que a todos nos une y que además es uno de los más importantes del mundo. Llevamos la cultura a todos los rincones del país».
Víctor Cageao, coordinador general de Conservación del Prado, explica los pormernores del proyecto, que arrancará el 2 de abril con el préstamo de ‘El embarco de Santa Paula Romana’, de Claudio de Lorena, al Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqva), de Cartagena (Murcia) y concluirá el 8 de diciembre, último día de la cesión de ‘Jerónimo de Cevallos’, del Greco, al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander. Las obras estarán en torno a un mes en museos estatales, provinciales, municipales y hasta privados, quizá lo más discutible. Los hay de arqueología, de arqueología subacuática, de arte contemporáneo y hasta del vino. Como el Museo Vivanco de la Cultura del Vino de Briones (La Rioja), donde se exhibirá ‘Ofrenda a Baco’, de MichelAnge Houasse. En la selección de los destinatarios se ha tenido en cuenta que garanticen las condiciones de conservación y de seguridad necesarias.
Son 18 obras que suelen estar expuestas en las salas del Prado, de los siglos XVII al XIX. En ocasiones se han elegido en función de la vinculación del artista con el lugar. Así, una obra de Carreño de Miranda (‘Eugenia Martínez Vallejo, vestida’) viajará al Centro Niemeyer de Avilés, ciudad donde nació el pintor; un Alonso Cano (‘Cristo muerto sostenido por un ángel’), al Museo de Bellas Artes de Granada, su ciudad natal, y un Ribera (‘Magdalena penitente’) al Museo de Bellas Artes de Játiva, de donde el artista era oriundo.
Líneas rojas
Otras veces se han tenido en cuenta conexiones o temáticas afines, como un ‘Hércules’, de Rubens, que irá a Ceuta, ciudad ligada al mito griego de las columnas de Hércules. En la selección, dos Velázquez (su ‘Sibila’, al Museo Provincial de Lugo, y ‘Cabeza de ganado’, al Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife) y dos Goyas (‘La cita’, al Museo Etnográfico de Castilla y León en Zamora, y ‘Riña de gatos’, a la Casa del Reloj de Melilla). Un Van Dyck pondrá rumbo a Lérida, un Brueghel el Viejo, a Palma de Mallorca; un Zurbarán, a Tudela (Navarra), un Murillo, a Huesca; un Madrazo, a San Sebastián...
Por supuesto, hay líneas rojas en la selección de obras. Las que nunca salen del Prado, bien por su fragilidad, o por su relevancia: ‘Las Meninas’, de Velázquez; ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’, de Goya; ‘La rendicion de Breda’, de Velázquez; ‘La Anunciación’, de Fra Angelico; ‘El Descendimiento’, de Van der Weyden; ‘El Jardín de las Delicias’, del Bosco... El coste del proyecto, 300.000 euros. Las instituciones destinatarias no aportan nada económicamente. En cuanto a los seguros, al ser obras del Prado no se aplica la garantía del Estado, como ocurre con los préstamos externos. ¿Tiene vocación de continuidad? «Ojalá lo hagamos con más frecuencia –responde Falomir–. Hemos tardado cinco años».