El campo vuelve a tomar Madrid: «Si hay que regresar, lo haremos»
▶ Tractores y sector agrario recorrieron ayer la capital para pedir medidas en firme
El campo volvió a salir ayer a las calles de Madrid para pedir al Gobierno soluciones inmediatas que apuntalen el futuro de la España rural. Unos 78 tractores (entre ellos una cosechadora) y 450 agricultores marcharon por el centro de la capital, según los datos de delegación del Gobierno, una cifra bastante inferior a los 1.500 tractores y 10.000 manifestantes que esperaba la asociación convocante Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos que inundasen la principal ciudad española. Por segunda vez en menos de un mes, los organizadores volvieron a pedir frente al Ministerio de Agricultura «medidas contundentes» para proteger al producto español frente al de países ajenos a la UE, y que se cumpla de manera efectiva la ley de cadena alimentaria.
Bajo el lema ‘Nos siguen sobrando los motivos’, la manifestación transcurrió sin incidentes. Tractores, junto a agricultores y ganaderos llegados desde Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ávila, Burgos y otros puntos de España emprendieron su marcha a las 11.30 frente al Ministerio de Transición Ecológica, recorriendo el paseo de la Castellana,
paseo de Recoletos y paseo del Prado hasta finalizar el recorrido frente al Ministerio de Agricultura, donde varios portavoces de la organización protestaron contra «la decepcionante ausencia de reacción a las protestas del sector por parte del Gobierno», tras mes y medio de movilizaciones en todos los puntos de España.
Los agricultores arremetieron contra la Política Agraria Común (PAC) para la que piden reformas en línea con la rentabilidad que necesita el campo. «Necesitamos que la PAC sea agraria y no medioambiental; si queremos tener una política medioambiental habrá que hacerla, pero no bajo el paraguas de la política agraria», reclamó ante los medios el coordinador estatal de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, Luis Cortés.
«Necesitamos bajar las exigencias medioambientales porque no son medioambientales. Es una barbaridad. No podemos competir con otros países terceros sin tener las mismas reglas de juego. Tienen que cumplir las mismas normas que aquí. No se controla ni un 10% del producto que viene de fuera», apuntó frente a Agricultura el coordinador de Unión de Campesinos de Castilla y León, Jesús Manuel González Palacín.
«Vamos a certificar en origen y si cumplen la misma normativa que vengan. En una guerra comercial ellos están armados hasta los dientes y nosotros con arcos y flechas», añadió González Palacín ante los cientos de manifestantes uniformados con chalecos amarillos que se concentraron en el Paseo de la Infanta Isabel, a escasos metros de la estación de Atocha.
«Si hay que volver, volveremos. Tenemos propuestas muy concretas para negociar, pero necesitamos que el ministerio nos abra la puerta. Hasta entonces, ni un paso atrás», remarcó el representante de los agricultores. Durante su exposición, Palacín exigió medidas como la publicación de costes de producción oficiales para que la industria alimentaria no pueda hacer ninguna transacción comercial por debajo de precio de coste y se cumpla así a rajatabla con la ley de cadena alimentaria.
Respuesta de Bruselas
Las protestas celebradas ayer se produjeron tan solo dos días después de que la Comisión Europea accediera a satisfacer algunas de las reivindicaciones de los agricultores europeos al presentar un paquete de medidas para flexibilizar la PAC como las relacionadas con la condicionalidad (los requisitos que deben cumplir los agricultores para recibir las ayudas europeas) y los planes estratégicos. Sobre estas reformas, Cortés, de Unión de Uniones aseguró que al campo les viene bien «pero son un parche».
El campo pide los mismos controles que pasan ellos para los productos importados de países ajenos a la Unión Europea
El comportamiento del mercado da síntomas de que se está asentando. Aunque sigue moviéndose casi exclusivamente por la macro, la cada vez mayor claridad de cuando van a llegar las bajadas de tipos ha redundado en una menor volatilidad. Tras un arranque de año algo más convulso porque se retrasaban las bajadas de tipos –aunque esos retrasos hayan sido por la mejor de las razones posibles que es que la economía aguantaba mejor–, las indicaciones últimamente de los bancos centrales han ayudado a una mayor tranquilidad. A principios de junio y de forma sincronizada van a empezar a recortar los