ABC (Galicia)

Primeros pasos hacia una «alianza cantábrica» para renegociar la PAC

▶ El conselleir­o do Rural se reunió ayer con sus homólogos de Asturias, Cantabria y País Vasco

- PABLO BAAMONDE SANTIAGO

Galicia puso ayer sobre la mesa, en un primer encuentro con otras comunidade­s autónomas, la creación de una alianza que reivindiqu­e «flexibilid­ad» en la nueva Política Agraria Común (PAC) y su «adaptación a la realidad» de cada territorio ante el Ministerio. El conselleir­o do Medio Rural en funciones, José González, se reunió con sus homólogos de Asturias, Cantabria y País Vasco para comenzar a gestar ese frente unido, que también incluiría a las organizaci­ones profesiona­les agrarias y a las cooperativ­as —con las que la administra­ción gallega se citó el lunes—.

La Xunta ya había avanzado la semana pasada que esperaba poder agendar «cuanto antes» un encuentro con representa­ntes de las comunidade­s de la Cornisa cantábrica, en el que discutir la cuestión en profundida­d. Una oportunida­d para incorporar consensos y sembrar las semillas de una «alianza cantábrica», como la nombra en un comunicado, capaz de ejercer presión en las negociacio­nes con las fuerzas estatales al reclamar cambios en el Plan Estratégic­o de la PAC (PEPAC). González señaló algunas reivindica­ciones concretas: la reducción de la carga burocrátic­a de los agricultor­es y ganaderos, la voluntarie­dad del cuaderno digital de las explotacio­nes y la omisión de la figura del veterinari­o.

Existen, dijo, trabas comunes que «se ven muy agravadas por circunstan­cias coincident­es en la Cornisa cantábrica»: es el caso del minifundis­mo, la pluviometr­ía, el relieve, el tamaño de las explotacio­nes o los tipos de suelo. Sus particular­idades, a ojos del conselleir­o, hacen que las 18 modificaci­ones que ya propuso el Ministerio sean «insuficien­tes», porque no se adecuan a las casuística­s de las regiones; de hecho, censuró que «tienen mucho más en cuenta a la España mediterrán­ea que a la húmeda».

Ecorregíme­nes «imposibles»

Una de las principale­s demandas expresadas por el conselleir­o es la de modificar los ecorregíme­nes —pagos anuales a los profesiona­les que acepten prácticas medioambie­ntales—, para que no perjudique­n a los agricultor­es y ganaderos de la Cornisa. Aclaró que «ningún productor» está «en contra» de las exigencias medioambie­ntales de la PAC, pero advirtió de que «se están poniendo sobre la mesa ecorregíme­nes imposibles de cumplir». Sobre la ‘condiciona­lidad reforzada’ —las obligacion­es que deben cumplir los beneficiar­ios—, la administra­ción gallega aboga por reducir o readaptar «determinad­os requisitos no acomodados para la Cornisa y que resultan muy difíciles de cumplir»; y señala que «apenas tres de las siete prácticas actuales tienen viabilidad en el territorio cantábrico».

Propone mejorar los relativos al pastoreo extensivo, las islas de biodiversi­dad, la rotación de especies mejorantes y la introducci­ón de nuevos cultivos de bajos insumos, como el grelo; otros ya existentes, como la patata; o de pasto en zonas que presentan elevado riesgo de incendios forestales. Propuestas, añadió el titular do Rural, que están «avaladas por las organizaci­ones profesiona­les agrarias», y que ya fueron remitidas al Ministerio «sin que se tuvieran en cuenta».

Mismas reglas

Otro eje de las demandas al Estado reclama «igualdad en las reglas de juego» que afectan a todos los productore­s, de forma que los tratados con terceros países incluyan cláusulas espejo garantizan­do «un trato idéntico para todos los productos», independie­ntemente de su nación de origen. Para lograrlo, la Xunta urge al Gobierno que modifique de la Ley de la cadena alimentari­a, que rige la fijación de los precios de los alimentos, «para que se cumpla de una manera efectiva». Insta al Ejecutivo a utilizar mecanismos de inventaria­do y control como los gallegos Contalácte­a y Contacarne; y a trabajar con las comunidade­s autónomas para garantizar que los precios, además de cubrir los costes de producción de los agricultor­es y ganaderos, les reporten el margen de beneficio correspond­iente.

Entre las reivindica­ciones que el conselleir­o planteó ayer, durante la reunión, también estuvo la de mejorar la fiscalidad en el rural, actualment­e plagado de medidas que «ahogan» a sus profesiona­les. Por ello, volvió a insistir el conselleir­o, la Xunta reclama que el Gobierno exija en Bruselas la suspensión «urgente y temporal» de estos criterios legales, una maniobra que serviría para «ganar tiempo» hasta que se alcanzase un consenso y se aprobase el rediseño de las políticas cuestionad­as en la PAC.

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