El mercado se asienta
tipos y los temores de que pudieran estar altos demasiado tiempo han remitido. La inflación está fuera de la zona de peligro y apunta en la dirección correcta y la economía – en unas regiones más que otras– necesita de algo de estímulo. La condición para que los mercados se asienten es que lo hagan las curvas de tipos de interés. Y eso es lo que ha pasado en las últimas semanas donde podemos decir que no ha pasado gran cosa lo que constituye la mejor de las noticias.
De esta forma dejamos atrás la aberración de que malos datos económicos eran buenos para los mercados porque eran leídos en clave de política monetaria. Una vez que sabemos que los tipos empezaran a bajar pronto, recuperamos la cordura y los datos que evidencia la buena evolución de la economía son bien recibidos por los mercados y no porque en un escenario extremo te puedas beneficiar de una bajada de tipos extraordinaria.
A partir de aquí y aunque los datos macro sobre todo los de inflación van a seguir teniendo mucha importancia el mercado debería dejar de moverse tanto por la macro y más por la micro. Lo que se debería traducir en un comportamiento menos sincopado y más predecible. En el caso de las bolsas los resultados empresariales y las valoraciones que han pasado más desapercibidas deberían recuperar el protagonismo lo que dejará ganadores y perdedores.
En cierta medida es cerrar el paréntesis de los últimos meses y volver por así decirlo al manual corrigiendo los excesos de un mercado que por distintas razones técnicas ha magnificado mucho de los movimientos sin tener en cuenta lo que realmente importa.