ABC (Galicia)

‘Bueromanía’ en Corea

▶Cerca de 34.000 personas han visto en Seúl un musical basado en su obra ‘En la ardiente oscuridad’

- JULIO BRAVO MADRID

Cuando Carlos Buero, hijo y heredero del dramaturgo Antonio Buero Vallejo (1916-2000), recibió la noticia de que un productor coreano quería convertir en un musical la obra de su padre ‘En la ardiente oscuridad’, su sorpresa fue descomunal. ¿‘En la ardiente oscuridad’ un musical? ¿Y en Corea? Lo del título le sorprendió un poco menos: «En vida de mi padre un productor, que había montado ‘Hair’, ya consideró la idea de hacer un musical con su obra, pero luego se desechó». Lo del país le chocó algo más. Pero es que Corea del Sur parece haber descubiert­o, en los últimos años, el teatro de Antonio Buero Vallejo. «Sus obras están siendo todo un éxito –presume Carlos Buero–; se han hecho dos montajes profesiona­les más de ‘En la ardiente oscuridad’ –en su formato original, teatro de texto– y otros dos de ‘Historia de una escalera’; además de llover peticiones para montajes universita­rios, de grupos aficionado­s...»

Cree el hijo de Buero Vallejo que la explicació­n a este fenómeno puede estar en la publicació­n, en los primeros años del siglo XXI, de dos textos del dramaturgo guadalajar­eño, precisamen­te ‘En la ardiente oscuridad’ e ‘Historia de una escalera’, a lo que hay que añadir la inclusión de ‘El tragaluz’ y ‘Las meninas’ en dos antologías de teatro español publicadas en aquel país asiático.

La ‘bueromanía’ se concretó en que al hijo del dramaturgo le llegaron dos peticiones para convertir ‘En la ardiente oscuridad’ en musical. Finalmente, fue el productor Lee Seong Jin quien se llevó el gato al agua y puso en marcha ‘Taoleuneun Uh-dum sok-e-seo’, transcripc­ión fonética del título en coreano del musical. El libreto y la dirección del espectácul­o es de Sung Jong Wan y la música de Kim Eun Young. Se estrenó en agosto pasado en el Link Arts Center de Seúl, donde lo vieron casi 34.000 personas (según fuentes de la SGAE), y a cuyo escenario volverá en breve. «Ahora se está traduciend­o al japonés, porque se quiere llevar la producción a Japón; estamos supervisan­do el contrato y los derechos», dice Elvira Marco, directora del Departamen­to de Artes Escénicas de la sociedad de gestión española.

La SGAE ha tenido mucho que ver en el viaje de la obra de Buero Vallejo hasta Corea. A ellos, cuenta Marco, les llegó la petición por parte de los productore­s, que le trasladaro­n al hijo del dramaturgo. «Cuando empezamos las conversaci­ones –dice Carlos Buero– me enviaron una muestra de música para

Los proyectos internacio­nales de obras escénicas que gestiona la SGAE supuso, según datos de la sociedad de gestión, un millón de euros para sus socios, lo que equivale a un 10 por ciento de los derechos totales, que ascendiero­n a 11 millones. En 2023 se han gestionado aproximada­mente unos 300 espectácul­os internacio­nales de autores españoles. Latinoamér­ica, lógicament­e, se lleva la parte del león en cuanto a teatro; los espectácul­os de danza tienen en Asia y en los países anglosajon­es su mayor público, según cuenta Elvira Marco. En Europa, países como Francia, Italia, Rumanía, Letonia o Lituania son los que más atención prestan a nuestros autores. Los ingresos sociales procedente­s del extranjero en 2023 fueron de 30,5 millones de euros, lo que representa un crecimient­o del 9,2 por ciento (2,6 millones de euros) con respecto a 2022. que supiera de qué estilo iba a ser. Me gustó lo que escuché, una especie de rock gótico, y les pedí también que me mandaran el libreto. Me enviaron una traducción al inglés y me quedé fascinado. Lógicament­e, habían reescrito el texto, pero encajaba perfectame­nte con el espíritu de la obra que mi padre escribió. Les dí la enhorabuen­a porque estaba muy bien hecho; seguía siendo la misma obra».

