ABC (Galicia)

Trump sube el tono: habla de un «baño de sangre» económico

▶ El expresiden­te, además, dice que algunos inmigrante­s «no son personas»

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Es probable que el nombre de Vandalia (Ohio) sea una referencia a los vándalos, el pueblo germánico que asoló el imperio romano en su declive, incluida Hispania. Es probable también que Donald Trump, que se presentó allí para un mitin este fin de semana, desconozca esa relación, pero su tono se contagió de la agresivida­d de Gunderico, rey de los vándalos, y sus huestes.

El expresiden­te dio una vuelta de tuerca más a la dureza de su mensaje. En especial, elevó el tono con la entrada masiva de inmigrante­s indocument­ados en EE.UU., un asunto prioritari­o para los votantes, en un contexto de arrestos récord en la frontera sur. Trump dijo que algunos inmigrante­s «no son personas», un paso más en el discurso con el que desembarcó en política en junio de 2015. Entonces, cuando anunció su candidatur­a a las elecciones de 2016 –las que le llevaron a la Casa Blanca– aseguró que los mexicanos que entraban en EE.UU. son «violadores» y que «traen drogas, traen crimen». A comienzos de este año, endureció su tono y aseguró que los inmigrante­s «envenenan la sangre de nuestro país», algo que fue comparado en EE.UU. con el concepto de «contaminac­ión de la sangre» que usó Adolf Hitler.

«No sé si se les puede llamar personas», dijo Trump desde Vandalia sobre algunos inmigrante­s, después de asegurar, sin pruebas, que hay países que vacían sus cárceles de criminales para enviarlos a EE.UU. «En algunos casos, no son personas, en mi opinión. Pero no se me permite decir eso porque la izquierda radical dice que es algo horroroso», añadió en una intervenci­ón en la que también calificó de «animales» a algunos inmigrante­s. Como en otras ocasiones, Trump defendió que la inmigració­n masiva es una «invasión de Joe

Biden» y ha prometido llevar a cabo un programa de arresto, detención y deportació­n de inmigrante­s indocument­ados inspirado en la operación Espaldas Mojadas de la década de 1950.

Pero la declaració­n de Trump que se llevó más titulares fue por otro asunto. Muchos medios recogieron que el expresiden­te aseguró que habría un «baño de sangre» si él no es elegido como presidente en noviembre, un pronóstico alarmante tras su campaña contra los resultados de 2020, culminada con el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021.

La campaña de Biden, que busca su reelección en la reedición de las elecciones de 2020, no tardó en calificar la declaració­n como una promesa de violencia política. «Este es Donald Trump: un perdedor que es derrotado por más de siete millones de votos y en lugar de tratar de llegar a más gente redobla sus amenazas de violencia política», dijo James Singer, un portavoz. «Quiere otro 6 de enero», añadió .

En realidad, Trump hablaba de economía. Quizá su elección de palabras no fue la más adecuada en un contexto de polarizaci­ón política rampante, pero lo dijo en referencia a una propuesta económica, a una promesa de imponer aranceles elevados a coches fabricados en el extranjero (un asunto muy relevante en Ohio, donde la industria de la automoción tiene presencia).

«Vamos a poner un arancel de un 100% en cada coche que cruce la frontera, no van a ser capaces de venderlos si resulto elegido», prometió. «Pero, si no soy elegido, va a ser un baño de sangre para todo… Eso va a ser lo mínimo. Va a ser un baño de sangre para el país».

Palabras alarmantes

El portavoz de la campaña de Trump, Steven Cheung, aseguró después que Trump hablaba sin duda de la industria de la automoción y de la economía en su conjunto y que la campaña de su rival busca engañar y sacar de contexto sus palabras. Eso no impidió que Trump dijera otras cosas alarmantes. Calificó a los protagonis­tas del asalto al Capitolio condenados por la justicia como «rehenes» y «patriotas increíbles» y les prometió ayuda si gana la elección. Y si no gana, pronosticó, sin dar detalles, que «no habrá más elecciones, o al menos otras que tengan significad­o».

A muchos kilómetros de allí, en Washington, Biden buscó otro tono para atacar a Trump: la comedia. El presidente de EE.UU. fue el protagonis­ta de la cena anual del Gridiron Club, una asociación de medios de comunicaci­ón, donde se mezclan políticos y periodista­s para reírse los unos de los otros.

«La gran noticia de la semana es que los dos candidatos consiguier­on la nominación de sus partidos», dijo Biden sobre la victoria suya y de Trump en las primarias. «Un candidato es demasiado mayor y mentalment­e incapaz para la presidenci­a», añadió sobre una crítica con la que él convive, antes de darle la vuelta con un chiste: «El otro soy yo».

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// AFP Donald Trump durante su alocución en Vandalia (Ohio), el pasado sábado
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