ABC (Galicia)

Vigo marca el techo autonómico y ya no se cierra a abrirle un nuevo frente a la Xunta

En una Comunidad donde sólo el 16% de los hogares viven en régimen de alquiler, esta opción se ha puesto cuesta arriba porque, con un stock que ha caído un 45% ▶ En la ciudad más poblada de Galicia falta oferta, y el Concello «estudia» la medida

- PABLO PAZOS SANTIAGO

«Es un problema de oferta. Entra gente todos los días preguntand­o por alquiler, y no hay. Cuando tienes dos, tres, los alquilas en cuestión de una semana». Al otro lado del teléfono, Josué Gándara, director comercial en Doval Comprarcas­a y miembro de la Asociación Galega de Inmobiliar­ias (Agalin). En primera línea en la batalla de la vivienda. Opinador acreditado en el debate de moda: declarar zona tensionada, ¿sí o no? En su caso, cree que la «raíz del problema» es la «escasez». No cuesta alquilar porque la demanda esté disparada. Falta oferta. Son apenas 420 las viviendas disponible­s en una urbe de 300.000 habitantes, señala el informe de marzo de la Federación Galega de Empresas Inmobiliar­ias (Fegein). Agalin recoge que el stock ha caído casi un 23% en menos de dos años.

¿Hasta qué punto puede hablarse de tensión en la ciudad más poblada de Galicia? Depende del criterio que se siga. Con datos del Ministerio de 2021 —desfasados—, citados por el Observator­io da Vivienda de Galicia (Instituto Galego da Vivenda e Solo), Vigo ocuparía el puesto 67 de un listado de 92 concellos susceptibl­es de entrar en la categoría de zonas tensionada­s, con una variación sobre el IPC del 4,8%. Los precios (91.568 inmuebles) variaron un 12,4% de 2017 a 2021. Si se emplea como baremo la variación de las fianzas que recopila el Observator­io da Vivienda de 2022,

Vigo, directamen­te, ni aparece en la relación. Finalmente, en la evolución 202022, guiándose nuevamente por las fianzas, otra vez se queda fuera la ciudad olívica, en este caso por entrar en esta categoría en dos de los tres años. Si se toma como año de referencia únicamente el 22, Vigo presenta 15 códigos postales tensionado­s, de un total de 28.

¿Qué hacer, pues? A diferencia de sus homólogos en La Coruña y Santiago, Abel Caballero no se ha lanzado a reclamar a la Xunta que declare zonas tensionada­s. No obstante, si bien daba la sensación de que evitaba entrar en esta guerra —no le faltan frentes abiertos con Alfonso Rueda, precisamen­te—, y eludía la cuestión, fuentes del Concello de Vigo indicaban el viernes a ABC que el ejecutivo local está «analizando la situación» y «estudiando el decreto» del Gobierno. No se pronuncian por el momento. Pero cabe colegir que, sea cual sea la decisión final, el veterano alcalde no cierra la puerta por completo a la posibilida­d de acabarse sumando a otras ciudades gallegas.

Precios disparados

Enfrente, tiene al BNG urgiéndole a dar el paso: lo ven imprescind­ible para «frenar el grave encarecimi­ento de los alquileres» causado por la pobre oferta. Su portavoz, Xabier P. Igrexas, apuntó que alquilar en Vigo es un 22% más caro que la media gallega —dato distorsion­ado por la brecha entre grandes y pequeños municipios—; y que, con un precio medio de 611 euros, es «prácticame­nte» imposible optar a las ayudas de la Xunta, limitadas a 600 euros.

De acuerdo con los datos de fianzas que proporcion­a el Observator­io, relativos a 2023 —más representa­tivo que 2024, con sólo dos meses analizados— , los importes medios oscilaron desde un máximo de 716,2 euros, en el centro, a 440 en Candeán. En el centro, comenta Josué Gándara, un alquiler de un piso de tres habitacion­es ronda los 900 euros. Caso real: mañana sacará uno, en esa ubicación, reformado, de dos habitacion­es, sin garaje, por 750. Estima que, en los últimos 10 años, los precios han subido sobre un 30%. Según el informe de febrero del portal especializ­ado Idealista, Vigo alcanzó su máximo histórico en el precio del metro cuadrado, con 9,8 euros; un 1,6% más que un mes antes, pero un 5,5% en un año. Excluido O Grove (22,2), es el valor más alto de la Comunidad. Si bien La Coruña, con 9,6, no queda lejos. Santiago es tercera (8,8).

Alquilar es más caro en Vigo y encontrar opciones asequibles, cada día más una quimera. Desde abril del 22, según Agalin, la oferta de hasta 600 euros mensuales

CIFRAS CLAVE ha pasado del 33% al 8,3%; entre 600 y 750 euros, del 30,8% al 17,3%; 750900, de 17% a 31%; 900-1.200 casi se dobla y llega al 21%; y por encima de 1.200 ha pasado del 10 al 22%. Es decir: hay casi el triple de alquileres muy altos que baratos. La tendencia es clara.

«Alquilar en el centro es misión imposible», resume Alba Novoa, presidenta de la asociación de vecinos de la zona más elitista. «No hay prácticame­nte pisos en alquiler, y los pocos que hay tienen el precio disparado», ratifica. Por una suma de factores: propietari­os que vendieron rápido, por temor a quedar «desprotegi­dos en caso de impago», con la nueva ley; quienes rechazan alquilar porque no necesitan los ingresos; y los que han optado por la vía de la vivienda de uso turístico (VUT), que triunfa entre quienes acuden por trabajo; por el ocio nocturno el fin de semana; y por turismo, en las dos épocas fuertes: el verano y la Navidad.

Ante esta tormenta perfecta —apenas hay alquiler, y el que existe, está desbocado—, no son pocos los que optan por irse fuera. A Porriño, por ejemplo. Gándara, como Fegein y la Xunta, opina que declarar zonas tensionada­s «no va a ser la solución». «Optaría más por premiar e incentivar» el alquiler de vivienda habitual, explica; «el mercado es soberano». Cómo encaja en los credos socialista y nacionalis­ta es otro cantar.

No es la solución El sector inmobiliar­io opina que, dada la escasez de stock, sería más oportuno ofrecer incentivos a los propietari­os

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// EP La calle Príncipe de la ciudad olívica en una imagen de archivo

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