Acompañar al autor

El trabajo de la SGAE, explica Elvira Marco, ha consistido básicament­e en el acompañami­ento al autor (en este caso a su heredero) y en el cuidado de su obra. «Hemos seguido la función –señala Elvira Marco–, y anteriorme­nte hemos ayudado a la traducción al inglés del libreto coreano; pedimos que nos enviaran el cartel para comprobar que el tamaño del nombre de Antonio Buero Vallejo no fuera menos del cincuenta por ciento del tamaño del título; nos encargamos de pedir el ‘avaloir’, el anticipo sobre los derechos de autor, y el porcentaje de taquilla... En Corea no existe una sociedad de gestión similar a la SGAE, como sí existe en otros países, así que hemos hecho las negociacio­nes directamen­te con los productore­s».

‘En la ardiente oscuridad’ se estrenó en el Teatro María Guerrero de Madrid el 1 de diciembre de 1950, con dirección de Luis Escobar y Huberto Pérez de la Ossa, y un reparto que encabezaba­n José María Rodero y Adolfo Marsillach. «No obstante la aparente paradoja del título –escribió aquel día en su ‘Autocrític­a’ en ABC el propio Antonio Buero Vallejo–, mi drama no propone al público ninguna paradoja, sino un par de horas de reflexión

y de pasión. No trato con él de divertir, sino de interesar y –acaso– de distraer. La obra no posee una tesis terminante; ofrece más bien el problema de la tesis en sí mismo cuando trata de exponerse a través de humanos seres de ficción, y su sentido general podía concretars­e, a lo sumo, en la diferencia que existe entre los motivos por los que creemos actuar y aquellos por los que realmente actuamos: la diferencia entre razón y vida, que busca su unidad bajo los ojos del misterio que nos envuelve».

Colegio de Ciegos

El Colegio de Ciegos Don Pablo es el marco en el que la versión coreana ha situado la acción (el original hablaba de un «moderno centro de enseñanza») de lo que los autores definen como «una historia de discapacit­ados y no discapacit­ados, que trata de la convivenci­a entre ellos y cuestiona la existencia. En la obra, los ideales son ‘ilusiones’ que nos ciegan a la realidad». La producción ha respetado los nombres españoles originales de los trece protagonis­tas de la obra: Ignacio –«un chico que se considera desafortun­ado, pero que desea desesperad­amente que ocurra un milagro»–, Carlos –«un alumno modelo que representa el ‘espíritu de hierro’ que es el objetivo del Colegio de Ciegos Don Pablo»–, Juana –«la novia de Carlos y una alumna querida y en la que confían sus amigos por su personalid­ad brillante y cálida»– y el resto de personajes. Veintidós números musicales salpican la obra, desde el primero, ‘Puedo contarlo’, hasta el último, ‘En la ardiente oscuridad’.

Carlos Buero, que ha escrito unas líneas para la reposición en Seúl del musical, cuenta que también él hizo su aportación al montaje. «Les sugerí que en la canción final, cuando se presenta a Ignacio como una suerte de ‘nuevo Jesucristo, y éste repite la palabra ‘luz’, mientras el resto de los personajes contesta: ‘Si sólo pudiéramos ver...’, en lugar de mirar hacia objetos miraran hacia el público y se dirigieran a él, porque la ceguera no se limita en la obra de mi padre al hecho físico, y aceptaron la sugerencia». «Es importante –concluye el hijo de Buero Vallejo–, que la obra de mi padre dé este salto de género».

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// INFINISS Una imagen del musical ‘En la ardiente oscuridad’
 ?? // ABC ?? Cartel del musical ‘Taoleuneun Uhdum sok-e-seo’
// ABC Cartel del musical ‘Taoleuneun Uhdum sok-e-seo’

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